Tesis de Grado de Magister en Filosofia - LA FILOSOFIA DE SIMON RODRIGUEZ - Capitulo II.
Capítulo
II
Cómo
Concibe Simón Rodríguez la Formación de Ciudadanos a Partir de la Infancia:
Segunda Fase del Proyecto de República.
Introducción.
En
el primer capítulo se estudió el papel que asigna Rodríguez a la infancia en su
proyecto de república, dividiéndose en tres puntos que tenían que ver con la
idea de infancia, la idea de república, y las diferentes fases en que se
compone el proyecto rodriguista de república.
Se verificó que la infancia cumple un papel fundamental en dicho
proyecto, dado el hecho de que es precisamente a partir de la educación de los
niños en la primera escuela como se obtendrán los ciudadanos activos que se
requieren para la fundación de la definitiva sociedad republicana.
Ahora
bien, en este capítulo se estudian las condiciones objetivas o externas, el
entorno de gobierno, político y social requerido para poder llevar adelante de
manera exitosa, con suceso como se decía en esa época, el plan de educación
popular propuesto por Simón Bolívar y Simón Rodríguez, según lo expresado por
ambos personajes de la historia venezolana en diferentes escritos, los cuales
se irán analizando a lo largo de este trabajo.
En
tal sentido, en los escritos de Bolívar
se plantean, a la manera de un estadista, los requerimientos para llevar
adelante la constitución de las nuevas repúblicas en los territorios recién
liberados del poder colonial español, dando argumentaciones de carácter
político, o quizás más que todo, con la visión de un guerrero que todavía no
confía en la capacidad de los civiles para resolver de manera libre y
democrática las controversias que aún quedaban pendientes del proceso
independentista, exponiendo que era necesaria una etapa en la cual los
militares libertadores retuvieran de manera absoluta el poder, mientras se
terminaba de enfrentar, ahora en el campo político y civil, la resistencia que
aún estaban dando los antiguos enemigos de armas.
En
ese mismo orden de ideas, la mencionada resistencia ya no se expresaba en el
levantamiento en armas contra la república, sino en los hábitos, usos,
costumbres, creencias y modos generales de pensar y de ver el mundo, que fueron
grabados en la sociedad y en los individuos durante más de trescientos años de
dominio colonial, creando las condiciones favorables para la existencia de la
monarquía, la cual, habiendo sido derrotada en el campo de batalla de las armas
militares, existía con toda su potencia
en el campo de las costumbres y opiniones sociales. En ese entorno sería muy
fácil para las fuerzas contrarias a la república volver a imponerse por la vía
de las elecciones o de alzamientos civiles, e intentar reinstalar el control
del poder español o de una monarquía criolla, para lo cual el ambiente ya
estaba creado en las costumbres y opiniones.
Ahora
bien, era necesario entonces dar una nueva batalla de la ilustración en contra
de las viejas costumbres y opiniones arraigadas en la sociedad, y esta batalla
ya no sería con las armas, sino con el poder político en acción, con potestades
absolutas para mantener a raya las viejas costumbres y opiniones, mientras se
creaban unas nuevas, pudiendo incluso enfrentar
con las armas si era necesario, a quienes pretendieran imponer la vieja
manera de pensar.
Para
enfrentar a ese nuevo enemigo había que crear unas condiciones especiales de
poder, en las cuales los militares libertadores pudieran mantener aislados y
sin ninguna posibilidad de poder político efectivo a dicho enemigo, que era
teóricamente la vieja sociedad con sus arraigadas costumbres y opiniones, mientras se creaba un nuevo contingente de
ciudadanos republicanos con quienes
construir en definitiva la nueva república, y estos eran los niños que
venían naciendo como página en blanco, sin ninguna costumbre arraigada. Había
que ejercer el poder contra la vieja sociedad, mientras se utilizaba a sus
hijos para crear una nueva. Por ello sería como colonizar el país con sus
propios habitantes.
Ese
discurso político y militar expresado por Bolívar a la manera de estadista, fue
defendido por Simón Rodríguez a la manera de un filósofo político, al
argumentar a favor de la propuesta republicana del Libertador, y de filósofo
educativo, al argumentar a favor del plan de educación popular para formar a
los nuevos ciudadanos requeridos por la república.
No
era nada fácil pensar en la manera de crear republicanos con los hijos de los
monarquistas, que era como tomar a los hijos para volverlos contra sus padres y
justificar los medios para el logro de tales fines, y ese fue el trabajo
filosófico asumido por Rodríguez.
En
consecuencia, es el estudio de ese entorno político y social requerido para
llevar adelante el plan de educación popular de los nuevos ciudadanos propuesto
por Bolívar, y su justificación filosófica asumida por Rodríguez, lo que
constituye esta parte del trabajo de investigación.
En
ese sentido, en el primer punto de este capítulo se estudia el modelo
provisional de república para instaurar el plan de educación popular, haciendo
énfasis en la propuesta de Bolívar en torno al poder absoluto centralizado, la
presidencia vitalicia con una vicepresidencia que lo hereda nombrada por el
mismo presidente, el senado hereditario en la cámara alta, con una cámara baja
de representación popular y colegios electorales.
Seguidamente,
en el punto numero dos se estudia el principal órgano de poder relacionado con
el plan de educación popular, el cual es el llamado cuarto poder o poder moral, y acerca del mismo se destaca la misión
de llevar adelante el plan educativo republicano, su estructura y funciones
especiales, así como la historia y filosofía relacionada con dicho poder, en
especial sus similitudes con el Areópago de Atenas, los establecimientos de
Esparta y los Censores de Roma, tal como lo menciona de manera textual el mismo
Libertador en sus diversos escritos.
Finalmente,
en el tercer punto de este capítulo se estudia la forma de organización social
para llevar adelante el plan de educación popular, destacándose por un lado la
colonización del país con sus propios habitantes, que conforman a su vez las
colonias de niños, quienes al culminar su proceso educativo y al lograr la adultez pasarían a las colonias de
adultos o a las milicias, En estas colonias se estaría aplicando el plan de educación popular de manera
privilegiada, aislada del resto de la población, para formar el nuevo
contingente de ciudadanos republicanos a partir de la infancia, con las nuevas
costumbres y opiniones, bajo la tutela directa del estado.
Por
otro lado, se estudia la permanencia del resto de los pobladores en las
ciudades ya existentes, de donde se estarían tomando constantemente los niños
para su educación en las colonias de niños; pero además en dichas ciudades se
continuaría aplicando el plan de educación popular en las escuelas ya
existentes, destacándose la pérdida de las facultades de los padres para
determinar la crianza en el hogar, de tal manera que no intervengan, en la
medida de lo posible, en la formación de las costumbres y opiniones sociales.
Hasta
esta parte la propuesta se basa fundamentalmente en la obra Defensa de Bolívar de Simón Rodríguez,
especialmente en el proyecto de ley que en la misma se postula, y en los
discursos de Bolívar en el Manifiesto de Cartagena de 1812, la Carta de Jamaica
de 1815, ante el Congreso de Angostura de 1819 y Congreso Constituyente de
Bolivia de 1826.
Así
mismo, se estudia la aplicación en las ciudades y pueblos tradicionales del
plan de educación popular en las escuelas ya existentes, a todos los pobladores
y privilegiadamente a los niños que no puedan ser incluidos inicialmente en las
colonias, separándose igualmente en educación e instrucción, en escuelas bajo
la responsabilidad del estado, con maestros especialmente formados en las
nuevas costumbres y opiniones. Esta parte se desarrolla fundamentalmente según
la propuesta de Rodríguez en su obra Consejos
de Amigo al Colegio de Latacunga, entre otras.
1.
Modelo Provisional
de República Para Instaurar el Plan De Educación Popular
En
este primer punto del segundo capítulo, se analiza específicamente la
estructura del gobierno provisional vitalicio y hereditario que estaría
llevando adelante el plan de educación popular en la segunda fase de la
república, el cual consiste de una forma de poder absoluto y centralizado,
dirigido por una presidencia vitalicia; contando además con una vicepresidencia
cuyo titular es nombrado por el Presidente, quien hereda la presidencia; un
senado compuesto por dos Cámaras, una Cámara Alta con miembros vitalicios y
hereditarios, y una Cámara Baja de representación popular, elegidos mediante
Colegios Electorales.
En
este punto no se estudia, por cuestiones metodológicas, el llamado Cuarto Poder
o Poder Moral, encargado específicamente de llevar adelante el Plan de
educación Popular, pues el mismo comprenderá el segundo punto de este mismo
capítulo.
Poder absoluto centralizado:
proyecto de Bolívar.
Ya
habiendo fracasado el plan de educación popular propuesto en Bolivia por Simón
Bolívar, y colocado bajo la dirección de Simón Rodríguez, quedó claro que dicho
plan no era factible de llevarse a cabo en las condiciones del gobierno
vigente, con grandes limitaciones en el ejercicio del poder, contradicciones
internas y libre actuación política de los antiguos enemigos monarquistas.
Sin
embargo, no debió ser una sorpresa ese resultado fallido para el guerrero Libertador
y el Maestro filósofo, pues desde mucho antes de ese intento fracasado ya
Bolívar había planteado en diferentes documentos la necesidad de un gobierno
con características muy especiales para poder llevar adelante sus planes de
república, lo cual no se había logrado dar, y por lo tanto tampoco era factible
que se diera el plan de educación popular sin el correspondiente gobierno que
lo respaldara.
Por
lo tanto, es precisamente el tipo de gobierno requerido por el plan de
educación popular para ser llevado a buen término, el que se estudia en este
punto a partir de diversos documentos donde El Libertador plantea su necesidad,
y obras de Rodríguez donde expone la justificación de dichas propuestas.
Se
estudian a continuación los diferentes documentos donde Simón Bolívar expone su
proyecto provisional de república, constituido por un gobierno vitalicio y
hereditario con poderes absolutos; específicamente se analizan el Manifiesto de Cartagena de 1812, La Carta
de Jamaica de 1815, El Discurso ante
el Congreso de Angostura de 1819 y
el Discurso ante el Congreso
Constituyente de Bolivia de 1826, como documentos base para la comprensión
de los diversos órganos de poder que estarían vigentes en la segunda fase del
proyecto republicano de Rodríguez, pues éste asume la argumentación política a
favor del proyecto de Bolívar, en su obra Defensa
de Bolívar, de 1830.
Manifiesto
de Cartagena de 1812.
Veamos
el planteamiento del Libertador en este Manifiesto de Cartagena de 1812:
… todavía nuestros
conciudadanos no se hallan en aptitud de ejercer por sí mismos y ampliamente
sus derechos: porque carecen de las virtudes políticas que caracterizan al
verdadero republicano… es
preciso que el Gobierno se identifique, por decirlo así, con el carácter de las
circunstancias… [1]
Este
fragmento habla entre líneas acerca de la incapacidad en que se encuentran los
pueblos por causa de su culpable minoridad, tal como se analizó en el capítulo
anterior en la obra de Kant acerca de la ilustración, pero en este documento no
se incita a los pueblos a atreverse a pensar por sí mismos, sino que se
reconoce que no están aptos para ejercer sus derechos de manera amplia, por lo
que el gobierno debe adaptarse a esa circunstancia.
Por
su parte, ya vimos que Rodríguez habla de esa circunstancia diciendo “… Los
Pueblos están en la minoridad –es menester hacerles bien sin consultarlos…”[2]; esa
incapacidad y minoridad de los pueblos requería de un gobierno que se adaptara
a esa circunstancia, haciéndoles bien sin consultarlos, lo que sería una
especie de gobierno con poderes absolutos.
Recordemos
que Simón Rodríguez asume la función de una suerte de abogado del Libertador en
su obra Defensa de Bolívar, donde se
hizo el planteamiento fundamental de esta etapa que estamos analizando, por lo
que, pensando como abogado, en este trabajo se explora lo dicho de manera
directa por el cliente defendido, conjuntamente con la argumentación realizada
por el defensor, como si se tratara de una nueva revisión del caso para volver
a plantearlo a manera de informe en un nuevo juicio, para luego obtener las
consecuencias filosóficas, que es lo que nos interesa en este trabajo.
Carta
de Jamaica de 1815.
Continuamos
con la revisión de los planteamientos del Libertador y de su filósofo defensor
para ampliar la visión planteada en el primer documento analizado, y se
consiguen en la Carta de Jamaica de 1815 las siguientes afirmaciones:
… los sistemas
enteramente populares, lejos de sernos favorables, temo mucho que, vengan a ser
nuestra ruina… (169) No convengo en el sistema federal entre los
populares y representativos, por ser demasiado perfecto y exigir virtudes y
talentos políticos muy superiores a los nuestros; por igual razón rehúso la
monarquía mixta de aristocracia y democracia, que tanta fortuna y esplendor ha
procurado a la Inglaterra… Busquemos un medio entre extremos opuestos…
(171) Su gobierno podrá imitar al
inglés; con la diferencia de que en lugar de un rey, habrá un poder ejecutivo
electivo, cuando más vitalicio y jamás hereditario, si se quiere, una cámara o senado legislativo
hereditario, que en las tempestades se interponga entre las olas populares y
los rayos del gobierno, y un cuerpo legislativo de libre elección, sin otras
restricciones que las de la cámara baja de Inglaterra… (172).[3]
En
este documento ya se puede visualizar en más detalles qué tipo de gobierno es
el que se pretende instalar en esta etapa de la república, por causa de la
presunta incapacidad y minoridad del pueblo. Afirma claramente que no se
propone instalar un sistema enteramente popular, ni federal, ni representativo,
ni una monarquía mixta como la británica, sino un pretendido término medio
entre todas ellas.
El poder ejecutivo
propuesto en la Carta de Jamaica.
En
este documento se plantea la existencia de un “… poder ejecutivo electivo,
cuando más vitalicio y jamás hereditario…”; esto implica que se tendría un
ejecutivo con las características similares a las de un rey, en el sentido de
que gobernaría a lo largo de toda su vida una vez que sea elegido; por lo
tanto, sólo se debería elegir un nuevo presidente luego del fallecimiento del
anterior, pues no hay un heredero.
Sin
embargo, esa falta de heredero luego es cubierta en documentos posteriores, tal
como se verá más adelante, por un vicepresidente nombrado por el presidente en
funciones, quien asumiría entonces la presidencia a manera de heredero
designado, con lo que se eliminaría la necesidad de elecciones populares
directas o indirectas para este cargo.
El
Parlamento Ingles como modelo propuesto por Bolívar en la Carta de Jamaica.
Igualmente
se plantea “una cámara o senado legislativo hereditario”, y otro “cuerpo
legislativo de libre elección”, imitando de esa manera el poder legislativo de
Inglaterra. Es inevitable imaginar que se estaría creando una especie de
nobleza criolla a la manera de la británica Cámara de los Lores, aunque se
argumentara muy fino acerca de que esa no sería una nobleza sino otra cosa, tal
como lo hizo Bolívar. Estos en realidad serían los verdaderos dueños del poder
en ejercicio de la soberanía, tal como terminó sucediendo en Inglaterra como
resultado de la llamada Revolución Gloriosa de 1689.
Para comprender esta propuesta hay
que recordar que el Bill of Rigths de
1689 fue el resultado de la llamada Revolución Gloriosa, donde se le impuso a
la monarquía inglesa el reconocimiento de la potestad legislativa del
parlamento y consagró las libertades públicas de los súbditos en Inglaterra[4], y acerca de
este importante documento expresa la autora
María De Lezica:
Recordemos que la Carta o
Declaración de derechos, redactada en 1689 por el Parlamento inglés fue
impuesta a Guillermo de Orange con el propósito principal de recuperar y
fortalecer ciertas facultades parlamentarias ya desaparecidas o notoriamente
mermadas durante el reinado absolutista de los Estuardo (Carlos II y Jacobo
II)…[5]
Por su parte Luis Bueno Ochoa agrega:
La invocación de la religión
protestante y el equilibrio entre el poder real y el parlamentario -que se
decanta, claramente, en favor de este último- llevan a sancionar, el trece de
febrero de 1689, el famoso texto conocido como Bill of Rights que ha sido
tildado de "curioso remiendo de compromiso [entre whigs y tories], falta
de lógica, y buen sentido político que se llamó Ley de tolerancia de
1689".[6]
Dada su importancia para entender este punto, se
transcribe en parte el contenido del Bill of Rights, de la siguiente manera:
Considerando que los Lores
espirituales y temporales y los Comunes. reunidos en Westminster, representando
legal, plena y libremente a todos los estamentos del pueblo de este reino,
presentaron el 13 de febrero del año de NS (gracia) de 1688, a Sus Majestades,
entonces conocidas con los nombres y títulos de Guillermo y María, príncipes de
Orange, una declaración escrita, redactada por los mencionados Lores y Comunes
en los siguientes términos:
…
Reclaman, piden e insisten en todas
y cada una de las peticiones hechas, como libertades indiscutibles, y solicitan que las declaraciones,
juicios, actos o procedimientos, que han sido enumerados y realizados en
perjuicio del pueblo, no puedan, en lo sucesivo, servir de precedente o
ejemplo.
Hacen esta petición de sus derechos,
particularmente animados por la declaración de que S. A. R. el príncipe de
Orange, que los considera el único medio de obtener completo conocimiento y
garantía de los mismos respecto de la situación anteriormente existente.
Por todo ello tienen la completa
confianza de que S. A. R el príncipe de Orange terminará la liberación del
Reino, ya tan avanzada gracias a él, y que impedirá, en lo sucesivo, la
violación de los derechos y libertades antes enumerados, así como cualquier
otro ataque contra la religión, derechos y libertades.
Los mencionados Lores espirituales y
temporales y los Comunes, reunidos en Westminster, resuelven que Guillermo y
María, príncipe y princesa de Orange, son y sean declarados, respectivamente,
rey y reina de Inglaterra, Francia. [7]
De tal manera, se puede concluir que el Bill of
Rights constituyó una manifestación de
las luchas sociales en contra de las potestades absolutas de los reyes de
Inglaterra, quienes alegaban su
soberanía de origen divino católico, mientras que por el lado contrario se
reclamaba la soberanía popular representada por el parlamento, y el derecho a
la igualdad religiosa, específicamente de los protestantes frente a los
católicos, resultando así uno de los documentos contentivos de los primeros
listados de derechos civiles que se conocen.[8]
En
consecuencia, la propuesta de Bolívar de constituir el parlamento a la manera inglesa
trae consigo toda la carga que significó el establecimiento de la soberanía en
el senado inglés, como el reconocimiento de la imposición de las clases
aristocráticas y burguesas frente al poder del rey, quienes incluso asumieron
la potestad de quitar y poner a los reyes. No hay porqué ignorar entonces que
este órgano tendría, o pudiera adquirir a lo largo de su evolución criolla, las
mismas potestades que la británica.
Por
su parte, Simón Rodríguez expresó su opinión acerca del gobierno de Inglaterra
de la siguiente manera:
La Inglaterra es un BARCO VARADO en las costas de
Europa, después de largas borrascas: allí capituló el Capitán con sus
Oficiales,, El i Ellos.. con la Tripulación: viven bien porque están A BORDO.
Si un volcán submarino pusiera, en seco,
el Canal de la Mancha, sucedería lo que en el mar rojo; pero.. a la inversa = cada Monarca del continente sería
un Faraón que, a pie enjuto, pasaría con su ejército a sacar al Rei de
cautiverio –al ruido solo, de los tambores, volaba la Constitución!
Esto lo negarán [tal vez
burlándose] los que crean en la virtud de los Sistemas fundados en la
asociación de interesas opuestos –los que crean que la larga duración de las
Cosas, en un estado violento, es
prueba de ESTABILIDAD… (So Am, OCSR, T1, 339).
Es
evidente que Rodríguez consideraba inviable o inestable la existencia de un
gobierno como el de Inglaterra, el cual califica “asociación de intereses
opuestos” que mantiene un estado violento de las cosas como si eso fuera
estabilidad, desconociendo así el valor de una sociedad donde existan intereses
contrapuestos equilibrados en el ejercicio del poder, tal como la democracia
norteamericana que ya se había instalado en ese momento.
Veamos a los europeos,
inventando medios de reparar un edificio viejo, por no tener donde hacer uno
nuevo.
Veamos a los americanos,
en un país vacío, perplejos o imitando sin necesidad, lo que hacen los
europeos.
Ambos perdiendo el
tiempo en hacer, con palabras compuestas, nuevas composiciones, para nombrar
las mismas cosas: en EUROPA monarquía constitucional o Constitución monárquica
o Monarquía democrática, en AMÉRICA cansados de la República aristocrática o
Aristocracia republicana quieren República Real o Real República.
Por otra parte, los
Comerciantes, los Proyectistas i los Clérigos Componiendo Traficracias,
Colocracias, Culticracias; para erijirlas en Trafagarquías, Colonarquías y
Cultarquías; al cabo, todo viene a ser forte-piano o piano-forte. (So Am, OCSR,
T1, 366).
Los Gobiernos de América
no pueden simpatizar con los de Europa porque los Pueblos Americanos, en NADA
se parecen a los Europeos. (So Am, OCSR, T1, 371).
La sabiduría de la
Europa y la Prosperidad de los Estados-Unidos son dos enemigos de la libertad
de pensar….en América…. (Luc Vir, OCSR, T2, 133).
De
la interpretación de estas citas se puede concluir que Rodríguez era contrario
a la simple copia o traslado de las instituciones británicas y norteamericanas
para ser aplicadas en las repúblicas por constituirse en las naciones recién
liberadas del poder colonial español. Por el contrario, creía que fijarse en
ellas era contraproducente, debido a que se convertían en enemigas de la
facultad de pensar acerca de un gobierno propio y adecuado a las condiciones
específicas de la América española, tal como lo estaba haciendo Bolívar. Más
aún, abunda en ideas Simón Rodríguez al respecto:
En la revolución de los
Anglo-americanos, y en la de los Franceses, los Gobernantes no tuvieron que
pensar en crear pueblos, sino dirijirlos. (Dfs Blv, OCSR, T2, 206).
En los Estados Unidos no
había un hombre (excepto los esclavos de Virjinia) que no tuviese ideas de la
Independencia Social; todos habían gozado de ella en Europa; y los que no,
habían venido buscándola. Unos por ser Independientes,
y otros por SERLO MÁS, habían venido a habitar los desiertos de América
¿Sucedía otro tanto con las Colonias Españolas? (…) En la América del Sur al
más estudiado se le va la lengua y dice MI AMO…
(Dfs Blv, OCSR, T2, 321-322).
… los americanos hacían
profesión de no pensar, el rey pensaba por ellos.
(Dfs Blv, OCSR, T2, 196,
nota en píe de página).
Aquí
se encuentra la clave de las preocupaciones políticas de Bolívar y filosóficas
de Rodríguez respecto a la creación de repúblicas en la América española, y
ésta era que no había pueblos, sino populachos o conjuntos por agregación como
diría Rodríguez, y por lo tanto no había nadie a quien dirigir hacia la
creación de una sociedad republicana independiente, sino que primero había que
crear dichos pueblos, mediante la educación popular.
En
resumen, en este Manifiesto de Cartagena de 1812 se vislumbra con más claridad
el tipo de gobierno provisional que sería requerido para iniciar el proyecto de
república en la América española, donde se detallan hasta ahora el poder
ejecutivo y el legislativo a la semblanza del modelo británico, como también la
estructura política que regiría mientras se llevara adelante el plan de
educación popular.
Sin
embargo, en dicho documento no se describe el principal órgano rector de la
educación popular, como lo es el poder moral, el cual sí se describe con más
claridad en el siguiente documento, el Discurso ante el Congreso de Angostura.
Discurso
de Bolívar ante el Congreso de Angostura de 1819.
Para
el análisis de este documento se utiliza el texto completo del mismo, publicado
en la obra de Napoleón Franceschi[9],
de la cual hemos venido tomando los diferentes documentos del pensamiento de
Simón Bolívar, y en este caso se van haciendo extractos de las frases
relevantes e indicando en la misma cita
el número de página de la obra
referenciada.
… Un pueblo pervertido
si alcanza la libertad, muy pronto vuelve a perderla… (179)
Se
vuelve a destacar en esta frase el hecho de la perversión del pueblo,
constituida por su incapacidad para autogobernarse a la manera democrática, ya
que el mismo sólo sería un gobierno para santos o ángeles, según la tesis de
Rousseau y propugnada por Bolívar; por su culpable minoridad al no atreverse a
pensar por sí mismo, según la tesis de Kant; y por sus arraigadas costumbres y
opiniones, según la tesis de Simón Rodríguez.
Por
ello, en vez de arriesgarse a constituir la república definitiva con este
pueblo pervertido y correr el riesgo de perderla muy pronto, se postula de
inmediato la necesidad de una forma provisoria de gobierno, mientras se corrige
la perversión del pueblo mediante la educación popular.
Que la historia nos
sirva de guía en esta carrera. Atenas, la primera, nos da el ejemplo más
brillante de una democracia absoluta, y al instante, la misma Atenas nos ofrece
el ejemplo más melancólico de extrema debilidad de esta especie de gobierno…
(184)
Bolívar
ve y destaca la democracia de la antigua Atenas, cuya brillantez ha sido muy
estudiada y es indiscutible[10],
pero concluye que la misma sólo lleva a la extrema debilidad del gobierno;
especulo por mi parte que esta afirmación sólo es posible hacerla al comparar
la fuerza de Atenas con la de Esparta, en cuanto a poderío o costumbres
militares, como se observa en la siguiente cita:
La República de Esparta
que parecía una invención quimérica produjo más efectos reales… (185).
En
ese sentido, sólo es posible comprender esa afirmación al comparar los
resultados de la confrontación entre ambas naciones, por ejemplo, en la Guerra
del Peloponeso, donde Esparta se impuso sobre Atenas[11];
y acerca de la misma incluso se especula que dicho resultado pudo estar
influido por los efectos de la plaga que cayó sobre Atenas en esa misma época[12].
Sólo
respecto al resultado de dicha guerra es posible respaldar tales afirmaciones
de Bolívar, más no así respecto a la brillantez de la cultura, las artes, la
filosofía y demás manifestaciones de la grandeza humana registradas en el seno
de Atenas; ni siquiera se puede considerar plenamente válida esa afirmación
respecto a la debilidad guerrera de Atenas, cuando ésta fue la triunfadora en
las Guerras Médicas, como es el caso de la batalla de Maratón en 490 a.C., en
la cual Atenas se enfrentó al enemigo agresor sin la ayuda de Esparta y derrotó
al poderío de Persia y su rey Darío, quien contaba con una fuerza que según los
historiadores triplicaba las fuerzas de Grecia en su conjunto[13].
Y luego, la definitiva derrota naval de los persas bajo la mirada de su rey
Jerjes, hijo heredero del rey Darío.
Este
comentario no desmejora para nada el reconocimiento de Esparta, por ejemplo con
su método educativo de la agogé, el
cual se adaptaba perfectamente a los objetivos planteados por su sociedad de
tipo militarista, para mantener sometidos permanentemente a los ilotas; ni se desconoce de ninguna manera la gloria
obtenida, por ejemplo, en la batalla de las Termópilas, aunque hayan perdido dicha batalla a causa del
escasísimo número de sus combatientes y de un presunto acto de traición, que
más tarde fue resarcido por el triunfo ante el general Mardonio en la última
batalla terrestre contra los persas en las Guerras Médicas, en Platea, sino que
parece injusto desconocer la gloria que por su parte también habían acumulado
los atenienses.
Más
aún, luego del triunfo de Esparta sobre Atenas en la Guerra del Peloponeso,
Esparta no pudo mantener su hegemonía guerrera y la perdió frente a Tebas,
surgiendo posteriormente la hegemonía de
Macedonia bajo la gloria de Alejandro Magno, discípulo de Aristóteles, uno de
los más destacados filósofos atenienses, imponiendo luego su imperio no sólo
sobre toda Grecia, sino sobre Persia y casi toda Asia, dando así origen a la
cultura helénica imperial.
Volvamos
con Simón Bolívar a su Discurso de Angostura donde sigue diciendo:
Pisistrato, usurpador y
tirano fue más saludable a Atenas que sus leyes; y Pericles, aunque también
usurpador fue el más útil ciudadano… ¡Hombres patriotas, hombres virtuosos,
hombres ilustrados constituyen la República!... Un gobierno monstruoso y
puramente guerrero elevó a Roma al más alto esplendor y la gloria… (185)
Aquí
parece surgir más claramente la fuente de admiración de Bolívar por la cultura
de Esparta y la Roma imperial, y parece ser el espíritu guerrero de hombres
patriotas, virtuosos e ilustrados, ¡aunque ejercieran el poder como tiranos y
usurpadores en gobiernos monstruosos!
Eso
es eso lo que por ahora se puede interpretar de este fragmento, pero en
definitiva su objetiva interpretación debería ser producto de investigaciones
mucho más amplias y profundas, que escapan a los objetivos de este trabajo,
aunque provisionalmente continuamos analizando las ideas para intentar llegar
lo más cercanamente posible al centro del argumento bolivariano.
Roma y la Gran Bretaña
son las naciones que más han sobresalido de las antiguas y modernas… Así Pues
os recomiendo, representantes, el estudio de la Constitución Británica… solo me
refiero a lo que tiene de republicanismo… si adoptásemos un Poder Legislativo
semejante al Parlamento Británico… en dos cámaras… Si el Senado en lugar de ser
electivo fuese hereditario, sería en mi concepto la base, el lazo, el alma de
nuestra República… pararía los rayos del gobierno, rechazaría las olas
populares… (186)
En
esta cita se revela la necesidad de ese tipo de gobierno parlamentario
hereditario, que a veces sería monstruoso en su proceder para defender a la
república, dirigido por esa clase de hombres guerreros, patriotas y virtuosos,
pues se alega que ¡deben actuar como pararrayos y rompeolas!, en circunstancias
en las cuales no le deben fidelidad ni al gobierno (el poder ejecutivo) ni al
pueblo, para enfrentarse a las desmedidas exigencias de cada uno, pues estos
legisladores son hereditarios en el ejercicio de su poder. Si su finalidad es
imponerse de manera absoluta mientras se ejecuta el plan de educación popular,
parece entonces estarles permitido el uso de todos los medios a su alcance,
hasta los guerreros y monstruosos.
Por
otro lado, existe la posibilidad de que este poder legislativo incluso pueda
nombrar y deponer a las demás autoridades de los poderes ejecutivo, judicial y
moral, por lo tanto, ellos serían el verdadero poder en esta etapa.
Los senadores en Roma y
los Lores en Londres, han sido las
columnas más firmes sobre que se ha fundado el edificio de la libertad política
y civil… serán elegidos la primera vez por el Congreso… educarlos en un colegio
especialmente destinado para instruir aquellos tutores, legisladores futuros de
la patria… desde su infancia ellos sabrían a qué carrera la Providencia los
destinaba… no es una nobleza lo que pretendo establecer… es un oficio… que
exige mucho saber… Todo no se debe dejar al acaso y a la ventura de las
elecciones… los libertadores de Venezuela son acreedores a ocupar siempre un
alto rango en la República que les debe su existencia… conservar con gloria hasta la posteridad una
raza de hombres virtuosos, prudentes y esforzados… (187)
A mi entender aquí se encuentra la clave
de toda la propuesta de Bolívar, pues ha venido haciendo una argumentación que
lleva directamente a la justificación de la toma del poder político absoluto,
vitalicio y hereditario por los militares libertadores, presuntamente
portadores de las características guerreras de los espartanos y la brillantez de
los atenienses, con potestades similares a las de los senadores romanos y de los lores británicos, a quienes habría que conservar como “… una raza de
hombres virtuosos, prudentes y esforzados…”, y luego mantener a sus herederos
desde la infancia con una educación y
cuidados especiales con el fin de prepararlos para el oficio que la Providencia
les había destinado ¡¿no era esa una nueva nobleza?! ¡¿o una raza
pretendidamente superior?!
Respecto a la conservación de la gloria de
estos héroes guerreros decía Simón Rodríguez:
O! Americanos… ¿Es
posible que entre los muchos hombres que se han consagrado a la causa pública
en vuestro país, no haya uno digno de
vuestra confianza? Iturbide en Méjico, Santander en Colombia, Rivadavia en
Buenos-Aires, Ohigins en Chile, San Martín en el Perú, Sucre en Bolivia, no han
recabado por todo premio de su celo sino injurias. Iturbide murió a manos de
los Representantes del Pueblo Mejicano –San Martín y Ohigins viven desterrados
–Rivadavia se ha condenado a un retiro –El Jeneral Sucre, vencedor de Ayacucho,
y fundador del orden en Bolivia, salió gravemente herido de un motín que
suscitaron, en sus tropas, los sujetos que más distinguió durante su Gobierno
en Chuquisaca… lo pusieron preso en su cama… los soldados que lo guardaban y
los promotores del atentado lo insultaron, y sin la menor consideración lo
expulsaron del país… (Dfs Blv, OCSR, T2, 288).
Vemos que se queja Rodríguez del trato
desconsiderado que se había dado a estos héroes guerreros en la América
española, y llama a considerar una conducta diferente hacia ellos.
Por otro lado, es difícil admitir que en
la Venezuela colonial haya existido la formación de tal “raza de hombres” que menciona Bolívar, y que asumieron la
lucha por liberarse del dominio español debido a sus singulares cualidades
guerreras, similares a las de Esparta y Roma, y que a la vez fuesen
especialmente virtuosos, prudentes y esforzados, como los atenienses y
británicos; más bien parece que el proceso independentista de la América
Española se debió a circunstancias que no dependieron de ninguna raza especial
de hombres, sino de circunstancias históricas particulares, que no viene al
caso analizar en este trabajo.
El anterior análisis no pretende
desconocer las virtudes especiales de los guerreros libertadores, pero además
hay que reconocer que la libertad fue producto de la lucha de todo un pueblo
casi sin características especiales, incluso pervertido en muchos aspectos como
dice Bolívar, pero fue de su seno de donde salió un Negro Primero, un Antonio
José de Sucre, Manuel Piar, José Félix Ribas, José Tadeo Monagas, José Antonio
Páez, Francisco de Paula Santander, y hasta Simón Bolívar, y Boves en el bando
contrario, y cualquier otro que podamos mencionar. No eran guerreros
profesionales y experimentados en batallas en múltiples lugares, ni reconocidos
por virtudes especiales diferentes a los demás, con las excepciones que siempre
pueden darse, como es el caso del Generalísimo Francisco de Miranda y otros
altos líderes.
De tal manera, parece lógico que en ese
momento la propuesta de Bolívar, defendida por Rodríguez, no fuese comprendida
ni recibiera el respaldo que esperaban, sino que hasta fue rechazada y
duramente enfrentada[14].
No era sencillo entender la propuesta de desplazar del poder soberano a todo un
pueblo recién liberado de la tiranía colonial de España, para entrar en otra
especie de tiranía absoluta de manera voluntaria, para que los militares
libertadores tomaran las riendas del poder de forma vitalicia y hereditaria, a
la manera de raza superior predestinada por la providencia, para dirigir un
cambio de costumbres que llevaría a la conformación futura e incierta de una
perfecta sociedad republicana.
Continuemos con el Discurso de Angostura:
El Poder Ejecutivo
británico, está revestido de toda la autoridad soberana…. Aplíquese a Venezuela
este Poder Ejecutivo en la persona de un presidente, nombrado por el pueblo o
por sus representantes… (188). En la República el Ejecutivo debe ser el más
fuerte… (189).
Que los tribunales sean
reforzados por la estabilidad, y la independencia de los jueces, por el
establecimiento de jurados… moderar la voluntad general y la autoridad pública…
(191)
… división de los
ciudadanos en activos y pasivos…
por… el trabajo y el saber…
primer dique a la licencia popular, evitando la concurrencia tumultuaria y
ciega que en todos los tiempos ha imprimido el desacierto en las elecciones…
(193)
… el centralismo y la
reunión de todos los Estados de Venezuela en una Republica sola e indivisible…
(194).[15]
En
esta serie de citas se vislumbra con más claridad el conjunto de instituciones
que constituirían el gobierno en esta fase de la república, y servirían de
entorno político para llevar adelante el plan de educación popular, pues se
contaría con el poder suficiente para ejecutar todas las acciones de dicho
plan, y quizás por las características de esta propuesta fue que se acusó a
Bolívar de promover una monarquía o una dictadura.
Sin
embargo, Simón Rodríguez defiende esta propuesta expresando que, si bien se
requiere un gobierno y gobernantes vitalicios y congreso de filósofos, también es cierto
que ésta no es la obra final de la República, sino que se trataría de una forma
provisional de sustento del poder, como un “sistema de puntales”, para hacer
que en ese lapso el pueblo se hiciera
republicano mediante la “educación
popular”, con una Constitución Vitalicia como un baluarte contra la monarquía,
con un gobierno absoluto provisional, entretanto que la educación popular se
prepara para abolirlo (Dfs Blv, OCSR, T2, 345-349).
Por razones
metodológicas no se analiza en esta parte la propuesta de cuarto poder, o poder
moral, hecha por Bolívar en este Discurso de Angostura, sino que el desglose de
dicha institución se hace en el punto número dos de este mismo capítulo.
Continuamos entonces
con la propuesta del entorno de poder político en esta segunda fase de la
república, desde la visión del Congreso Constituyente de Bolivia en 1826.
Discurso de Simón
Bolívar ante el Congreso Constituyente de Bolivia de 1826.
En este discurso la
propuesta republicana de Bolívar se encuentra más desarrollada y presenta
algunas diferencias respecto a las anteriores, y a tales efectos se mencionan
las siguientes citas textuales.
El Proyecto de Constitución para Bolivia está dividido
en cuatro Poderes Políticos, habiendo añadido uno más, sin complicar por esto
la división clásica de cada uno de los otros.[16]
Efectivamente,
Bolívar propone el Poder Electoral para encargarse de la organización de los
Colegios Electorales en cada Provincia, donde cada diez ciudadanos nombran un
Elector, quien debe saber leer y escribir, profesar una ciencia o un arte que
asegure su alimento y ser honrado, y elegirán a los Legisladores, Magistrados,
Jueces y Pastores de cada Departamento, Provincia o Cantón, a similitud de los
Estados federados, según Bolívar.
Propone además un
Cuerpo Legislativo compuesto por tres cámaras, la cámara de Tribunos, los
Senadores y los Censores; las dos primeras a semejanza del poder legislativo
británico, muy semejante a la propuesta en el Discurso de Angostura, y la
tercera constituye el poder moral, con la misma semejanza.
Así mismo, propone
un Poder Ejecutivo dirigido por un Presidente Vitalicio como suprema autoridad,
a la manera de Haití, con facultades para elegir a su sucesor en la persona de
un Vice-Presidente, lo cual califica como “la inspiración más sublime en el
orden republicano”.
Propone igualmente
el Poder Judicial, donde el pueblo presenta los candidatos a través de los
Colegios Electorales y el Legislativo los escoge. Propone así mismo que la
constitución deba “reformarse por períodos, según lo exige el movimiento del
mundo moral”, lo cual a mi entender se adapta a las transformaciones que iría
teniendo la república en cada una de las fases que en este trabajo estamos
exponiendo, claro está que esta es una recomposición sintética posterior al
análisis de toda la propuesta, y no una división específica en fases hecha por
Bolívar ni por Rodríguez, pero sí sugerida y visible a lo largo del proyecto.
Diferentes órganos de poder que resultan del
proyecto de Bolívar.
De este primer
punto se puede visualizar cual es el entorno del poder político durante esta
segunda fase de la república, en la cual se estará llevando adelante el plan de
educación popular para la formación de los nuevos ciudadanos requeridos en la
fase siguiente.
Dicho gobierno estaría constituido por un Poder Ejecutivo,
dirigido por una Presidencia Vitalicia con una Vicepresidencia que lo hereda y
nombrada por el mismo presidente; un Poder Legislativo, compuesto por dos
cámaras a la manera británica, con un Senado Hereditario en la Cámara Alta,
compuesto por los militares libertadores y sus herederos, y una Cámara Popular,
similar a la de los Comunes elegida por el pueblo mediante el Poder Electoral;
un Poder Judicial; y una tercera cámara
legislativa o en su lugar un Cuarto Poder Moral, encargado de llevar adelante
el plan de educación popular, entre otras funciones.
Las instituciones
nombradas gozarían en esta etapa de todas las potestades de un gobierno
absoluto, con el fin de enfrentar por todos los medios a su disposición y sin
ninguna limitación, todas las dificultades que puedan entorpecer o impedir la
ejecución del plan de educación popular para la formación de los ciudadanos
activos requeridos para la fundación de la república definitiva y perfecta en
la siguiente etapa, pues esa sería la única justificación de su existencia.
Como colofón de
esta etapa es valedera la siguiente frase de Simón Rodríguez:
El Gobierno de un pueblo
Bárbaro es GROSERO i el del Feroz es BRUTAL. En este estado, la Concordancia entre las costumbres y el
Gobierno de uno y otro es perfecta;
pero el Gobierno no dura, i la razón es que el bárbaro se instruye y el feroz
se humaniza. (So Am, OCSR, T1, 372).
La esperanza
evidentemente está puesta en que este gobierno grosero y brutal, que dirigirá
en esta fase a un pueblo que es bárbaro y feroz, como concordancia perfecta
entre uno y otro, no es duradero a causa de la educación popular que se le
estaría impartiendo de manera intensiva, para que dentro de un breve lapso el
bárbaro se instruya y el feroz se humanice, y por lo tanto ya no sea necesario
ese gobierno grosero y brutal que se ha instalado. Y agrega:
No
hay Prestijio que sostenga el Poder Absoluto:
(…)
Monarca Absoluto = Pueblo Cero (Luc Vir, OCSR, T2, 178).
Es indudable que en
esta etapa existe un poder absoluto
respecto al pueblo, equivalente
al de un monarca, donde el pueblo no ejerce ningún poder por estar constituido
en su totalidad de ciudadanos pasivos, aunque dirigidos por prestigiosos
individuos, los militares libertadores y sus herederos que han dado muestras de
ser una de raza especial de hombres
guerreros y virtuosos, pero el filósofo está convencido de que tal prestigio no
será suficiente para sostenerse en el poder, pues en definitiva el pueblo
instruido y humanizado los sustituirá. Al menos esa parece que era su creencia
y esperanza.
Y nuevamente es
válida aquí la cita ya mencionada:
El
Gobierno vitalicio no es la obra final de la República –su necesidad es
provisional: considérese como el sistema de puntales, conque se sostiene un
edificio que se va a cimentar bajo de obra. (Dfs Blv, OCSR, T2, 345)
Y la esperanza o
puerto firme a donde pretende llegar después de pasar por un gobierno tan
“grosero y brutal” es la siguiente, en la cual se concreta la última etapa del
proyecto:
Después de tantas verdades y tantas consecuencias, es
natural que LOS QUE NO SABEN pregunten, cuáles son las condiciones que ha de llenar el Gobierno, y cuáles las aptitudes que ha de tener el Gobernante.
Las
condiciones del Gobierno son
1ª arreglo en las
aspiraciones
2ª plan de operaciones
establecido
3ª orden en el trabajo
4ª consecuencia en las
providencias
5ª Respetabilidad
interior y exterior, y
6ª Constancia.
Las
aptitudes del gobernante son
1ª moralidad
2ª sentimientos sociales
3ª conocimiento práctico del Estado económico
4ª – del Estado Civil
5ª – del Estado Político
6ª – del Estado Militar
Condiciones y aptitudes
del Pueblo.
Condiciones.
1ª Continuamente
instruyéndose en sus deberes
2ª Continuamente ocupado
en cosas útiles
3ª Siempre sometido a
las leyes
Aptitudes.
1ª Dueño de un capital
productivo aplicado a cosas útiles
2ª Dispuesto a auxiliar,
socorrer o amparar a sus semejantes
3ª Capaz de defenderse,
y dispuesto a tomar las armas.
Porque está instruido,
obra sin violencia y con acuerdo.
Porque está ocupado
adquiere.
Porque tiene, subsiste.
Todo lo que se hace en
la sociedad, es ´por obligación.
Toda transmisión, es un pagamento.
Nadie suplica –todos
exijen.
Nadie pide –todos
cobran.
A ninguno le es
permitido exentar a otros, del trabajo necesario a su subsistencia.
Ninguno tiene derecho á
la propiedad ni á los servicios de otro, sino en común.
No hay legados ni
herencia por sucesión.
(Dfs Blv, OCSR, T2,
351-352)
Esa es la esperanza
por la cual considera Simón Rodríguez justificable pasar por la etapa de
educación popular, con un gobierno tan contrario al que finalmente se busca, y
se vislumbra en el mismo una semejanza con la misión que concedían los romanos
al Cónsul a quien le era concedida la Dictadura mientras prevalecieran
condiciones específicas.
En ese sentido, me
atrevo a parafrasear el término propuesto por Vladimir Ilich Lenin para
justificar su etapa de construcción de la primera fase del proyecto socialista,
en la cual la clase obrera o proletariado asumía el poder absoluto para formar
al nuevo hombre que se requería en la siguiente fase del proyecto socialista, y
a esta etapa previa él la llamó
“Dictadura del Proletariado”, y yo la parafraseo en esta etapa del proyecto
rodriguista, arriesgándome a todas las críticas, como “Dictadura de la
Educación” o “Dictadura de la Ilustración”.
El punto de apoyo de la
palanca republicana es la ilustración.
(Dfs Blv, OCSR, T2,
337).
El fundamento del
Sistema Republicano está en la opinión del pueblo, y ésta no se forma sino
instruyéndolo […] Nadie hace bien lo que no sabe, por consiguiente nunca se
hará República con jente ignorante… (Dfs Blv, OCSR, T2, 342-343).
En resumen final,
del estudio de los diferentes documentos en los cuales se expone el proyecto
republicano de Simón Bolívar, mediante un poder absoluto y centralizado,
defendido a su vez por Simón rodríguez, se concluye que el mismo estaría
compuesto por las siguientes instituciones que se mencionan a continuación.
Presidencia
Vitalicia.
Vicepresidencia
nombrada por el Presidente y heredera de la Presidencia.
Un Senado compuesto
por dos cámaras: Cámara Alta, compuesta por militares de la guerra de independencia,
con carácter vitalicio y hereditario; Cámara Baja, compuesta por representantes
populares, elegidos en Colegios Electorales.
Colegios
Electorales.
Queda pendiente el
estudio del Cuarto Poder, o Poder Moral, el cual se analiza de inmediato en el
siguiente punto.
2.
Cuarto Poder: el Poder
Moral o Cámara de Censores
En este punto se
analizan las características y funciones del Cuarto Poder, también llamado por
Bolívar Poder Moral o Cámara de Censores, y se exploran sus
funciones como órgano encargado de llevar adelante el plan de educación
popular, así como su historia y filosofía, de acuerdo a las referencias que del
mismo hace El Libertador, tomando en cuenta su semejanza con el Areópago de
Atenas, los establecimientos del gobierno de Esparta y los Censores de Roma.
Poder encargado de llevar adelante el plan de
educación popular.
En este punto
corresponde analizar el órgano del poder público que sería el específicamente
encargado de llevar adelante el plan de educación popular. Hay que aclarar que
este no sería simplemente una especie de ministerio de educación, encargado de
ejecutar y desarrollar los planes del estado relacionados con las necesidades
de formación escolar y profesional de los ciudadanos, sino un verdadero poder
encargado de transformar las costumbres sociales, con todas las facultades de
censura y castigo moral; ello incluye por supuesto todo el programa educativo
del estado, pero no solamente eso.
En ese sentido,
Simón Bolívar le atribuye a este Poder Moral varias funciones específicas que
intentaremos desglosar en esta parte, y en
las siguientes citas se describe específicamente el nuevo órgano del poder
público encargado de llevar adelante el plan de educación popular, en el mismo
Discurso de Angostura.
La educación debe ser el
cuidado primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y Luces son los polos
de una República; Moral y Luces son nuestras primeras necesidades.
…
La jurisdicción de este
tribunal verdaderamente santo, deberá ser efectiva respecto a la educación y a
la instrucción y de opinión, solamente en las penas y castigos.
Pero sus anales, o
registros donde se consignan sus actas y deliberaciones; los principios morales
y las acciones de los ciudadanos, serán los libros de la virtud y del vicio.
Libros que consultará el pueblo para sus elecciones, los magistrados para sus
juicios.
Una institución
semejante, que más que parezca quimérica, es infinitamente más realizable que
otras que algunos legisladores antiguos y modernos han establecido con menos
utilidad del género humano.[17]
De
tal manera, en esta segunda etapa del proyecto republicano la autoridad
fundamental para el logro de sus fines educativos estaría concentrada en el
Poder Moral, formando parte del Congreso según se evidencia en el discurso ante
el congreso constituyente de Bolivia, como se cita más adelante, el cual
contaría con los medios y potestades suficientes para imponerse de manera
absoluta en sus áreas de competencia.
Aunque
Bolívar describe en esta frase dicha institución de una manera muy romántica y paternalista,
sería este órgano el verdadero portador de las facultades absolutas
dictatoriales conferidas al estado en esta fase, pues este órgano debe ser el
garante de la transformación etológica de la mentalidad de la sociedad,
mediante la formación de las nuevas costumbres y opiniones. Por otro lado,
acerca de este órgano del estado nada dice Simón Rodríguez, sin embargo,
vislumbra sus funciones:
En la MONARQUÍA las costumbres reposan sobre la
AUTORIDAD; en la REPÚBLICA la AUTORIDAD reposa sobre las costumbres… sólo por
la fuerza física consigue un Rey que sus vasallos obedezcan. La fuerza de la
autoridad Republicana es puramente MORAL (Ex Sus, OCSR, T1, 231).
En
esta frase Rodríguez vislumbra la fuerza de la autoridad moral del estado, y lo
que le faltó fue plasmarla o encargarle su ejecución a un órgano específico con
la misión específica de ejercer autoridad sobre las costumbres mediante la
educación popular.
Los defensores del
Republicanismo Bastardo, no advierten que su Sociedad representa un cono en
posición inversa = LAS COSTUMBRES sobre la autoridad; en la verdadera
República, LA AUTORIDAD sobre las costumbres. (So Am, OCSR, T1, 383).
No
tiene dudas el filósofo caraqueño de que en la república el Estado debe ejercer
autoridad sobre las costumbres, independientemente de cuál sea el órgano
específico encargado de ejercer dicha función, o del nombre que tenga.
El Gobierno debe ser
maestro, y para formar el pueblo á la República necesita cuando más cinco años.
(Dfs Blv, OCSR, T2, 329).
Resulta
claro para el filósofo que para llevar adelante el proyecto de educación
popular el estado mismo debe ejercer las funciones de maestro, que este papel
no debe quedar en las manos de cualquiera, ni siquiera de los padres, ni de las
autoridades locales o municipales, sino que debe ser una función centralizada
del estado para poder garantizar la formación de los nuevos ciudadanos de una
manera homogénea; y para ello resulta lógico la existencia de un órgano
específico de alto nivel y de alta respetabilidad moral que deba garantizar la
ejecución y vigilancia del plan.
Establézcase una JUNTA
que se Titule Inspectora de la Instrucción Primaria […] Esa será la Policía que
conviene a los niños… (Csj Amg, OCSR, T2, 12).
Esta
especie de Policía de la Educación es lo que parecía estar en la mente de
Rodríguez para garantizar la conducta de los estudiantes y la conducción del
plan de educación, según lo recomendado en pequeña escala a las autoridades del
Colegio de Latacunga, pero que Bolívar lo previó para toda la nación en el
marco del Poder Moral. De tal manera, sólo resulta comprensible el proyecto
republicano y el plan de educación popular de Rodríguez, complementado con las
ideas republicanas y educativas de Simón Bolívar.
Estructura y funciones
del Poder Moral.
En
el mismo Discurso de Angostura se observa lo relativo a la estructura y
funciones del Poder Moral, destacándose lo siguiente:
Tomemos de Atenas su
Areópago, y los guardianes de las costumbres y las leyes; tomemos de Roma sus
censores y sus tribunales domésticos y haciendo una santa alianza de estas
instituciones Morales, renovemos en el mundo la idea de un pueblo que no se
contenta con ser libre y fuerte, sino que quiere ser virtuoso.
Tomemos de Esparta sus
austeros establecimientos, y formando de estos tres manantiales una fuente de
virtud, demos a nuestra República una cuarta potestad cuyo dominio sea la
infancia y el corazón de los hombres, el espíritu público, las buenas
costumbres y la moral republicana.
Constituyamos este
Areópago para que vele sobre la educación de los niños, sobre la instrucción
nacional; para que purifique lo que haya corrompido en la República; que acuse
la ingratitud, el egoísmo, la frialdad del amor a la patria, el ocio, la
negligencia de los ciudadanos; que juzgue de los principios de corrupción, de
los ejemplos perniciosos; debiendo corregir las costumbres con penas morales,
como las leyes castigan los delitos con penas aflictivas, y no solamente lo que
choca contra ellas, sino lo que las burlan; no solamente lo que las ataca, sino
lo que las debilita; no solamente lo que viola la Constitución, sino lo que
viola el respeto público. [18]
(Subrayado agregado).
Como
es explícita en el fragmento, esta institución toma su origen a partir de
instituciones de la antigüedad griega y romana, como el Areópago de Atenas, los
establecimientos de Esparta y los Censores y tribunales domésticos de Roma.
Se
propone tener dominio sobre la infancia, el corazón de los hombres, el espíritu
público, las buenas costumbres y la moral republicana, debiendo corregir las
costumbres con penas morales. La falta de definición precisa de esta serie de
conceptos genera tal amplitud de competencias que prácticamente cualquier
actividad de la población quedaría sometida a su virtuoso poder.
Toda
la propuesta expresada en el Discurso de Angostura se amplía, y en algunos
casos se modifica, en el Discurso ante el Congreso Constituyente de Bolivia de
1826, y por ello procedemos a analizar ambas propuestas de manera conjunta para
su mejor comprensión. En ese sentido, respecto a la propuesta del poder moral
en el discurso de Bolivia comenta el autor Ivan Jaksic:
Se trataba de un poder
“moral” que tenía algún parecido con la institución romana de censores, que
ejerció poderes de supervisión moral sobre la comunidad (régimen morum) por
cerca de cinco siglos hasta comienzos de la era cristiana. La Constitución de
Bolivia, así, consistía en un Poder Ejecutivo, un Poder Judicial y una
legislatura de tres cámaras que incluía una Cámara de Tribunos, un Senado y una
Cámara de Censores. Estos últimos, expresó Bolívar en su mensaje al Congreso,
son “los que protegen la moral, las ciencias, las artes, la instrucción y la
imprenta. La más terrible como la más augusta función pertenece a los Censores…
A estos sacerdotes de las leyes he confiado la conservación de nuestras
sagradas tablas, porque son ellos los que deben clamar contra sus
profanadores”54. Estas propuestas recuerdan las de Rousseau en el Libro V de El
contrato social, en donde el pensador francés proponía algo semejante tomando
como modelo los censores de Roma y los éforos de Esparta.[19]
Igualmente
comenta Brigitte Bernard:
Los valores morales para
los cuales Bolívar pretendía que se formaran los ciudadanos, eran de naturaleza
ético-social y ético-política. No se trataba de los deberes de la persona para
con su conciencia, sino de las virtudes sociales y ciudadanas que propiciarían
el enaltecimiento de la República. Por ello, tomaba Bolívar su modelo del
Areópago griego, el cual no constituía en realidad, un Poder Moral, sino un
Tribunal Supremo, pero cuya competencia abarcaba tanto el cumplimiento de las
leyes como de las costumbres… Bolívar
propugnaba con su Poder Moral, la educación de la ciudadanía dentro del ideario
libertario que había guiado el proceso emancipador… El Poder Moral en el
pensamiento de Bolívar, se erige como una instancia pedagógica en relación con
los valores que orientan la conducta del ciudadano en una sociedad en vías de
liberación como lo era la sociedad colonial… Allí reside la función del Poder
Moral, como es la de ejercer esa tarea educativa, esclarecedora,
concientizadora, la cual irradia en torno de un concepto central como lo es el
de Justicia Social.[20]
Es
así que el Poder Moral asume similares funciones en relación con la educación,
la instrucción, la moral y costumbres sociales, que las atribuidas en la
antigüedad al Consejo del Areópago de Atenas y a los Censores romanos, el Éforo
de Esparta y seguramente la severidad de la educación militarista de esta
última, todo ello especialmente en cuanto a la implementación, vigilancia y
control del plan de educación popular.
En
ese sentido, siguiendo con la propuesta de Simón Rodríguez, se hace patente que
en esta segunda etapa del proyecto republicano tomaría el control del plan de
educación popular el aquí descrito Poder Moral, por ello se considera necesario
profundizar en su historia y filosofía.
Historia y filosofía del
Poder Moral.
Haciendo
seguimiento a las instituciones tomadas como modelo por Simón Bolívar al
referirse al Poder Moral, según lo mencionado en sus diferentes escritos,
conseguimos que hacía señalamiento específico respecto al Areópago de Atenas, a
los establecimientos de Esparta y a los Censores romanos, por lo que en esta
parte se hace una breve exploración de dichas instituciones.
El
Areópago de Atenas.
El
Areópago era un monte situado en el área del Ágora de Atenas, donde funcionaba
la sede del Consejo o tribunal superior que controlaba a los magistrados,
interpretaba las leyes y juzgaba a los homicidas, el cual en su origen dependía
del rey y se componía únicamente de Eupátridas o bien nacidos, quienes eran la
aristocracia gobernante, y se reunieron allí desde el 480 a.C. hasta el 425 d.C.
[21]
Después
de la reforma de Solón sus miembros eran escogidos entre los arcontes o
magistrados, cuyos cargos eran inamovibles y representaban a los ricos, en
oposición a los aristócratas. Con el progreso de las instituciones democráticas
los arcontes perdieron su prestigio y poder político, y desde el 487 a.C. ya no eran escogidos entre los hombres más
importantes de la sociedad, sino que eran elegidos por sorteo. Efíaltes, en el
462 a. C. les retiró la custodia de la constitución, con lo que su competencia
disminuyó, pero conservaron su función de tribunal para juzgar los asuntos
criminales, aunque perdieron su importancia política. Acerca de la reforma de
Solón el autor Roberto Rodríguez Guerra expresa:
La reforma de Solón
establece, en primer lugar, que los arcontes habían de ser elegidos de entre
los miembros de las tres primeras clases, y no sólo de entre los Eupátridas. No
obstante habían de ser elegidos mediante un procedimiento que introduce dos
importantes novedades en el sistema de designación. La primera de ellas es que
—según afirma Aristóteles13— si bien «lo antiguo era que el Consejo del
Areópago, tras haber convocado y elegido por sí mismo al apropiado para cada
uno de los cargos, se lo asignara y encomendara por un año»14, ahora estos cargos
son asignados «por sorteo entre candidatos que cada tribu había elegido
previamente». A este fin cada una de las cuatro tribus tenía capacidad para
elegir por separado diez candidatos y posteriormente se procedía a designar los
nueve arcontes por sorteo.[22]
Por su parte el autor Carlos Trejo expresa
acerca de esta institución:
En el período de
Solón, eupatrida o bien nacido (patricio), era quien tenía el
monopolio del mando. Dicho poder se concentraba en el Areópago, institución
aristocrática de personajes inamovibles e irresponsables. Todos ellos ancianos
arcontes. Tenían amplios poderes parecidos a los de la Gerusía espartana. La llegada al poder de los demócratas
significó la ruina del Areópago, que perdió sus facultades políticas y
judiciales, quedándole sólo las honoríficas. Los ancianos no volvieron a tener
un papel importante. Atenas, en general, permaneció fiel a la juventud.[23]
En tal sentido, el Consejo del Areópago
era un máximo tribunal con variadas funciones, manejado por la élite aristocrática
hasta que surgieron reformas que dieron mayor participación a los ricos no
aristócratas, y finalmente con la democracia cualquier ciudadano podía formar
parte del mismo por simple sorteo, hasta que desapareció.
La idea filosófica fundamental de este
Consejo era que lo conformaban los más ancianos funcionarios que ya habían
pasado por las máximas magistraturas del arcontado, y que por lo tanto se
presumía que contaban con la sabiduría, honor y virtudes suficientes como para
representar y corregir la conciencia moral de la sociedad e influir en sus
costumbres mediante sentencias judiciales.
Además, era un hecho que los miembros del
Areópago representaban las ideas de la clase social dominante, primero la
aristocracia de los eupátridas y luego también la de los más ricos,
garantizándose así el sostenimiento de las costumbres e ideas que garantizaban
su permanencia en el poder, hasta el advenimiento de la democracia.
En conclusión, es posible que, respecto al
poder moral propuesto por Bolívar, influyera el hecho de que se presumía que
los miembros de este Consejo eran las personas con más respetabilidad en la
sociedad, pues si ese poder iba a juzgar la moral e incluso imponer nuevas
costumbres, sus miembros deberían gozar de esas características y mucho más.
Los establecimientos de Esparta.
Simón
Bolívar no menciona específicamente a los Éforos en su propuesta del Poder
Moral, sino a los “establecimientos de Esparta”, sin embargo, entre las
diversas instituciones que componían dicho “establecimiento” se encontraban
además la Diarquía, la Gerusía y la Apellá, pero destaca el Consejo de los
cinco Éforos por ser sus funciones las más parecidas a las del cuarto poder
bolivariano, así como la Gerusía, por ser la más parecida al Senado
Hereditario.
En
ese sentido, da la impresión de que
Bolívar estudió con detenimiento la historia, instituciones, educación y
sociedad de Esparta en general, pues no oculta su admiración y preferencia por
esta polis griega, sobre todo por su carácter militarista y guerrero, y que las
instituciones que propone tienen alguna similitud con las de Esparta; por ello
se considera necesario profundizar un poco más en el conocimiento de esta polis
para poder entender el planteamiento de Bolívar, sin salirnos de los objetivos
de este trabajo, hasta donde sea posible.
Continuando
con esta indagación, se consigue que la organización política de Esparta dividía
el gobierno en los siguientes órganos: la Diarquía, constituida por dos reyes hereditarios
de familias diferentes, quienes decidían sobre las cuestiones militares y
religiosas; la Gerusía o consejo de ancianos con más de 60 años, denominados
los Gerontes, compuesta por 28 miembros vitalicios y los dos reyes, quienes decidían sobre la
política externa y juzgaban los crímenes; la Apellá, asamblea de ciudadanos espartanos denominados
los Homoio o iguales, con un mínimo de 30 años, quienes votaban sin debate o
discusión las propuestas hechas por la Gerusía; y el Éforo, compuesto por cinco
miembros llamados Éforos, quienes eran electos por la Apellá y fiscalizaban a los reyes, la administración
de la ciudad, e inclusive podían contrarrestar leyes antiguas; llego a ser el
órgano más poderoso en la ciudad, al extremo de que Aristóteles se refirió a
ellos como tiranos.[24]
Po
otro lado, los Éforos se convirtieron en guardianes de la constitución,
presidían la Apellá, controlaban a los funcionarios y a las comunidades
sometidas de ilotas, recibían a los embajadores extranjeros, vigilaban la
educación de los niños, supervisaban la actuación de los reyes a los que
incluso podían arrestar y llevar a juicio. También actuaban como policías del
pueblo, acompañaban a los reyes a la guerra y podían mandar unidades militares,
eran jueces en cuestiones de derecho civil, mantenían la obediencia para con la
comunidad espartana a la masa de ilotas sujeta a ella y a los periecos que no
gozaban de plenos derechos.
Aparte
de esta estructura del establecimiento político, se destaca en Esparta la
estricta educación militar en comunas, denominada agogé, la cual ya fue referida en el primer capítulo de este
trabajo; se dedicaba a la preparación de la vida militar a la cual eran
sometidos todos los espartanos desde los 7 años de edad, cuando eran separados
de sus familias y llevados a vivir en comunas, de donde salían entre los 18 y
21 años ya preparados como ciudadanos y hoplitas o guerreros espartanos,
carrera que desarrollaban hasta los 60 años, cuando pasaban a formar parte de
la aristocracia de ancianos que dirigían la polis. Es inevitable conseguir
paralelismos entre estas comunas de la agogé,
y las colonias de niños propuestas por Simón Rodríguez para la educación
popular.
Ese
tipo de educación y vida militar era necesaria en todos los espartanos, debido
a que su función era mantener sometidos a los esclavos ilotas descendientes de
las comunidades sometidas y esclavizadas por los invasores Dorios, de quienes
eran descendientes a su vez los espartanos. Resulta que estas comunidades
ilotas eran hasta seis veces superior a los espartanos en número, por lo que si
su población aumentaba eran sistemáticamente invadidos y asesinados por los
hoplitas, para mantener su población en una relación aceptable para garantizar
la dominación ¿Monstruoso?
De
tal manera, es posible deducir a manera de conclusión, que la propuesta del
cuarto poder de Bolívar se asemeja a los Éforos, igual que las comunas de la agogé a las colonias de niños de Simón
Rodríguez; y que la agogé en si misma
tiene semejanza con el plan de educación popular, guardando las diferencias (mutatis mutandi).
Acerca
de la filosofía de Esparta quizás lo que hay que decir es que no les importaba
la filosofía, eso era para los “afeminados y amantes de niños” de Atenas;
dominar su propio cuerpo y dominar a los demás era suficiente, sin tener que
hablar tanto (lacónicos).
Los
Censores de Roma.
Entre
los cargos o magistraturas que constituía la carrera política de los ciudadanos
romanos, llamada cursus honorum[25],
el mayor rango que se podía alcanzar era el de Censor, después de haber
ejercido necesariamente todos los demás cargos de dicha carrera, estando por
encima del mismo solamente la Dictadura, que sólo se daba en tiempos muy
especiales; de tal manera que eran ciudadanos reconocido por sus dotes de
magistrado, y además debían ser de conducta y moral intachable.
Dicho
cargo tenía un notable parecido con los Éforos de Esparta en cuanto a honor y
funciones, se trataba de una magistratura colegiada de la antigua república
romana formada por dos Censores elegidos cada cinco años, o anualmente según
diversos autores[26],
entre cuyas responsabilidades se encontraba la realización del censo, pero
además supervisaba la moral pública y el adecuado manejo de las finanzas; esta
magistratura comenzó en el 443 a.C., resultando que hasta el año 403 a.C.
solamente podían acceder a la misma exclusivamente los patricios, pudiendo
luego también ejercerla los plebeyos, y fue abolida por el emperador Augusto con el advenimiento
del imperio romano en el siglo 27 a.C. [27]
En
conclusión de este segundo punto del capítulo II, se considera que, dada la
similitud de funciones entre el Consejo del Areópago, los Éforos de Esparta y
los Cónsules de Roma, la propuesta de Bolívar relacionada al Poder Moral se
encuentra suficientemente sustentada en las mencionadas instituciones griegas y
romana, pues en efecto cada una de ellas representaba a la aristocracia
gobernante de manera excluyente, y entre sus funciones se encontraba la de
supervisar la moral, entre otras, entendida ésta como las costumbres necesarias
en los ciudadanos para el sostenimiento del sistema político vigente.
3.
Organización
social para llevar adelante el plan de educación popular.
En
este punto se estudia la manera como Simón Rodríguez concebía que debía estar
organizada provisionalmente la sociedad mientras se llevaba adelante el plan de
educación popular para formar a los nuevos ciudadanos a partir de la infancia,
coincidente ésta con la segunda fase provisional republicana de gobierno
vitalicio y hereditario.
Sólo bajo un Réjimen
Vitalicio podrán los hombres públicos ocuparse, con suceso, en la creación de
una sociedad perfecta –en continuas mudanzas se desvanece la autoridad, y todo
se hace ilusorio. Los Ajentes han de permanecer en sus puestos, seria y
continuamente ocupados en formar hombres desde la infancia…
(Dfs Blv, OCSR, T2, 352)
Colonizar el país con los
propios habitantes.
Esta
organización social provisional es necesaria desde el punto de vista etológico,
es decir, para la formación de las nuevas costumbres sociales, en asilamiento
de la influencia perniciosa que transmiten las viejas generaciones afectadas de
la enfermedad social de “las arraigadas costumbres y opiniones”. Al respecto
dice Rodríguez:
El modo de pensar se forma del modo de SENTIR, el de sentir del de PERCIBIR, i el de percibir, de las impresiones que hacen
las cosas,, modificadas por las Ideas que nos dan de ellas los que NOS ENSEÑAN.
(So Am, OCSR, T1, 366).
La Cartilla demuestra
La influencia de las
costumbres en el gobierno
I la del gobierno en las
costumbres
El punto de partida
indeciso
sobre si es el gobierno
el que influye
o si son las costumbres
no lo será para quien
piensa
i ya muchos lo han
decidido.
En el Sistema
Republicano
el Gobierno forma las
costumbres,
porque enseña a
formarlas.
En los demás, sean
cuales fueren,
Las costumbres forman el
Gobierno
Porque cada uno hace de
sus hijos lo que quiere.
(So Am, OCSR, T1, 371).
La
última afirmación de la anterior cita nos hace ver que en los demás gobiernos cada uno hace de sus hijos lo que quiere, no
el estado, y por ello las costumbres
forman al gobierno; lo que nos lleva a interpretar en sentido inverso que en el
sistema republicano el gobierno forma las costumbres porque ninguno hace de sus hijos lo que quiere, sino
el estado.
La
anterior afirmación resulta ser la base del “Gobierno Etolójico” propuesto por
Rodríguez, y esas deben ser las competencias sobre la infancia que reclama
Bolívar para el Poder Moral, por lo que la sociedad debe organizarse de acuerdo
a los fines perseguidos por este principio, que no es otro que poner a los
niños bajo la responsabilidad del estado para aplicarles el plan de educación
popular de manera preferencial, al igual que al resto de la población en
general.
En
ese sentido, Simón Rodríguez propone un proyecto de ley que permite la
regulación jurídica de esta nueva organización social provisional que permitirá
la creación de las nuevas costumbres, de la siguiente manera:
PROYECTO DE LEI
Sobre las 2 atenciones
de futuro: colonización i educación popular.
COLONIZACIÓN
Considerando
… considerando; en
4° lugar, que los Campos de América
están en gran parte despoblados,, i los pocos habitantes que tiene, apiñados,
en desorden, alrededor de los templos, esperando de la Providencia lo que no
les ha prometido,, miserables en medio de la abundancia,, i sin esperanzas de
ocupar su imajinaria propiedad, en
muchos siglos,, por falta de dirección
-que lo que hace horrorosa la Soledad, es la inhabilidad de hacerla
habitable, para vivir en ella,, i que la Industria es un compañero que infunde
valor, al más apocado… 10mo. que sólo al Gobierno toca dirijir los
establecimientos Industriales, que se hagan en el territorio,, porque solo él
debe considerar las conveniencias económicas, civiles, morales i políticas de
la Industria, i la condición de los productores.
Considerando esto y lo
más que pueda añadirse,
se propone la siguiente
LEI
Artículo
1ro. Colonícese el país con sus propios habitantes,, dividiéndolos en 2
especies de Colonos = Adultos i Párvulos.
Art. 2do.
Los Adultos (jóvenes, hombres y viejos) que la Sociedad, por descuido, ha
dejado caer en la miseria, serán considerados = los viejos como carga de la
Sociedad = los hombres i los jóvenes serán Colonos. Se dará destino á los
hombres que sepan trabajar,, i los jóvenes que no quieran ser Colonos, serán
destinados a la milicia.
Art. 3ro.
Las Colonias de Adultos se establecerán en las fronteras de los Indios. Los
límites serán respetados.
Art. 4to.
A los Colonos Adultos, se agregarán los Artesanos extranjeros, que quieran
seguir la Condición de los nativos.
Art. 5to.
Se asegurará la posesión de la Industria a los artesanos establecidos; no
admitiendo otros que vengan a rivalizar con ellos. Si llega algún extranjero,
con algo que adelante la industria establecida, se le comprará por cuenta de
las Colonias: pero no se le permitirá establecerse en ellas, sino por
consentimiento de la Dirección.
Art. 6to.
Cada Provincia o Departamento establecerá su Colonia, con sus habitantes, a su
costa,, i la dirijirá entendiéndose con la Dirección general.
Art. 7mo.
Las Colonias; ocuparán, en propiedad, las tierras baldías que el Estado les
adjudique –i donde no haya baldías, se arrendarán a los propietarios que las
tengan sobrantes. Las Colonias no adquirirán la propiedad, sino por contrato
con el propietario.
Art. 8vo.
Cada Colonia tendrá su milicia urbana, sostenida a sus expensas –guardará su
frontera, i no será movida por el Gobierno.
Art. 9no.
Las Colonias de niños pobres se establecerán entre los adultos i los poblados,,
i en ellas se admitirán los niños Europeos, que vengan recomendados por los
Gobiernos de su país. No se admitirá ninguno que pase de once años, ni que
tenga menos de ocho: i serán considerados como Americanos. Ni su país natal ni
sus padres podrán reclamarlos, sino pagando lo que deban, según resulte de la
cuenta que se ha llevado con ellos por sus gastos, i por lo que hayan devengado
con su trabajo.
Art. 10mo.
Al 4to. año de estar establecidas las Colonias de Adultos, empezarán a pagar
una contribución directa al erario de la nación –i las de Párvulos al cabo de
5.
La parte disciplinal i
económica de la Colonización –la especie de Instrucción que deba darse a los
niños –i los arbitrios para su establecimiento, piden un tratado. Sólo
advertirá, en cuanto a los arbitrios, que, en Bolivia, se creó, el año 25, un
fondo de Beneficencia, de 15 millones de pesos fuertes, sin perjudicar
propiedades.
El que no VE lo que le TOCA está ciego
el que no lo SIENTE está
muerto.
(So Am, OCSR, T1,
409-412)
Como
se puede apreciar, este proyecto de ley divide la población afectada por ella,
en colonias de adultos, colonias de párvulos y milicia, con el fin de aplicar
el plan de educación popular, y así mismo regula lo relacionado a su
constitución y funcionamiento, pero reclama que se establezca un “tratado” o
reglamento, en cuanto a los aspectos de disciplina, economía y tipo de
instrucción que deba dictarse, el cual requería elaborarse adicionalmente.
Con
el fin de su adecuada interpretación se procede a estudiar separadamente cada
una de las instituciones mencionadas en este plan de colonización.
Colonias
de niños.
Los Directores de los
Institutos serían buenos labradores: Si en las tierras vírgenes de los
desiertos sembraran la semilla que se pierde en los poblados… (los niños
pobres)… harían la abundante cosecha (de hombres) que en vano esperan de los
corrales y de los salones de las ciudades. Por más esmero que pongan en
cultivar, en terrenos ingratos, semilla buena, al cabo verán que… en los
corrales sembraron para cochinos y en los salones para pájaros. Escapará una
que otra matita, y tendrán que consolarse con esperanzas de campesino agorero.
“Con el tiempo…, el año que viene, si Dios es Servido…” (Ex Sus, OCSR, T1, 233)
En
el proyecto de ley se contiene una organización especial de la sociedad para
llevar adelante el plan de educación popular, respecto a aquellos niños,
jóvenes, hombres y viejos que se encuentren en condiciones de miseria o
abandono, o los extranjeros que al mismo quieran acogerse, asumiendo una forma
comunitaria de vida que parece tener alguna semejanza con las comunas en las
cuales se llevaba adelante la agogé
espartana, según lo estudiado en el punto número dos de este mismo capítulo.
Es
notable que dichas colonias se instalarían ocupando los terrenos desocupados
que puedan encontrarse entre las ciudades y los territorios indígenas, sin
mezclar a los niños con los adultos, ni las colonias en general con las
ciudades ya establecidas, de tal manera que dentro de las colonias existiría el
aislamiento de los niños para su educación e instrucción y la práctica en
general de nuevas costumbres sociales dentro de las colonias, conforme a lo
requerido para la futura sociedad republicana.
Además,
estas colonias estarían estrictamente supervisadas por una autoridad denominada
Dirección general, que no dependería de los Departamentos y Provincias, sino
que estas autoridades departamentales y provinciales tendrían que entenderse
con esta Dirección general. Es fácil suponer que esta Dirección general estaría
bajo el control del Poder Moral, o constituida por dicho Poder, según la
propuesta de Bolívar.
Por
otro lado, es apreciable que en este proyecto de ley todavía Rodríguez piensa
solamente en los niños desprotegidos y abandonados, siendo el hecho que en
diversas otras citas se refiere a la aplicación del plan para “todos” los
habitantes.
… la instrucción social debe ser general sin
excepción. (So Am, OCSR, T1, 302).
La Misión de un Gobernante liberal… LIBERAL se entiende… es cuidar de todos los hombres, en la Infancia… de TODOS, de TODOS, sin
excepción,, para que cuiden de sí mismos después, i cuiden de su Gobierno. (So
Am, OCSR, T1, 333).
La empresa de la enseñanza debe ser general y
constante. Su importancia exige que haya en ella maestros Sabios. Hábiles,
Irreprensible, y con vocación para enseñar.
(Ex Sus, OCSR, T1, 249).
Entonces,
se puede concluir que el plan de educación popular es para todos en general, y
no solamente para los niños desamparados, miserables o abandonados; sino que en
esta fase especial de la república se debe contar con los poderes suficientes
para que dicha ley alcance a todos los niños sin excepción, y a todas las
personas, en la medida en que los medios y los recursos lo permitan.
Por
lo tanto, es presumible que con un “gobierno etolójico” ya instalado, con
poderes absolutos, vitalicios y hereditarios, con las potestades suficientes
para tomar todas las decisiones necesarias para cumplir cabalmente con el plan
de educación popular, no deberían existir mayores dificultades para incorporar
de manera progresiva a todos los niños a dicho plan, a todos en general y sin
excepciones, para poder cumplir con los objetivos de esta fase de la república
y pasar a la siguiente.
No consiste en el tiempo
sino en los medios; y si estos se ponen a la DISPOSICIÓN del que manda (aun con
la mayor reserva) pronto estarán a su DISCRECIÓN. Por más que velen los
Liberales sobre la conducta del Jefe Supremo, los Servicios que puede hacer con
distinciones y con gracias de toda especie, las excederán en número y en
influencia, y con las armas en la mano, les impondrán silencio. No hay sino un
solo recurso, y por fortuna muy fácil… hacer
que el pueblo sea Republicano…
(Dfs Blv, OCSR, T2,
346).
De
tal manera, no es aventurado presumir que este proyecto de ley pudiera abarcar
obligatoriamente a toda la población de niños, aunque los que no puedan ser
incluidos en las colonias de párvulos desde un principio pudieran entonces
recibir el plan de educación popular en los poblados o ciudades ya existentes,
tal como se expone más adelante en este mismo punto.
Por otro lado, en la
parte final del proyecto de ley se hace referencia a que un plan similar fue
decretado por Simón Bolívar para ser cumplido en Chuquisaca, Bolivia, del cual
ya se hizo comentario acerca de su fracaso, pero además Simón Rodríguez da
detalles de cómo fue su funcionamiento, por lo que pudiéramos deducir que en
las colonias se aplicaría de forma parecida, a saber:
Los niños se habían de
recoger en casas cómodas y aseadas,
con piezas destinadas a talleres, y estos surtidos con instrumentos, y
dirijidos por buenos maestros. Los varones debían aprender los tres oficios
principales, Albañilería, Carpintería y Herrería porque con tierras, maderas y
metales se hacen las cosas que son más necesarias, y porque las operaciones de
las artes mecánicas secundarias, dependen del conocimiento de las primeras. Las
hembras aprendían los oficios propios de su sexo, considerando sus fuerzas –se
quitaban, por consiguiente, á los hombres, muchos ejercicios que usurpan á las
mujeres.
Todos debían estar
decentemente alojados, vestidos, alimentados, curados, y recibir instrucción
moral, social y relijiosa. Tenían, fuera de los maestros de cada oficio, Ajentes
que cuidaban de sus personas y velaban por su conducta, y un Director que
trazaba el plan de operaciones y lo hacía ejecutar.
… En cada Departamento
de la República debía haber un establecimiento igual… La intención no era (como
se pensó) llenar al país de artesanos rivales o miserables, sino instruir, y
acostumbrar al trabajo, para hacer hombres útiles –asignarles tierras, y
auxiliarlos en su establecimiento… era colonizar
al país con sus propios habitantes. (Dfs Blv, OCSR, T2, 235- 236-237)
En
tal sentido, las colonias de niños previstas en esta ley deberían tener por lo
menos una organización similar a la antes señalada, y contar con el
aprovisionamiento de recursos suficientes para garantizar su funcionamiento.
Colonias
de adultos.
Por
otro lado, es notable que aparte de la educación popular que se estaría
desarrollando con los niños en las colonias de párvulos, se estaría llevando
además un proyecto de industrialización en las colonias de adultos, con un
método de producción socializado y propiedad comunitaria, que a su vez estaría
preparando o ensayando una especie de plan general de industrialización futura
del país, a medida que se cumpla la educación e instrucción de los niños,
quienes al final de dicho proceso irían pasando a las colonias de adultos ya
convertidos en ciudadanos activos, o a las milicias si esa es su elección. El
resultado del proceso aplicado en las colonias sería una ciudadanía activa, una
industria en desarrollo y una milicia, conforme a lo requerido por la futura
sociedad republicana.
Acerca
de la forma de hacer la producción e industrialización, Rodríguez hace varias
referencias que resultan importantes de señalar en esta parte:
En cuanto a la
indicación de medios de adquirir; toca a los Maestros hacer conocer a los niños
el valor del trabajo, para que sepan apreciar el valor de las obras. Hacerles
entender que la Industria es una propiedad que se debe respetar: por consiguiente
que nadie tiene derecho de arruinar la industria ajena para establecer la suya.
Que la división de
trabajos, en la confección de las obras, embrutece a los obreros, y que, si por
tener tijeras superfinas y baratas hemos de reducir al estado de máquinas a los
que las hacen, más valdría cortarnos las uñas con los dientes: por el
contrario, que la división de trabajos en la producción es necesaria: porque la
superabundancia de una misma cosa en todo en un país, abarata el producto,
desaprecia el trabajo y empobrece al productor. (Ex Sus, OCSR, T1, 237).
Por máxima reguladora de
la Economía dígase antes de emprender: Los productores se han de consultar para
no producir más de lo necesario. En la producción superflua está la desgracia
del hombre: por ella pierde y se empobrece: la pobreza lo somete a condiciones
duras, y, al fin, la miseria lo vende al capitalista. ¡¿Cuántos descendientes
de ricos hacendados no se ven hoy de mendigos o de tahúres?! Por eso no dejan
los economistas de prodigar elogios a la agricultura ni de recomendar altamente
al honrado labrador. Hasta los poetas toman a su cargo el hacernos creer que la
gente del campo es feliz, especialmente los pastores, porque pasan casi todo el
día durmiendo. Églogas, Idilios, Villancetes, para las Bibliotecas de los
señores. Crasísima ignorancia, hambre y grosería en las chozas de los siervos.
(Ex Sus, OCSR, T1, 240).
Si los americanos
quieren que la revolución política que el peso de las cosas ha hecho y que las
circunstancias han protegido, les traiga verdaderos bienes, hagan una
revolución económica y empiécenla por los campos: de ellos pasará a los
talleres, y diariamente notarán mejoras que nunca conseguirán empezando por las
ciudades.
Venzan la repugnancia de
asociarse para emprender y el temor de aconsejarse para proceder. Formen
sociedades económicas que establezcan escuelas de agricultura y maestranzas en
las capitales de provincias, y las extiendan, cuando convenga, a los lugares
más poblados de cada una que designen el número de aprendices y hagan
reglamentos, para que los maestros no hagan de sus discípulos sirvientes
domésticos: que no consientan que el comercio asalaríe por su cuenta a los
obreros, para reducirlos a la condición de esclavos: que enseñen a despreciar
la manía de querer exportar lo que no existe, o lo que no se pide, o lo que no
se necesita en el país: que fomenten el comercio interior con lo que produce
fácilmente cada lugar, y que hagan entender a los productores que el que no
tiene lo necesario no debe pensar en sobrantes: que piensen en ordenar y en
dirigir antes de mandar: que no permitan errar, por el gusto de quejarse del
mal que tren los yerros… en fin, que no den por imposible lo que no hayan
puesto a prueba.
(Ex Sus, OCSR, T1, 241).
De
la lectura de los anteriores fragmentos se puede especular que los principios
allí señalados en torno a la producción y a la industria serán los que se
estarían desarrollando en las colonias de adultos para organizar la producción
popular con miras a la sociedad republicana.
Por
lo tanto, las colonias de adultos recibirían a los nuevos ciudadanos
activos que vendrían adecuadamente formados de las
colonias de niños, y allí comenzarían a poner en práctica tanto los
conocimientos útiles de la instrucción,
como la formación ciudadana de la educación; de esa manera, en las colonias de
adultos ya se estaría comenzando a realizar el ensayo de sociedad republicana
futura, mientras que en los poblados y ciudades ya existentes se estarían
extinguiendo las viejas y arraigadas costumbres y opiniones, en la medida en
que vaya culminando de manera natural la vida del viejo populacho.
Milicias.
Se
observa que formar parte de las milicias es una opción al salir de la colonia
de párvulos, una vez cumplido el plan de educación popular, pues se puede optar
por pasar a la colonia de adultos o a la milicia. Por ahora no estamos seguros
si dentro del plan de educación popular está previsto dar entrenamiento militar
a los infantes, pues Rodríguez solamente se refiere a otros aspectos de la
educación, mismos que se estudiarán en el capítulo III de este trabajo. Por lo
tanto, es posible que dicho entrenamiento militar sólo se dé a quienes escojan
la milicia en vez de la vida civil de la colonia de adultos.
Estos
milicianos presentan similitud con los hoplitas
de las polis de la antigua Grecia,
quienes eran ciudadanos civiles que recibían entrenamiento especial para
participar en la defensa de su ciudad, movimiento que fue llamada “la
revolución hoplítica”, porque dio oportunidad a las clases bajas para su participación
en la política[28],
pues ser parte de la milicia de caballería (hippeis)
sólo estaba reservado para las clases altas que podían pagar el alto costo
de entrar a la caballería, con su propio armamento, cabalgadura y protección
corporal[29].
Sin
embargo, al crearse la milicia hoplítica, que eran regimientos ciudadanos de
infantería liviana o pesada, ya el costo del armamento y protección corporal se
redujo, dando oportunidad a las clases medias de entrar a la infantería pesada,
y hasta a los campesinos en la infantería liviana, dándoles así el derecho de
opinar y participar en la organización de las guerras[30]
[31].
Esta
milicia ciudadana se comenzó a formar probablemente a partir del siglo VII
a.C., como una forma de prevención de
los ataques contra la ciudad, a excepción de los hoplitas de Esparta, que como ya se ha dicho, se entrenaban como
tales desde niños y constituía la vida de todos los ciudadanos hasta los 60
años.
Los
hoplitas eran ciudadanos armados para
la defensa de su ciudad, los cuales contrastaban con los mercenarios, que eran individuos de cualquier otra polis, o de la
propia, que luchaban a cambio de un pago para su propia supervivencia, como
soldados profesionales, mientras que los hoplitas
eran una milicia ciudadana.
En
Roma por su parte, no se consigue una milicia similar a la de los hoplitas, sino que estaba constituido un
ejército o Legión, que lo más parecido a las milicias que pudieran tener era
que incluía a legionarios de diferentes
clases sociales, entre ellos la infantería ligera o velites, que eran ciudadanos que provenían de los estratos más
bajos de la sociedad, o la infantería pesada, que se componía de ciudadanos que
podían pagar el equipo costoso. Por ello, no se puede conseguir una similitud
romana con la milicia propuesta por Simón Rodríguez.
La
funciones de la milicia rodriguista eran simplemente las de guardar la frontera
de su colonia, según el proyecto de ley, y seguramente dicha protección no
tendría que ver con ataques provenientes de alguna parte, sino más bien para la protección de los fines
etológicos, o sea, resguardar que no se mezclaran los pobladores de los pueblos
y ciudades cercanos para impedir que las nuevas costumbres ciudadanas formadas
dentro de la colonia se vieran
contaminadas de las viejas costumbres en abolición.
Por
otra parte, se justifica también la existencia de las milicias populares en la
formación o preparación de las aptitudes requeridas en el pueblo de la futura
sociedad republicana, pues Rodríguez expresa que “Debe ser capaz de defenderse,
y dispuesto a tomar las armas” (Dfs Blv, OCSR, T2, 352), por lo que es
plausible que se diera entrenamiento militar a todos los ciudadanos, y que una
parte de ellos se dedicara de manera ordinaria a la milicia, mientras que el
resto estaría preparado para incorporarse a ellas de manera extraordinaria
cuando fuese necesario, a la manera de los hoplitas.
Educación en las ciudades
ya existentes.
Es
previsible que en sus inicios el plan de educación popular organizado a través
del método de las colonias de niños y adultos, no sea suficiente para
incorporar a todos los niños de todos los poblados y ciudades ya existentes,
por lo que paralelamente a las colonias debe hacerse un esfuerzo por llevar el
gobierno etológico a dichos lugares, donde debe hacerse un plan especial debido
a que los niños estarían expuestos constantemente a un entorno social donde
prevalecen las antiguas y enraizadas costumbres y opiniones.
En
virtud de lo anterior, resultaría necesario organizar en las propias ciudades y
poblaciones un ambiente social y educativo estrictamente supervisado por el
Poder Moral, de tal forma que se controlen mediante censura y se penalicen las costumbres dañinas, para
evitar que los niños sean expuestos a las mismas, y que se premie y reconozca
públicamente a todos aquellos que vayan asumiendo los nuevos hábitos republicanos, con el fin
de que los niños estén constantemente estimulados a emular o copiar las nuevas
costumbres, y evitar o temer aquellas que son reprimidas o castigadas
sistemáticamente por el Poder Moral y todas la autoridades del Estado.
Por
ello, es previsible que en esta etapa existiera la aceptación social y legal
del castigo escolar y familiar a los niños,
para penalizar la aparición en ellos
de los viejos hábitos y costumbres, y que se les hiciera conocer las
penalizaciones y premios aplicados en general a todos los miembros de la
sociedad por esa causa, así como la aplicación obligatoria, e incluso forzada,
de las nuevas costumbres y principios, aunque surjan resistencias y opiniones
contrarias que necesariamente deben ser reprimidas.
… remover los obstáculos que oponen las costumbres a
los progresos de la civilización… (Dfs Blv, OCSR, T2, 334)
El fundamento del Sistema
Republicano está en la opinión del pueblo, y ésta no se forma sino
instruyéndolo […] Nadie hace bien lo que no sabe, por consiguiente nunca se
hará República con jente ignorante… (Dfs Blv, OCSR, T2, 342-343).
…distíngase con
atenciones a todo el que se muestre adicto al sistema –hónrese y protéjase a
los que sirvieron, y con especialidad a los que padecieron, y a los que
arrostraron peligros cuando no había esperanzas, rodéese el gobierno de estos
sujetos… (Dfs Blv, OCSR, T2, 347
LA CONDUCTA DE LOS NIÑOS
debe estar sujeta a TRES INSPECCIONES:
A la de los Padres, en
sus CASAS; a la de los Maestros, en sus ESCUELAS; i a la de la POLICÍA, en las
CALLES. (Csj Amg, OCSR, T2, 11).
Establézcase una JUNTA
que se Titule Inspectora de la Instrucción Primaria […] Esa será la Policía que
conviene a los niños… (Csj Amg, OCSR, T2, 12).
… en costumbres, la tradición es un gran mal: deberían
perderse algunas buenas, por no conservar, con ellas, las malas; puesto que con
cada hombre, hay que emprender el mismo trabajo. Mas es el daño que hace, a la
sociedad, un viejo ignorante, conversando con un nietecito, que el bien que
promueven mil filósofos escribiendo….
Volúmenes! El muchachito es capaz de corromper la razón de todo un barrio, si
alcanza a vivir 40 años –y de los libros de mil filósofos, apenas vendrá, uno
que otro, entre millares, a leer algunas páginas…. por distraerse, las más
veces. (So Am, OCSR, T2, 112).
El bien público es cosa muy sagrada: en él no deben injerirse los intereses privados. (Dfs Blv, OCSR, T2,
216).
… en TODO¡ han de
Gobernar la PRINCIPIOS SOCIALES… EN TÓDO!
La Escuela Primaria dará
REGLAS de CONDUCTA… en Jeneral…
la Maestranza PONDRA en
PRÁCTICA… las que le TOQUEN,
i el Colejio habrá en lo
que NADIE! hasta aquí,
que es, en hacer ver…
que en TODA OCUPACIÓN…
EN TODA EMPRESA… ha de regir la
Idea de la SOCIABILIDAD.
(Csj Amg, OCSR, T2, 51)
Estas
formas de control o condicionamiento social planteadas en este conjunto de
citas, y en muchas otras que se pueden encontrar en las obras de Rodríguez,
tienen su lugar y momento de aplicación precisamente en este tiempo, en el cual
rige el gobierno absoluto, vitalicio y hereditario, en los espacios
correspondientes a los pueblos y ciudades donde existen y han existido a
plenitud las viejas y arraigadas costumbres y opiniones.
En
dichos lugares aún existirían niños formándose debido a que no habrían pasado a
las colonias, que probablemente resultarían infectados por la enfermedad social
de las viejas costumbres. Es por ello que en estos lugares el plan de educación
popular se estaría aplicando no solamente como un remedio preventivo en los
niños, sino también de forma curativa tanto en niños como en adultos.
En
consecuencia, este sería el tiempo y el
espacio donde realmente estaría rigiendo la que he llamado Dictadura de la
Educación o de la Ilustración, pues es lógico que en los poblados y ciudades se
estaría dando el combate entre lo viejo y lo nuevo, debiendo el gobierno
etológico imponerse con todos los medios a su alcance, de tal manera que puedan
salvarse para la futura república la mayor cantidad de niños posibles, para que
puedan convertirse en ciudadanos activos y no pasen a engrosar las viejas filas
del populacho.
Por
otro lado, es entendido que el destino de estos viejos pueblos y ciudades es la
desaparición, en la medida en que vayan creciendo en número e importancia las
colonias de niños y adultos, hasta que definitivamente sean absorbidos por las
colonias cuando se complete el plan de educación popular y la transformación
etológica.
Crianza
en el hogar: No intervención de los padres en la formación de las costumbres y
opiniones sociales.
De estas instrucciones….
verdaderas viruelas naturales….mueren
o quedan estropeados mentalmente muchísimos –Se mantiene así la sociedad,
creyendo que todo ha de ir como ha ido, hasta que llega el día de experimentar
los efectos de la ignorancia (Luc Vir, OCSR, T2, 126)
Resulta
muy importante controlar que los niños que quedasen en esta fase en los pueblos
y ciudades existentes, y que por lo tanto no puedan pasar a las colonias, sean
expuestos al mínimo posible a la influencia negativa de las viejas costumbres y
opiniones, de los cuales sus padres son portadores.
En
consecuencia, en esta etapa deben estar suspendidos al máximo posible los
derechos y potestades paternas relativas a la responsabilidad de crianza,
custodia y patria potestad, las cuales estarían estrictamente intervenidas por
el estado y puestas bajo la responsabilidad del Poder Moral. Sólo así pudiera
cumplirse un gobierno etológico para llevar adelante el plan de educación
popular en los viejos poblados y colonias.
Por
lo tanto, los padres y demás familiares pasarían a ser meros cuidadores o
tenedores, debiendo someterse y rendir cuentas de dicha función a los
representantes del Poder Moral que les corresponda, debiendo renunciar a
transmitirles sus creencias, hábitos, costumbres y opiniones en general, siendo
nada más que simples vigilantes de sus propios hijos para que cumplan el plan
de instrucción y educación que se les estará impartiendo en las escuelas, y
ponerlos a la disposición del estado para todas las actividades de interés
educativo que sean organizadas para cumplirse en cualquier momento, a la manera
de los ya mencionados grupos de entrenamiento infantil denominados Pioneros
Leninistas en la ex Unión Soviética, o la Opere Balilla en la Italia Fascista, o los Boy Scouts norteamericanos, a manera de
mero ejemplo.
Formación
escolar: Educación e Instrucción.
Por
estar dándose esta parte del plan de educación popular fuera del seno de las
colonias, debe llevarse a cabo en las mismas viejas escuelas existentes en los
poblados y ciudades, pero con nuevos maestros y nuevos planes de estudio, según
lo que se expondrá en el capítulo tercero de este trabajo, pero en este punto
se toca lo relativo al entorno o ambiente en el cual se estará realizando dicho
proyecto.
En
ese sentido, es necesario que se aplique el plan general de instrucción social, corporal, técnica y
científica, destinación a ejercicios útiles desde la infancia, conciliación de los intereses particulares
con el interés general, aspiración fundada a la propiedad, participación de los
individuos en las cosas ´públicas y que formen parte del tejido social; todo
ello enseñado en escuelas ´publicas bajo la responsabilidad del estado, con
maestros especialmente formados en las nuevas costumbres y opiniones sociales.
Para
lograr llevar adelante este proyecto en medio de las ciudades y poblados donde
imperan la viejas costumbres y opiniones, Rodríguez hizo una muy completa
recomendación en su Obra “Consejos de Amigo dados al Colejio de Latacunga”,
cuyas indicaciones pueden convertirse en la guía principal en estas
circunstancias, así como otras reflexiones dadas en diferentes obras que sólo
aplicarían aquí, y no en las colonias.
Las Escuelas se dividen
en dos especies:
Unas para niños decentes
(es decir, que pagan bien). Estas son Enciclopédicas, para hacer sabios a 10
años. Otras para la morralla – almacenes de muchachos, enseñándose unos a otros
a gritar, y los Maestros… (digo mal) los PRECEPTORES, mandando (a uso de los
Pilotos) la maniobra: son Escuelas de vapor, de la fuerza de 100 caballos, o
ferrocarriles, que transportan en soplo millares de muchachos de la sima de la
ignorancia al pináculo del SABER. (Ex Sus, OCSR, T1, 247).
Este
tipo de escuelas estarían destinadas a desaparecer en esta fase, y surgiría un
solo tipo de escuela con una sola metodología igual para todos, ya no habría ni
escuelas enciclopédicas, ni de la morralla, ni las de vapor, sino solamente las
escuelas republicanas, donde se estaría llevando adelante el plan de educación
popular.
En
este sentido, Rodríguez critica especialmente las escuelas donde se aplicaba el
método de Lancaster, en el cual los niños mayores se convertían en instructores
de los más pequeños y atrasados, a lo que el filósofo caraqueño llamaba
enseñanza mutua y escuelas de vapor.
ENSEÑANZA MUTUA es un
disparate, Lancaster la inventó, para hacer aprender la Biblia de MEMORIA. Los
discípulos van a la Escuela… a
APRENDER¡... No a ENSEÑAR! ni a AYUDAR a
ENSEÑAR. (Csj Amg, OCSR, T2, 25).
Claro
que era imposible que la enseñanza mutua sirviera para las escuelas de esta
etapa, pues lo fundamental era la educación republicana, no simplemente la
instrucción de los rudimentos necesarios para aprender a leer, escribir y demás
conocimientos útiles para la vida individual; lo fundamental era aprender la
vida en la sociedad republicana, y para ello se requería de maestros
especialmente entrenados, no la morralla enseñando a la morralla.
Establézcase una NUEVA
enseñanza, con Maestros NUEVOS:
sin excluir de los
actuales, a los que quieran sujetarse a un NUEVO Reglamento.
(Csj Amg, OCSR, T2, 19).
Ya
se comentó en el punto correspondiente en el primer capítulo y al inicio de
este segundo, que antes de iniciar el plan de educación popular era necesario,
primero que todo, formar a los maestros que conocieran a cabalidad el nuevo
libreto o programa, currículo diríamos ahora, que compondría la formación de los nuevos ciudadanos de la república.
Por
ello, es imposible que a cualquiera que no estuviera cuidadosamente formado
como maestro de educación popular se le permitiese asumir dichas funciones,
porque se correría el enorme riesgo de estar transmitiendo las mismas viejas
costumbres y opiniones que se pretenden abolir.
Además,
es entendido que las viejas ciudades y poblados son el sitio de reproducción
del populacho, y es allí donde se estaría librando la batalla frontal con las
viejas costumbres y opiniones, y los mariscales de campo en estas batallas
serían los maestros. Esa estratégica función no puede ser entregada a
cualquiera que sepa leer y escribir, o a cualquier carpintero o bodeguero de la
vieja escuela. Contra ellos es la lucha, y de ninguna manera se les puede
asumir como ayudantes de maestros. De esa forma se entiende perfectamente la
oposición de Rodríguez al método de Lancaster; no porque sea malo para aprender
a leer y escribir, sino porque no sirve para formar ciudadanos. Punto.
Si los padres de la
actual jeneración Americana quieren que sus hijos les hagan honor en la carrera
social, envíenlos a la Escuela Republicana… desde temprano, y… por fuerza… Así
lo hacen para estudios menos importantes, y no se creen déspotas.
(So Am, OCSR, T1, 286).
¡En
estas cortas frases está toda la clave de esta enseñanza en los pueblos y
ciudades! Lo importante es enviar a todos los niños a la escuela republicana
desde temprano y por la fuerza si es necesario; no hay nada más importante que
hacer en esta etapa y en estos lugares.
Es
precisamente para esa enseñanza por la fuerza, la causa por la cual Simón
Rodríguez recomienda la existencia de un “Gobierno Etolójico”, que en este
trabajo también lo hemos llamado “Dictadura de la Educación o de la
Ilustración”, porque sus objetivos deben lograrse mediante la incorporación
voluntaria de la población, o por la fuerza, haciendo uso indiscriminado de
todos los medios puestos al arbitrio del estado para el logro de sus fines. Es
el Príncipe de Maquiavelo en acción, o más bien el Leviatán de Hobbes, o el
Soberano de Rousseau. La modernidad en acción.
Aquí
vale la pena volver a traer a colación un fragmento ya previamente citado:
Escuelas políticas
cubiertas con el pretexto de la religión, disfrazadas con el título seductor de
Educación Popular, las hay en las monarquías mitigadas… En las Repúblicas la Escuela debe ser
política también, pero sin pretextos ni disfraces. En la sana política no
entran mañas, tretas ni ardides. La política de las Repúblicas, en punto de
instrucción, es formar hombres para la sociedad. (Ex Sus, OCSR, T1, 235-236).
Escuelas
políticas sin pretextos ni disfraces, esa es la consigna del gobierno
etológico, y eso es lo que se debe hacer en los pueblos y ciudades con todos
los habitantes, y de forma privilegiada con la infancia, mientras en las
colonias de niños se hace lo mismo de manera aislada y enfocada exclusivamente
a la infancia.
Como
resultado final del plan de educación popular en estas escuelas republicanas,
se obtendrían productos más variados que los obtenidos en las colonias de
niños, pues aquí es probable que una buena cantidad de niños logre absorber la
educación e instrucción impartida, sin infectarse de las viejas costumbres y
opiniones de su entorno, y así logre pasar el examen final que lo convertiría
en Ciudadano Activo, “… no porque supiese leer, sino por haber hecho ver que
sabían, lo que es derecho y deber, en Sociedad…” (Csj
Amg, OCSR, T2, 22).
Pero
por otro lado es posible que salgan niños que aprobaran adecuadamente el plan
de instrucción de ejercicios útiles, es decir, que aprendieron el conocimiento
de primeras letras, más un oficio que les permita ganarse la vida, y quizás
seguir estudios superiores en la maestranza (academia militar) o en el colegio
(universidad), pero que no demuestren el conocimiento de lo que es derecho y
deber en sociedad. Estos se graduarían como estudiantes regulares, pero no como
ciudadanos activos para la república; en consecuencia, serían ciudadanos
pasivos sin derechos políticos, sin derecho a elegir ni ser elegidos para la
representación popular, ni todo aquello que signifique la ciudadanía activa.
En
este mismo orden de ideas, es igualmente posible que una parte de los que
ingresen a estas escuelas republicanas ni siquiera logren graduarse y que
abandonen la educación, pasando así de manera directa a formar parte de la
ciudadanía pasiva, del populacho o morralla enferma de las viejas costumbres y
opiniones, cuyo destino final sería desaparecer de manera etológica, a menos
que más adelante se les aplique alguna otra forma de educación popular curativa.
En
ese sentido, es posible que estos ciudadanos pasivos adultos, que no lograron pasar
el examen de la escuela republicana, puedan entrar a otras formas de educación
popular para que aprendan un arte u oficio utilitario o en las artes militares,
mientras se les repite la instrucción social necesaria para convertirse en
ciudadanos activos.
Igualmente
pudieran organizarse formas extraordinarias de instrucción social para ser
aplicadas de manera sistemática en tiempos libres a todos los pobladores
adultos de cualquier edad, que tengan la condición de ciudadanos pasivos, por ejemplo,
en horarios nocturnos, fines de semana, o incluso en lapsos controlados dentro
de su jornada laboral específica, a los fines de dar a todos la oportunidad de
convertirse en ciudadanos activos, al aprobar el examen correspondiente.
En
conclusión de este punto, se verifica que efectivamente Simón Rodríguez propone
una forma especial de organización de la sociedad a los fines de llevar
adelante el plan de educación popular, para cumplir con su visión de que, para
poder formar las nuevas costumbres sociales requeridas para la nueva sociedad
republicana, se requiere separar a las nuevas generaciones que se están
formando, de la nociva influencia de las viejas generaciones, donde se
encuentran instaladas las arraigadas costumbres y opiniones producidas en el sistema
de servidumbre colonial.
Estas
nuevas estructuras sociales existirían con motivo de su propuesta de colonizar
el país con sus propios habitantes, para lo cual se constituirían en los
alrededores de cada poblado o ciudad ya existente las llamadas colonias de
párvulos, de adultos y milicias, donde se estaría llevando adelante el plan de
educación popular de manera aislada respecto a los viejos poblados donde reside
el populacho.
Pero
por otra parte, también se estaría llevando a cabo dicho plan de educación
popular dentro de los viejos poblados, tomando como base la estructura escolar
ya existente, pero con nuevos maestros que apliquen el nuevo plan educativo; se
entiende que en estos poblados existirá la exposición constante de los niños
que se están formando, a las viejas y arraigadas costumbres y opiniones, por lo
que se deduce que en este medio actuará con toda su potencia el órgano
encargado del control de las costumbres y de la educación, como lo es el poder
moral.
Como
consecuencia de lo anterior, se deduce igualmente que en los poblados tanto la
educación como la crianza en el hogar estarán vigiladas muy de cerca por las
autoridades del poder moral, para garantizar que los padres y maestros se
adapten al nuevo plan de educación popular, y se abstengan de transmitir las
perniciosas tradiciones y costumbres.
Finalizado
este capítulo, donde se exploraron las estructuras políticas y sociales
necesarias para llevar adelante el plan de educación popular en la segunda fase
republicana, o de gobierno vitalicio y hereditario, nos disponemos ahora a
estudiar en el siguiente capítulo el contenido específico del plan de educación
popular, como conjunto de enseñanzas imprescindibles para la formación de los
ciudadanos que se requieren en la futura sociedad republicana, o tercera fase
del proyecto republicano rodriguista.
[1] Napoleón Franceschi, El
pensamiento político, 150-151.
[2] SR (Dfs Blv, OCSR, T2, 351).
[3] Napoleón Franceschi, El
pensamiento político, 169, 171, 172.
[4]Alipio Valencia Vega, Desarrollo
del Constitucionalismo (La Paz: Editorial Juventud, 2ª edición, 1988), 81,
citado por Ermo Quisbert, "La Constitución Política del Estado", Apuntes Jurídicos (2012 [citado el 15 de
febrero de 2015]):13, disponible en http://ermoquisbert.tripod.com/pdfs/cpe.pdf
[5] María De Lezica, “Dialéctica y Derechos Humanos”, Revista de Derecho de la Universidad de
Montevideo, año IX, número 18 (2010
[citado el 15 de febrero de 2015]):11-14, disponible en
http://revistaderecho.um.edu.uy/wp-content/uploads/2012/12/De-Lezica-Dialectica-y-Derechos-Humanos.pdf
[6] Luis Bueno Ochoa, La
filosofía política de William Godwin, Tesis Doctoral no publicada (Madrid:
Universidad Complutense de Madrid, 2002), 24, disponible en http://biblioteca.ucm.es/tesis/der/ucm-t26073.pdf
[7] Jorge Machicado, “Texto de la Declaración de derechos inglés”, Apuntes Jurídicos, blog en internet, (SF [citado
el 12 de febrero de 2015]): disponible en: http://jorgemachicado.blogspot.com/2010/07/bor.html
[8] Jesús María Andrade Alvarado, “Introducción a la idea y concepto de
Constitución”, Revista Politeia, vol.
35, no. 48 (2012 [citado el 20 de enero de 2015], Instituto de Estudios
Políticos y Sociales, UCV): 165. Comenta además el autor en el pie de página
que “Karl Marx entiende que la glorious revolution es el nombre que da la
historiografía burguesa inglesa al “golpe de Estado” de 1688, con el que se derrocó
la dinastía de los estuardos y se instaura (1689) la monarquía constitucional
de William Henry of Orange, régimen de compromiso entre la aristocracia
propietaria de tierras y la gran burguesía (Marx, 2010:615).”
[9] Napoleón Franceschi, El
pensamiento político, 176 – 197.
[10] Oscar Valles, “¿En Atenas, "la vida entera era pública"?
Democracia y vida privada en la época de Pericles”, Politeia [online],
vol. 26, no. 31 (2003 [citado 21 de febrero de 2015]): 1-19, disponible en
http://www2.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0303-97572003000200001&lng=es&nrm=iso
[11] Tucídides, Guerra del
Peloponeso, trad. Diego Gracián, (Biblioteca Clásicos Greco Latinos –
online-, 2007), disponible en: http://historicodigital.com/download/Tucidides%20-%20Guerra%20del%20Peloponeso.pdf
[12] Jorge Dagnino, “¿Qué fue la plaga de Atenas?”, Rev. chil.
infectol. [online], vol. 28, no. 4 (2011 [citado el 21 de febrero
de 2015], 374-380, disponible en http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0716-10182011000500013&lng=es&nrm=iso
[13] Antonio Aguilar Barajas, “Una historia épica: las Guerras Médicas”,
Revista de Claseshistoria, Publicación Digital de Historia y Ciencias
Sociales, artículo N° 20, (27 de junio de 2009 [citado el 21 de febrero de
2015]): disponible en: http://www.claseshistoria.com/revista/2009/articulos/aguilar-guerrasmedicas.pdf
[14] Carlos Goedder, “Bolívar vs Santander, según Arciniegas”, El Diario Exterior, Año XII, Num. 4.039 (25 de febrero de 2013 [citado el 23 de
febrero de 1015]): disponible en http://www.eldiarioexterior.com/bolivar-vs-santander-segun-arciniegas-41867.htm
Este autor
narra la dura oposición surgida en contra de la propuesta de Bolívar en la
Constitución de Bolivia, y destaca la falta de confianza del Libertador en los pueblos americanos para constituir con
ellos repúblicas democráticas, y cita textualmente el fragmento de una carta de
Bolívar a Sucre:
“Su fatalismo está en esta cruda
carta al mariscal Sucre que cita Arciniegas, hecha a poco de redactarse la
Constitución para Bolivia:
“Estamos muy
lejos de los tiempos de Atenas y de Roma y a nada que sea europeo debemos
compararnos; el origen más impuro es el de nuestro ser. Todo lo que nos ha
precedido está envuelto en el negro manto del crimen. Nosotros somos el
compuesto de esos tigres cazadores que vinieron a la América a derramarle la
sangre y a encastar con las víctimas antes de sacrificarlas, para mezclar
después con los frutos de esos esclavos arrancados del África. Con tales
mezclas físicas, con tales elementos morales, ¿Cómo se pueden fundar leyes
sobre los héroes y principios sobre los hombres?”(p. 53)”
[15]Napoleón Franceschi, El
pensamiento político, 179 – 194.
[16] Napoleón Franceschi, El
pensamiento político, 198.
[17] Simón Bolívar, Discurso ante
el Congreso de Angostura, en Napoleón Franceschi, El Pensamiento Político, 192-193.
[18] Simón Bolívar, Discurso ante el Congreso de Angostura,
en Napoleón Franceschi, El Pensamiento
Político, 192-193
[19] Iván Jaksic, “La República de orden: Simón Bolívar, Andrés Bello y
las transformaciones del pensamiento político de la independencia”, Revista Historia, Instituto de Historia de
la Pontífica Universidad Católica de Chile, Vol. 36 (2003): 191-218, disponible en: http://revistahistoria.uc.cl/wp-content/uploads/2010/12/art084.pdf
[20] Brigitte Bernard, “Interpretación Trimilenaria del Poder Moral en
Bolívar”, Frónesis[online], vol. 15, no. 1 (2008 [citado 06 de
febrero de 2015]): 42-57, disponible en http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1315-62682008000100006&lng=es&nrm=iso
[21] Wikipedia, “Areópago”, (consultado en fecha 01 de marzo de 2015):
disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Are%C3%B3pago
[22] Roberto Rodríguez Guerra, “Solón, Democracia Ancestral y Equilibrio
Timocrático Ii: Reformas Constitucionales, Constitución Mixta y «Equilibrio
Timocrático» (En Torno A Los Orígenes De La Democracia)”, Revista Laguna (26 de marzo 2010 [citado el 03 de marzo de 2015], Universidad
de La Laguna-España):, 35-51, disponible en http://publica.webs.ull.es/upload/REV%20LAGUNA/26%20-%202010/02%20Rodr%C3%ADguez.pdf
[23] Carlos Trejo Maturana, “El Viejo en la Historia”, Acta
bioeth. [online], vol. 7, no. 1 (2001 [citado el 01 de marzo de
2015]): 107-119, disponible en
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-569X2001000100008&lng=es&nrm=iso
[24] Wikipedia, Esparta, consultado en fecha 02/03/2015, disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Esparta
[25] Wikipedia, “Cursus Honorum”, citando a Graham Speake, ed., Diccionario Akal de Historia del mundo
antiguo (Madrid: Ediciones Akal 1999), 109, disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Cursus_honorum
Se señalan los siguientes cargos o
magistraturas que constituyen esta carrera ciudadana:
Vigintivirato: 20
funciones de iniciación para jóvenes, encargados de colaborar y formarse en
algunas tareas importantes para la República, a las órdenes de senadores de
mayor rango. Se dividían en 10 dedicados al derecho civil (Xviri stlitibus
iudicandis), 3 al derecho penal (IIIviri kapitales), 3 a la acuñación de moneda
(IIIviri monetales o auro argento aere flando feriundo) y 4 a las obras
públicas, sobre todo calzadas (IIIIviri viarum curandarum).
Tribuno militar: Servicio
como oficial de una legión.
Cuestura: Tesorero,
encargado de las finanzas y de pagar a los ejércitos; en las provincias están
subordinados al gobernador. Durante las reformas de Sila en el año 81 a.C., la
edad mínima para la cuestura se fijó en 20 para los patricios y 32 para los
plebeyos, dando acceso automático al Senado. Antes los censores revisaban los
ingresos en el Senado regularmente, pero pasaba más del año que la elección a
cuestor introdujo. El número de cuestores se fijó también a 20.
Edilidad: Funciones sobre
todo urbanas, de orden público, distribución de alimentos, etc. Frente a la
plebeya, la edilidad curul la desempeñan sólo los senadores de origen patricio.
La edad mínima era de 36 años.
Tribunado de la plebe:
Cargo alternativo a la edilidad. Su misión original era de defender los
derechos del pueblo romano frente a los excesos del Senado, utilizando para
ello la intercessio o derecho de veto. Desde Augusto, totalmente vacío de
contenido
Pretura: Funciones
relacionadas sobre todo con la administración de justicia. Los pretores podían
gobernar provincias menores y obtener el mando de legiones.
Consulado: Eran
equivalentes a jefes de gobierno, se encargaban de convocar y presidir las
sesiones del Senado, de ejecutar la política exterior y de comandar los
ejércitos en campaña. Había dos cónsules anuales, llamados ordinarii u
ordinarios, que daban nombre al año (epónimos), y uno o más sustitutos o
suffecti.
Censura: Magistrados (eran
dos) elegidos cada cinco años de entre los senadores que habían desempeñado el
consulado, aunque sólo ejercían los primeros 18 meses, encargados de revisar la
lista de ciudadanos y senadores y de controlar las cuentas del estado,
promoviendo nuevos proyectos de obras públicas, como templos, acueductos o
calzadas. Al terminar sus 18 meses efectivos de mando realizaban una ceremonia
pública de purificación de la Urbs, llamada lustrum. Durante el Imperio sólo la
ejercieron los emperadores, algunos con carácter perpetuo. No forma parte del
Cursus Honorum
Dictador: Cargo
extraordinario que se ejercía sólo en tiempos difíciles, de amenaza externa o
desórdenes internos. Uno de los dos cónsules era elegido y duraba seis meses en
el cargo, durante ese período tenía autoridad militar y civil absoluta para
restablecer el orden. Cumplido ese plazo debía abandonar el cargo y si los
problemas continuaban se nombraba a un nuevo dictador. Normalmente, no se podía
ejercer dos veces en la vida ese cargo extraordinario, aunque hubo excepciones
como la de Julio César, que lo fue cuatro veces y en enero de 44 a. C. fue
nombrado dictator in perpetuum. No forma parte del cursus honorum.
[26] Gema Polo, “Periodicidad del Census
Populi y Magistratura Censoria”, Revista
Internacional de Derecho Romano,
(octubre de 2008 [citado el 03 de marzo de 2015] Universidad de
Castilla-La Mancha): disponible en http://www.ridrom.uclm.es/documentos3/Polo_imp.pdf
Esta autora dice textualmente que: “Con posterioridad al 443 a. C.,
posiblemente, por medio de la lex Aemilia del 434 a. C., fue expresamente
regulado un término legal para el cumplimiento de las funciones atribuidas a
los censores, término que, por otra parte, no habría disminuido sino aumentado
el periodo de tiempo de permanencia en el cargo de un año, a año y medio, bien
con posterioridad, en el supuesto de mantener las fechas dadas por la tradición
o bien desde el inicio de su creación, si consideramos la postura de una parte
de la doctrina romanística”.
[27] Ingrid Díaz Tolosa, “Las Magistraturas, pilar fundamental de la
República Romana”, Revista Tradición y Saber,
año 7, N° 7 (agosto de 2010 [citado el 03 de marzo de 2015]): disponible en https://reginaingriddiaz.files.wordpress.com/2014/11/trad_saber_2010-magistraturas-romanas.pdf
[28] Mariano Requena, “El campesinado en la Grecia antigua: Una
historia de la igualdad”, Argos [online], vol.33, no.2 (2010, [citado
08 de marzo de 2015]): 138-142, disponible en
http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1853-63792010000200005&lng=es&nrm=iso
El autor citado dice textualmente: “El resultado fue la
consolidación de una clase de labradores propietarios de sus tierras capaces de
armarse como hoplitas e integrarse plenamente en el gobierno de la ciudad.
Tanto las relaciones de propiedad como el ejercicio de la guerra remiten a las
condiciones de la incorporación a la política y a su vinculación con las
relaciones agrarias de las que emergen. En este sentido, la guerra de
infantería muestra claramente la impronta agraria y aldeana del combate, en
tanto se inscribe en la defensa del territorio y de la propiedad de la tierra.
Por otra parte, la posibilidad del usufructo privado de la tierra no es pensada
por Gallego como una contradicción entre lo comunal y lo privado, sino como una
tensión que emerge de las condiciones particulares en las que se organiza
la polis. El ciudadano es propietario por su condición de miembro
pleno de la comunidad, a partir de la cual puede beneficiarse de los bienes de
la misma, lo que no supone un reparto igualitario de los recursos. Pero el
principio de igualdad sobre el que se estableció la condición del ciudadano
involucraba la posibilidad del uso de los recursos de la ciudad. De esta
manera, las exigencias por repartos de tierras (y consignas similares)
implicaban que los grupos que los reclamaban fueran miembros plenos de la
comunidad, y esto los habilitaba para actuar políticamente. En consecuencia, el
desarrollo de la ciudad sobre una base aldeana permitió la construcción de un
orden político fundamentado en una percepción igualitaria que confrontó como
«contra-ideal» con el «igualitarismo» elitista de la aristocracia”.
[29] Patricia Escobar, “Cambio técnico y estructura social: de los
hoplitas a la flexibilidad productiva”, documento en línea (SF [citado el 08 de
marzo 2015]): 5, disponible en: http://actacientifica.servicioit.cl/biblioteca/gt/GT18/GT18_EscobarP.pdf
La autora realiza un análisis del tema en clave marxista y afirma
textualmente: “En el periodo arcaico, antes del advenimiento de la táctica
hoplita, el aristócrata, que producto de su condición se podía permitir la
propiedad de un caballo, constituía un arma formidable como jinete. En el caso
de los atenienses, llegaban a participar de importantes destacamentos de
caballería. Su función principal era asaltar la línea de infantería enemiga,
que estaba compuesta por campesinos humildes, con escaso entrenamiento, poca
disciplina, habilidades limitadas y armados pobremente. La caballería, aún sin
estar en uso la silla de montar con estribos, 17 era un componente decisivo
para zanjar la disputa en el campo de batalla, frente a una infantería ligera y
móvil, y que carecía de formaciones tácticas para ocupar el terreno de lucha.
De ese modo, el triunfo lo aseguraba un destacamento montado, que con audacia y
capacidad de asaltar las líneas enemigas hasta provocar un repliegue siempre
desordenado. En ese momento entraba en escena la infantería propia, asegurando
el territorio que abandonaba el enemigo derrotado, mientras la caballería se
dedicaba ahora a acosar al adversario en retirada. Esta disposición y uso de la
fuerza propia, releva el rol táctico de la caballería en los conflictos, no
sólo en términos de eficacia del esfuerzo militar, sino que en la exaltación
del papel de la clase aristocrática, completando el conjunto de funciones
irreemplazables para la vida en sociedad.”
[30] Marta Lesso, “Campesinos en la ciudad: Bases agrarias de la
polis griega y la infantería hoplita”, Circe clás. mod. [online],
no.11 (2007 [citado 08 de marzo de 2015]): 238-240, disponible en
http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-17242007000100019&lng=es&nrm=iso
[31] Patricia Escobar, “Cambio técnico y estructura social…”, 8.
Dice
textualmente: “Lo que se aprecia es la aparición de una innovación técnica que
a la postre supondrá una transformación radical de ese mundo antiguo. La
aparición de los soldados hoplitas. 27 Su nombre deriva de hoplon que se
traduce como “equipamiento”. Se trata de un soldado de infantería pesada que
aparece en contraposición al gimneta o al psilós que corresponden al soldado de
infantería móvil y ligera. Aparecieron como estilo de combate, probablemente a
finales del siglo VII A.C. provenientes de Oriente a través de Macedonia y con
su llegada, el viejo estilo de enfrentamiento en el campo de batalla, fundado
en el ciudadano que se armaba ligeramente para la lucha y era conducido y
apoyado decisivamente por la caballería, llegó a su fin.28 El elemento más
distintivo del nuevo estilo era una indumentaria que contaba con un escudo
sólido de amplias proporciones (aproximadamente un metro de diámetro) que
poseía dos empuñaduras, una de ellas en el antebrazo, lo cual permitía una
sujeción mucho más eficaz. La mano derecha del combatiente podía empuñar una
lanza o una espada corta según la conveniencia. La indumentaria se acompañaba
de un casco que cubría la nariz y el mentón, una coraza para el torso y
protectores para cubrir la tibia y el peroné. En formación, el cuerpo del hoplita
estaba protegido en su flanco izquierdo por el escudo y el derecho por el
escudo de su compañero de fila. En el extremo derecho de la fila se ubicaba el
líder, que al mismo tiempo era el combatiente más diestro. Otra diferencia
fundamental era que el combatiente hoplita se presentaba en el campo con una
formación rígida, la falange, lo cual exigía un alto grado de disciplina y
entrenamiento. Al enfrenarse dos contingentes de esas características, la lucha
comenzaba cuando las dos líneas frontales se encontraban cara a cara. Allí, el
empuje que realizaban quienes estaban en las líneas posteriores, determinaba la
posibilidad de quebrar la línea de frente del enemigo.29 Sin embargo, lo
más significativo que trajo como consecuencia la adopción de esta nueva
tecnología de combate, fue la pérdida de peso relativo que mostraba la eficacia
de la caballería. Un jinete sin estribos, no solo contaba con una
maniobrabilidad muy limitada de su montura, sino que además no podía cargar
demasiado peso por la dificultad de mantener el equilibrio.30 Una línea
disciplinada de hoplitas, no debía temer el asalto de una caballería ligera en
esas condiciones. Así, cuando deja de ser un factor determinante en el
conflicto, su valoración social se ve afectada severamente. El efecto social de
este cambio en el estilo de combate resultó trascendental. En primer lugar, el
ciudadano que asumía las tareas de defensa del Estado, debía tener un
entrenamiento mucho más intenso dado la disciplina que se exigía el cambio
técnico producido en la táctica de combate y los nuevos instrumentos aplicados.
En segundo lugar, la aristocracia (la caballería) dejó de ser la condición sine
qua non para el éxito del esfuerzo militar. El papel protagónico ahora, estaba
en manos de la infantería hoplita. Al perder el rol de “protectora de la
Ciudad-Estado” y ser reemplazada para ese fin por los ciudadanos organizados (y
armados), la legitimidad social expresada en los más distintos campos del
quehacer social, comienza a resquebrajarse”.
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