Tesis de Grado de Magister en Filosofia - LA FILOSOFIA DE SIMON RODRIGUEZ - Capitulo III

 

Capítulo III

Plan de Educación Popular Para la Formación de Ciudadanos

En el Sistema REPUBLICANO

las Costumbres que forman una Educación Social,

producen una autoridad pública,

no una autoridad personal;

una autoridad  sostenida por la voluntad de todos,

no la voluntad de uno solo convertida en autoridad.

 

O de otro modo,

la autoridad se forma en la EDUCACIÓN,

porque educar es CREAR VOLUNTADES;

se desarrolla en las COSTUMBRES,

que son efectos necesarios de la EDUCACIÓN;

i vuelve a la EDUCACIÓN,

por la tendencia de los Efectos a reproducir la Autoridad.

 

Es una circulación de la autoridad en el Cuerpo Social,

como la de la sangre en el  animal.

(So Am, OCSR, T1, 383).

 

Introducción.

En el Capítulo I se estudió el papel que asigna Simón Rodríguez a la infancia en su proyecto de república, y se concluyó que el mismo es un papel fundamental, ya que la niñez se toma como base y fundamento de todo el edificio social, para construir sobre ella las nuevas costumbres sociales requeridas para la construcción de la futura sociedad republicana, y dichos fines se pretenden lograr tomando como medio idóneo a la educación ilustrada para la formación de los niños como ciudadanos activos.

Se estudiaron igualmente en el primer capítulo los diferentes modelos de gobierno y los autores antiguos y modernos que pudieron haber influido en su pensamiento, e igualmente se estudió su idea y proyecto de república, y se concluyó que dicho proyecto consta de tres fases o etapas; la primera es la de constituir el gobierno provisional que se requiere para llevar adelante el plan de educación popular; la segunda es la ejecución de dicho plan en todo el país durante un tiempo suficiente y en unas condiciones políticas y sociales específicas; y la tercera es la instalación de la definitiva sociedad republicana con los ciudadanos que se formaron en la segunda fase a partir de la infancia.

Así mismo, en el segundo capítulo se estudiaron las condiciones políticas y sociales específicas que se requieren para llevar adelante el plan de educación popular. Para ello, se tomó en cuenta que Simón Rodríguez respalda y defiende la propuesta de gobierno provisional vitalicio y hereditario propuesta por Simón Bolívar, y a los fines de entender dicha propuesta se estudiaron diversos documentos donde El Libertador expuso dichas ideas; igualmente se estudiaron las diversas estructuras de gobierno que resultan de dicha propuesta, en especial el cuarto poder o poder moral, como órgano específicamente encargado de llevar adelante el plan de educación popular.

Se verificó en el mismo segundo capítulo que Rodríguez propone una estructura social específica en esa etapa para llevar adelante el plan de educación, constituyendo colonias con los propios habitantes, por un lado, y por el otro una acción especial en las poblaciones ya existentes para poder luchar contra las arraigadas costumbres ya existentes, a los fines de que no afecten, o afecten lo mínimo posible, la formación de los niños en proceso de educación social en dichos lugares. 

Ahora, en este capítulo final, nos proponemos estudiar el propio plan de educación popular en sí mismo, mediante el cual se realizará la instrucción y educación de los niños, para lo cual se divide en tres puntos, contentivos de la instrucción o formación para la vida individual, la educación o formación para la vida social, y la realización del individuo en la vida social.

 

La educación ilustrada como idea introductoria.

 En la fase histórica de la modernidad surgió la idea del avance progresivo de la sociedad mediante la ilustración, de tal manera que ya no fuesen necesarias las cruentas revoluciones para lograr los mismos y hasta mayores objetivos que los planteados en las revoluciones; sustituyendo las guerras donde los más fuertes se imponen sobre los más débiles  de manera natural y salvaje, y en vez de ello asumir acuerdos o pactos sociales donde cada quien renunciara a los derechos y beneficios que la naturaleza les permitía, para entrar a un nuevo plano de existencia de tipo social o civil.

 Este nuevo plano social ya no es natural sino cultural, donde se imponen los intereses sociales o comunes en beneficio general, por encima de los de tipo individual o personal, pero que a la vez sirven de garantía para el ejercicio de los derechos individuales que este nuevo estado social otorgaría. Tales eran los atractivos de las novedosas y diversas teorías del contrato, que de tales pensamientos ilustrados surgieron, especialmente la de Rousseau[1].

Según el plan de la modernidad, debería ser el lento y progresivo avance de la ilustración el que permitiera que cada quien se atreviera a pensar por sí mismo haciendo uso de su razón, pudiendo explorar al máximo sus propias potencialidades individuales y formarse de acuerdo a los conocimientos disponibles  de las artes, la técnica y la ciencia, primero que todo en beneficio del interés general planteado en el contrato social, pero además, supletoriamente, podía lograr su beneficio personal o individual, según los nuevos derechos individuales otorgados por el estado social, siempre y cuando no fuesen contrarios al interés general. Sin embargo, por otro lado, existía el planteamiento liberal, de que podían obtenerse los intereses generales o comunes, siempre y cuando no entraran en conflicto con los derechos individuales o el interés personal[2].

Para llegar a ese estado social de interés general se plantearon  diferentes posibilidades, como la idea de entregar todo el poder de forma voluntaria y personal, de manera ficticia, a un órgano que absorbiera en sí mismo la soberanía que residía de manera natural en cada uno de los integrantes del contrato, pero que de allí en adelante lo ejercería de manera artificial un ente de poder tan amplio que parecía monstruoso, y así fue concebido por Thomas Hobbes, a la manera del monstruo bíblico denominado El Leviatán, representando la figura del nuevo estado social, poseedor o depositario de la voluntad de todos para el ejercicio de la soberanía en interés general[3].

Este nuevo estado social, a cuya concepción se llegó en la modernidad desde múltiples y diferentes enfoques, debía garantizar el progreso y desarrollo social a niveles que hasta ese momento eran desconocidos, teóricamente sin la existencia de guerras, revoluciones ni  violencia entre los individuos, pues toda la fuerza y violencia quedarían consignados en manos del estado en virtud del pacto social, y por ello el mismo estado debía garantizar la realización social y personal de cada uno de sus integrantes, siempre en beneficio del interés general.

En ese sentido, surgieron diferentes propuestas políticas y filosóficas para que, desde el poder consignado en ese nuevo estado social, se llegara a la satisfacción de todas las expectativas puestas en el mismo, y así se concretaron las ideas de la ilustración, el enciclopedismo y la educación, como medios idóneos para el logro de los fines sociales del contrato social, siempre desde la visión del estado como garante.

Haciendo un esfuerzo enorme de abstracción, por tener que dejar por fuera a muchos otros autores, se destacan entre dichas propuestas las de Rousseau[4], Locke[5] y Kant[6], debido a que plantearon la importancia de hacer llegar a todos los individuos las ideas de la ilustración haciendo uso de la educación, como el medio más idóneo para el logro de los fines planteados.

En ese orden de ideas, fueron influyentes las obras que en torno a la educación  escribieron cada uno de estos autores, como Pensamientos sobre la educación de Locke[7], El Emilio o de la Educación de Rousseau[8] y Pedagogía de Kant[9]; se perciben diferencias entre estas obras en el sentido de que  Locke se dirigía principalmente a la educación privada o individualista de las clases aristocráticas en Inglaterra, mientras que la de Rousseau estaba enfocada a la educación de las personas en general, y la de Kant enfocada sobre todo a la educación racional, aunque se dice que cada una recibió influencia de la anterior, en el orden dado.

Se hace este breve recuento de la educación en la época de la modernidad y la ilustración a manera de introducción al plan de educación popular de Simón Rodríguez, pues al igual que los filósofos europeos, Rodríguez escribió sus ideas acerca del uso de la educación como un medio para el logro de los fines racionales y políticos de la ilustración, cada uno adaptado a su propia realidad y a sus propios objetivos.

En ese sentido, el filósofo caraqueño escribió sus ideas educativas con el fin de exponer el plan de ilustración del populacho de las naciones americanas recién independizadas del yugo español, para formar los ciudadanos inexistentes que él consideraba necesarios para poder emprender el proyecto de sociedad republicana que creía aplicable a dichas naciones.

Lo que se pretende mostrar entonces con esta introducción, es que el plan de educación  de Rodríguez no era otra cosa que otro proyecto educativo de la ilustración, adaptado a las condiciones de los pueblos de la América española, producto de la inventiva de un maestro de escuela que se metió a pensar en grande como filósofo ilustrado, después de una intensa temporada de vida en el corazón de la Europa ilustrada, en medio de las grandes transformaciones políticas y sociales que estaban ocurriendo en ese momento, y conforme a los conocimientos e ideales que entonces tenían vigencia en el mundo, aunque en Venezuela y en la América española en general aún no llegaran a comprenderse, por no haber ni siquiera salido de la forma de vida que se arrastraba en las colonias españolas desde la edad media.

Desde ese punto de vista, se postula que el plan de educación popular de Simón Rodríguez representaba, además, un intento desesperado por salir de la etapa medieval en la cual todavía estaba inmersa la América española, para intentar entrar a la modernidad de manera rápida y artificial (etológica), sin pasar por ningún renacimiento, guerras religiosas, procesos de monarquía constitucional o despotismo ilustrado, revoluciones sangrientas y largos siglos de asimilación progresiva de la ilustración.

No era solamente educar a los niños lo que se pretendía en la filosofía de Simón Rodríguez, no era realmente un maestro de escuela queriendo enseñar un nuevo método para aprender a leer y escribir, a la semblanza de Lancaster; era más bien todo un filósofo político queriendo estremecer lo más profundo de la estructura de su sociedad, para intentar lograr en una vida lo que a otras sociedades les había costado muchos siglos de guerras, luchas y sufrimientos. Creo que así es como hay que enfocar el estudio del plan de educación popular rodriguista.

Por lo tanto, en este capítulo se expone el contenido específico de la educación que debe ser impartida a la infancia de manera privilegiada, y al populacho en general,  para lograr convertirlos en ciudadanos activos en el corto lapso de una o pocas generaciones; consistiendo en las tareas de formación diaria y continua que debe ejercitar el maestro republicano sobre el alumno-ciudadano, y el alumno sobre sí mismo, para lograr asimilar lo que es vivir en sociedad con deberes y derechos igualitarios.

Desde ese punto de vista, del estudio de toda la obra de Simón Rodríguez se logra obtener una serie de pasos educativos, que después de ser analizados de manera global se sintetizan y reorganizan de una manera específica, al arbitrio del investigador, por parecer la manera más lógica o razonable, pero tomando en consideración la forma en que investigadores previos también lo han hecho, dejando en claro que no fue ese el orden o la forma específica expuesta por el autor investigado.

En ese sentido, hay que dejar en claro que no es lo mismo el contenido propuesto por Simón Rodríguez para la educación en la Escuela de Primeras Letras, en su condición de maestro, tal como lo expone Carlos Jorge en su obre La Escuela de Simón Rodríguez[10], para la adecuada formación de los niños, que el propuesto para el Plan de Educación Popular, en su condición de filósofo político, para la construcción de repúblicas, tal como lo expone Juan Rosales en su obre La República de Simón Rodríguez[11].

En este trabajo es admitido que se ha tomado la segunda opción, sin despreciar la primera; es decir, se ha enfrentado el estudio de Rodríguez desde su visión de filósofo político, que usa a la educación como un medio para el logro de los fines de la república, y no para la simple formación primaria de los alumnos escolares. Por lo tanto, se expone en esta parte el posible contenido del Plan de Educación Popular para la formación de los niños como los ciudadanos que se requieren para constituir repúblicas, no solo para enseñarlos a leer y escribir.

Lo anterior se fundamente además en el comentario que hace Carlos Jorge en el Capítulo VI de su ya mencionada obra La Escuela de Simón Rodríguez, donde hace notar la diferencia entre el concepto de educación existente entre la primera obra de Rodríguez, Reflexiones sobre el estado actual de la escuela, de 1794, y el Extracto sucinto de mi obra sobre la educación republicana, de 1849, donde asumimos que en la primera habla más como maestro de escuela, y en la segunda más como filósofo político.

 

No parece exagerado afirmar que las preocupaciones pedagógicas tienen larga vida en la teoría y en la práctica como maestro de Simón Rodríguez. Para justificar lo que se afirma basta echarle una ojeada a su primer escrito, Reflexiones sobre el estado actual de la escuela, de 1794, y al Extracto sucinto de mi obra sobre la educación republicana, de 1849, última publicación en vida del filósofo. (Esto, por otro lado, lo vieron muy claramente los editores de las Obras Completas de Simón Rodríguez en la publicación en dos tomos hecha por la UNESR en 1975, pues imprimieron una a continuación de la otra, a pesar de que entre ambas hay una sima de más de 53 años. En otro lado hemos criticado este criterio editorial porque el concepto de ‘educación’ en tan largo trecho ha variado. “En el escrito de 1794 -escribí en 1999-, prácticamente, se confunde con ‘instrucción’ para los niños blancos, aunque el filósofo la recomienda para ‘los niños pardos y morenos’. En la obra de 1849 ‘Educar es... CREAR VOLUNTADES’ que sostengan el régimen republicano que América se ha dado” (JORGE, 1999:39). [12]

 

De tal manera, resulta evidente que en el estudio de Simón Rodríguez hay que diferenciar sus dos etapas claramente definidas, la primera, en su condición de maestro de escuela, antes de su partida de Venezuela hacia otros países americanos y europeos, cuando escribe especialmente con miras a la reforma de la escuela ya existente; la segunda, en su condición de pensador filosófico, después de su retorno a América y después de profundas vivencias en el proceso de la construcción de los países recién libertados del colonialismo español, cuando escribe con miras a la construcción de la sociedad republicana en América.  

En ese orden de ideas, en este capítulo se desarrolla el posible contenido del plan de educación popular para la formación de los ciudadanos que se requieren para construcción de repúblicas, el cual se  expone en tres puntos separados; el primero, recoge los aspectos relativos a la instrucción o formación para la vida individual; el segundo punto, recoge el componente relacionado con la educación o formación para la vida en sociedad; y el tercero, es una prolongación del segundo, figurada como la realización del individuo en la sociedad una vez que ha logrado su formación ciudadana.  Este conjunto de contenidos del plan de educación popular se toma de acuerdo a lo expuesto por el autor Juan Rosales en su obra La República de Simón Rodríguez[13].

 

 

1.               Instrucción o Formación Para la Vida Individual

En esta parte del plan de educación popular se prevé la formación del individuo para su propia realización personal, como ser humano, su preparación en cuanto a las primeras letras en la infancia, su formación física o corporal, la práctica diaria de oficios o ejercicios útiles para la vida, la obtención de un oficio técnico o artesanal primero que todo, y abrir el camino para su posterior desarrollo en estudios de juventud, que permitan ampliar su formación técnica y científica.

Esta Escuela es de primera necesidad, porque en ella se dan medios de comunicar y se indican los de adquirir… los medios de comunicación que se dan en la educación: calcular, hablar, raciocinar, escribir y leer, porque sin cálculo no se raciocina: se habla para raciocinar, se raciocina para persuadir y convencerse, y para persuadir y convencer a otro, y porque la escritura sirve para calcular, para acordarse, para comunicar a distancia, para instruir y para salvar del olvido los hechos interesantes… Este es el estudio propio de la Instrucción… (Ex Sus, OCSR, T1, 236-237)

 

Es notable que la importancia de las primeras letras se relaciona con la comunicación y el razonamiento con los demás, para persuadir y convencerse a sí mismo y a los demás, para dejar constancia escrita para la historia y para llegar a los que están distantes; en fin, su importancia no es tanto personal sino social. Pero, además, en esta misma etapa se hace mención del inicio paralelo de la formación social y ciudadana, de tal manera que el niño estaría siendo preparado en el aspecto individual y social a la vez.

No se puede negar que es inhumanidad , el privar a un hombre de los conocimientos que necesita, para entenderse con sus semejantes,, puesto que, sin ellos, sus existencia es precaria i su vida… miserable. La instrucción es, para el espíritu. Lo que, para el cuerpo, el Pan… [no de solo pan vive el hombre]: i así como, no se tiene a un hombre muerto de hambre, porque es de poco comer,, no se le ha de condenar a la ignorancia, porque es de pocos alcances. (So Am, OCSR, T1, 325).

 

Así pues, la instrucción es el pan del espíritu y ante su carencia el hombre muere socialmente de ignorancia, como físicamente se moriría de hambre si no come, y tal alimento no puede ser negado. En consecuencia, la escuela de primeras letras provee los primeros alimentos maternales al espíritu, y por ello hay que escoger dichos alimentos de tal manera que sirvan para el crecimiento individual y social desde propio inicio de la educación.

En tal sentido, la educación individual en la filosofía rodriguista tiene una semblanza con la paideia griega, la cual no perseguía solamente la instrucción en un oficio o la formación profesional, “sino la que le inculca la virtud de desear convenirse en un perfecto ciudadano con saber suficiente para gobernar y ser gobernado en justicia (Arist. Pol. 1253a)… una serie de costumbres, técnicas, normas e ideas mediante la cual la sociedad incorporaba al individuo a la vida común…”[14]. Es así que la formación individual sólo tiene sentido dentro de la visión de formación del ciudadano para la vida en comunidad.

Es en este aspecto donde entra la contradicción de Rodríguez con el método de Lancaster, pues resulta que lo importante en dicho método era solamente que los niños aprendieran a leer y  escribir,  las operaciones matemáticas iniciales, y en general los conocimientos impartidos en la escuela de primeras letras,  de la manera más rápida y efectiva posible, en el cual un pequeño grupo de maestros enseñaba u una considerable cantidad de alumnos,  tomando a los niños más avanzados como instructores o monitores de los más retrasados[15] [16].

Sin embargo, dicho método a pesar de que pudiera ser de alguna manera efectivo, no tomaba en cuenta la función social de la educación según lo requerido por Rodríguez, la cual en este caso sólo es garantizada por el maestro adecuadamente preparado. 

Por otro lado, la instrucción individual está enmarcada dentro de lo que debe ser la divisa de las repúblicas, veamos:

Erudición i Habilidades

Profesiones y Oficios, en tumulto,

Herencias, Privilejios y Usurpaciones =

es la divisa de las Monarquías

 

La de las Repúblicas debe ser

Educación Popular

Destinación a Ejercicios útiles

Aspiración fundada a la propiedad

(So Am, OCSR, T1, 370).

 

En esta cita se hace una interesante analogía, línea por línea, entre la “divisa de las Monarquías” y “la de las Repúblicas”, lo cual permite intuir el significado de los conceptos de educación popular, destinación a ejercicios útiles y aspiración fundada a la propiedad. En ese sentido se dan las siguientes correspondencias: La erudición y habilidades de las monarquías, se contrasta con la educación popular en las repúblicas; las profesiones y oficios en tumulto, con la destinación a ejercicios útiles; las herencias, privilegios y usurpaciones, con la aspiración fundada a la propiedad.

En consecuencia, la educación popular constituye en las repúblicas el conjunto de conocimientos del pueblo  que han venido a sustituir los que en las monarquías estaban en manos de algunos eruditos o personas hábiles en algunas artes o ciencias, quienes brillaban y sobresalían del resto de los súbditos por sus especiales conocimientos; pero se diferencia en las repúblicas en el hecho de que ahora su posesión no está en manos de un grupo selecto y privilegiado de miembros de la aristocracia y la realeza, sino que se pone masivamente este conocimiento en manos de los ciudadanos a través de la educación popular, para el logro del interés general de la sociedad republicana.

Así mismo, la destinación a ejercicios útiles corresponde en las repúblicas a lo que eran las profesiones y oficios en tumulto que se generaban en las monarquías; lo que significa que los ejercicios útiles son profesiones y oficios que no se dan en tumulto, que no las tiene cada quien porque esa es su voluntad o capricho personal, sino que se corresponden con la utilidad requerida por la sociedad. Es su utilidad lo que las diferencia de las anteriores, es el fin práctico y utilitario de las profesiones y oficios su característica distintiva, y esto se corresponde con lo que la sociedad necesita, no con lo que el individuo que lo practica quiere o desea.

En ese mismo orden de ideas, la aspiración fundada a la propiedad en las repúblicas sustituye a lo que en las monarquías se correspondía con las herencias, privilegios y usurpaciones. Efectivamente, si una persona no tenía el derecho a una herencia, o no gozaba de los privilegios de la aristocracia, la realeza o el clero,  o no tenía la fuerza para usurpar a otro su propio derecho, entonces no podía aspirar fundadamente a la propiedad; en tal caso, si tenía esa aspiración sin poseer tales características personales, entonces esa aspiración era infundada, no tenía razones válidas para su existencia.

Sin embargo, en las repúblicas sí debe existir una aspiración válida a la propiedad aún sin estar en posesión de las mencionadas características personales, pues ello es una garantía que debe otorgarle el estado a cada uno de sus ciudadanos, en beneficio del interés general.

           

Instrucción corporal.

El primer aspecto de la formación individual en las repúblicas tienen que ver con la preparación física o desarrollo corporal de cada ciudadano; no se deja este aspecto a la voluntad o arbitrio personal de cada quien, sino que el estado físico de las personas pasa a formar parte del interés general, como una de las cuatro especies de conocimiento que cada ciudadano debe recibir en su primera y segunda edad para ser considerados como tales.

… los hombres deben prepararse al goce de la ciudadanía,

con 4 especies de conocimientos:

por consiguiente que han de recibir 4 especies de instrucciones

en su 1ª y 2ª edad.

 

Instrucción social, para hacer una nación prudente;

corporal, para hacerla fuerte,

técnica, para hacerla experta,

científica, para hacerla pensadora.

Con estos conocimientos prueba el hombre que es animal racional:

sin ellos es un animal,

diferente de los demás seres vivientes, sólo por la superioridad de su instinto.

(Luc Vir, OCSR, T2, 130)

                                          

De tal manera, cada ciudadano recibe instrucción corporal para hacer fuerte a la nación, no sólo para hacer fuerte al individuo en sí mismo; no es por el mero fin estético de la belleza y fuerza corporal de la persona, como pudiéramos deducirlo de la areté de la cultura ateniense, cuyo fin era producir un hombre bello y bueno (Kalos Kai agatós)[17]; sino más bien este concepto de instrucción corporal hay que buscarlo en la agogé de la educación espartana[18], que perseguía “… endurecerlos físicamente por medio de la lucha y el atletismo, aprender el manejo de las armas, marchar en formación y obedecer ciegamente a sus superiores por el bien de la ciudad” [19].

Además de la anterior comparación con la areté de Atenas y la agogé de Esparta, es preciso en este punto mencionar también la extraordinaria similitud del plan educativo propuesto por Rodríguez, con la paideia, propuesta educativa hecha por Platón en diferentes obras como República y La Leyes, ante la decadencia de la cultura ateniense y su dominio militar por Esparta, proponiendo específicamente una adaptación de la agogé espartana para ser aplicada sin el componente militarista de la niñez, pero con igual sometimiento a los superiores jerárquicos.  En este respecto el ya citado Alberto Gonzáles García hace el siguiente comentario:

 

Al igual que en Esparta, recibir la educación se convertía en conditio sine qua non para ser ciudadano: el niño debía ser arrancado de la familia para hacerlo vivir en comunidad, aceptar sus responsabilidades, convertirlo en prudente y respetuoso hacia las leyes, y, en suma, lograr que antepusiera el bienestar del grupo a sus ventajas personales.

El ejemplo lacedemonio siempre está presente en la República platónica. Mientras que en Esparta todos los esfuerzos se dirigían a la preparación militar, lo que el filósofo buscaba era la educación moral. Platón aspiraba a que sus politeis fueran virtuosos convencidos, pero esa virtud era sospechosamente idéntica a la obediencia a todo trance a los superiores jerárquicos que buscaba Esparta...  El gobierno platónico, a ejemplo del espartano, tenía algo de democracia, aristocracia, monarquía y tiranía. [20]

 

En el anterior aspecto de la paideia, propuesta por Platón como plan educativo a cargo del estado para la obtención de los fines políticos de Atenas, tomando como modelo a Esparta, se percibe un paralelismo  respecto a la propuesta educativa de Simón Rodríguez,  aunque dadas las limitaciones de este trabajo de grado resulta imposible asumir el estudio de dicha comparación, sin embargo, pensamos que no es aventurado decir que, tanto la propuesta de Bolívar como la de Rodríguez, parecen estar muy afectadas por el enfoque platónico acerca de la república y la educación.

Por otro lado, se verifica que, en las teorías educativas ya mencionadas de la modernidad, también se daba importancia a la instrucción corporal, y por ejemplo en la propuesta de John Locke se concebía que existían tres áreas que llenar en la educación, a saber, la educación física, la educación moral y la educación intelectual, y a decir de la autora Luz Elena Gallo Cadavid, ya previamente citada, la educación física en Locke está concebida con el fin de “Mejorar las facultades del cuerpo. El fin de esta educación es la salud. Conservar el cuerpo fuerte y vigoroso para que pueda obedecer y ejecutar las órdenes del espíritu. Es un complemento de la educación intelectual.”[21]

Por su parte, también el autor René González Boto hace referencia a la obra El Emilio de Rousseau, para destacar la importancia de los ejercicios corporales, y expresa:

También encontramos otros autores como D. Kornegay (2003) quien nos remite a varios pasajes del texto para resaltar la importancia que tiene para Emilio la enseñanza práctica de las cosas o de aquellos contenidos que por su naturaleza especulativa o teórica son de difícil entendimiento para el niño. Por tanto, la actividad física vuelve a jugar un papel decisivo en la formación del educando no sólo como herramienta para su desarrollo físico o psicológico, sino para llegar a comprender la naturaleza de las ciencias biológicas, naturales, físico-químicas o matemáticas que se instruyen por medio de representaciones teóricas de los conceptos.

Otros estudios como el de S. Smith-B (1989) han analizado la relación entre juego y deporte existente en El Emilio discutiendo sobre la naturaleza deportiva o no de sus propuestas y cómo este juego se ha ido transformando con el transcurso del tiempo en deporte.[22]

Como podemos observar, también en El Emilio se plantea la importancia de la instrucción corporal, pero “… como herramienta para su desarrollo físico o psicológico… para llegar a comprender la naturaleza de las ciencias biológicas, naturales, físico-químicas o matemáticas… naturaleza deportiva…”, todo lo cual tiene que ver con el interés individual de la persona que recibe esta instrucción.

Sin embargo, es evidente que los anteriores fines contrastan con el planteado por Simón Rodríguez en su plan de educación popular, pues Rodríguez pretende obtener   “Instrucción social, para hacer una nación prudente; corporal, para hacerla fuerte, técnica, para hacerla experta, científica, para hacerla pensadora…” (Luc Vir, OCSR, T2, 130), de donde se desprende que la finalidad no está puesta en el individuo, sino en la nación.

Igualmente, María Isabel Lafuente expresa que Kant en su obra Pedagogía también se refiere a la instrucción corporal, cuando clasifica a la educación en dos aspectos, educación física, la cual define como “cuidados”, y educación   práctica, la cual define como “moral”, y considera de los cuidados que sirven para “formar el carácter” del individuo,  y al respecto dice textualmente:                                                             

La educación es un arte, el de lograr el mejor desarrollo posible de la naturaleza “humana,”20 por lo que tiene que depender de un plan trazado de forma razonada y razonable, siendo el que Kant propone comenzar con el cuidado, proseguir instalando en el individuo mecanismos de respuesta respecto de lo útil o perjudicial, hasta alcanzar el nivel de comprensión, aplicación y formulación de conceptos… Ahora bien, en tanto que para Kant lo físico comprende tanto el cuerpo como el espíritu, la educación de ambos siempre tiene que estar precedida y guiada por el cuidado (Wartung), por lo que puede decirse que el cuidado constituye la primera conexión entre ambos, lo corporal y lo espiritual, pero de forma físico-mecánica. Si se pretende educar, el cuidado no puede fundarse en el mimo, ni buscar la comodidad, sino que tiene que fundarse en la disciplina, que es la base para lograr convertir la animalidad en humanidad, y el salvajismo (o barbarie) en cultura, es decir, intentar que sea posible alcanzar la mejor formación e ilustración del ser humano.[23]

 

Por lo tanto, de estas notas pude deducirse que también en Kant la educación estaba centrada en el propio individuo, para el logro de los fines personales de su mejor formación e ilustración, mientras que para Rodríguez ese aspecto no es el prioritario o fundamental, pues sus fines están relacionados con formar adecuadamente a los ciudadanos para la nación, para hacer una nación prudente, fuerte, experta y pensadora.

 

Instrucción técnica y científica.

Ya vimos en el punto anterior que Rodríguez pretende dar a los ciudadanos una instrucción técnica y científica con el fin de obtener una nación experta y pensadora, no simplemente para que el ciudadano obtenga una profesión que garantice su sustento o su realización personal. Todo el esfuerzo educativo está colocado en los fines de la nación, no del individuo.

En ese sentido, las disciplinas técnicas y científicas que deben enseñarse son aquellas que concuerden con el interés general, que es el de la república o la nación; por ello se opone a que el estado acometa la enseñanza de aquellas disciplinas que tan sólo están en el interés de los padres para la mejor educación de sus hijos conforme a su propia opinión. 

Si, en el Colejio se enseñaran Ciencias Exactas i de Observación, los Jóvenes aprenderían a apreciar lo que PISAN, i se abrirían MUCHAS CARRERAS […] Con Conocimientos de Historia Natural, apoyados en los de Física i Química, serían AGRICULTORES INSTRUÍDOS […] Conociendo los Minerales, podrían aprender los Cateos de Metales más ÚTILES que el ORO i que la PLATA, como HIERRO, PLOMO, ESTAÑO, COBRE, ZINC, MANGANESA i otros […] de la industria a la haz de la Tierra vienen las RIQUEZAS DURABLES… (Csj Amg, OCSR, T2, 44-45).

Se puede apreciar que las disciplinas técnicas y científicas que propone concuerdan con el plan de industrialización del país que debería estarse llevando a cabo en las colonias de adultos, y por ello es en las mismas donde deben enfocarse los esfuerzos de la educación popular.

 

El Colejio de Latacunga se distinguiría:

Asegurando sus fondos en Fincas Rurales (a mi 1° llegada a Latacunga, el año 44 di el mismo Consejo). Poniendo… Una cátedra de Castellano y otra de Quichúa… en lugar de Latín; una de Física, otra de Química y otra de Historia Natural, en lugar de Teolojía, Derecho y Medicina (esto se enseña en Quito).

Estableciendo 2 Fábricas, una de Loza y otra de Vidrio, i creando una MAESTRANZA… de Albañilería, de Carpintería y de Herrería.

Un CONSEJO! llamado a ser ….. UNIVERSIDAD!

Enseñando a hablar la lengua de los Bárbaros, i haciendo platos, botellas, tapias, silletas y clavos!!!!

Que MENGUA! (dirán los Doctores de antaño)  -que honor! (dirán los de hogaño).

Más cuenta nos tiene entender a UN INDIO que a OVIDIO.                                      

Nosotros tendríamos quien nos haga lo que NECESITAMOS…

bien-hecho, barato, a tiempo, i sin TRAMPAS.

(Csj Amg, OCSR, T2, 35).          

 

A mi entender, lo que se puede decir de esta cita es que resulta ¡genial! la visión de este filósofo caraqueño, pues en medio de un retraso gigante de la América española respecto a Europa, visualiza los conocimientos necesarios para sacar a estos pueblos de su infancia social y colocarlos a la altura de la modernidad, ilustración e industrialización conocidas por el Robinson venezolano en sus periplos por el mundo de su época.

Si un plan educativo como ese se hubiera realizado en su oportunidad, tras doscientos años de desarrollo las naciones americanas seguramente tendrían un nivel de desarrollo muy diferente al alcanzado hasta este momento, y si se aplicara en toda su intensidad en este momento, sería muy esperanzador el futuro inmediato y a largo plazo. Al menos como opinión personal creo que es valedero este comentario.

 

Destinación a ejercicios útiles desde la infancia.

Ya vimos en una cita anterior que la destinación a ejercicios útiles en  las repúblicas, se corresponde en sentido inverso con las profesiones y oficios en tumulto en las monarquías (So Am, OCSR, T1, 370); por lo tanto, el llamado educativo es a concentrar la dedicación de los niños en la práctica o encauzamiento desde la escuela de primeras letras, en  aquellas profesiones y oficios que sean útiles para la república, y no en cualquier otra que por simple gusto, deseo o vanidad quiera emprender la persona. Siempre lo importante sigue siendo la nación y no el individuo.

Si no quieres ser jente, [decía un Caballero a uno de sus hijos, que no quería ser abogado], te haré aprender un oficio. ¿Qué idea se formaría de los oficios el Joven?

(So Am, OCSR, T1, 366)

 

En este fragmento se percibe la queja de Rodríguez en contra de los estudios profesionales por pura vanidad aristocrática y el desprecio de los oficios utilitarios o manuales, propio de la aristocracia medieval, pero contrario al espíritu de la producción burguesa de la modernidad; y además tal actitud es también contraria al espíritu de la sociabilidad republicana, que requiere ser útil a los demás y no solamente a sí mismo.

Para ser Sociable, es menester ser ÚTIL a sus CONSOCIOS, í para ser ÚTIL es menester haber aprendido a serlo.  Persona INÚTIL es CARGA de la Sociedad, i si hace MAL, o se opone al BIEN, es ENEMIGA.

(Csj Amg, OCSR, T2, 15-16).

Tal es el espíritu de la educación popular, hacer que las personas sean útiles a sus consocios, porque de lo contrario sería como un enemigo de la sociedad republicana y una carga para los demás. Resulta así evidente el utilitarismo en la filosofía de Simón Rodríguez, y no lo oculta ni él ni su alumno Libertador, incluso es conocida la relación de Bolívar con Jeremías Bentham, célebre promotor de las ideas utilitaristas de la modernidad.

empezando por la ECONOMÍA social, con una EDUCACIÓN POPULAR, reduciendo la DISCIPLINA propia de la economía a 2 principios, destinación a ejercicios ÚTILES, i aspiración fundada a la propiedad i deduciendo de la disciplina el DOGMA, lo que no es JENERAL no es PÚBLICO, lo que no es PÚBLICO no es social.

(So Am, OCSR, T1, 299).

No es posible más claridad, lo que persigue la destinación a ejercicios útiles es el bien público, el interés general, el bien de la nación, y por ello es de interés de la república que todos los niños, tanto varones como hembras, empiecen lo más pronto posible a adquirir los hábitos y costumbres relacionados con los oficios o ejercicios útiles.

Los varones debían aprender los tres oficios principales, Albañilería, Carpintería y Herrería porque con tierras, maderas y metales se hacen las cosas que son más necesarias, y porque las operaciones de las artes mecánicas secundarias, dependen del conocimiento de las primeras.

 Las hembras aprendían los oficios propios de su sexo, considerando sus fuerzas –se quitaban, por consiguiente, á los hombres, muchos ejercicios que usurpan á las mujeres.

(Dfs Blv, OCSR, T2, 235- 236-237).

Es evidente que sin un gobierno “etológico” que impusiera el aprendizaje de estos oficios a todos los niños, como el estudiado en el segundo capítulo de este trabajo, sin diferenciar en clases ni orígenes sociales, resultaría imposible que la aristocracia y la “nobleza criolla” de la época hubiera aceptado que sus hijos fuesen sometidos a tales humillaciones de aprender esos oficios manuales[24].

Se puede presumir que en la ejecución de este plan educativo los niños estarían efectuando especies de exploraciones prácticas de confección de objetos y construcciones útiles, haciendo juegos con herramientas de albañilería, carpintería y herrería adaptadas a su edad,  aplicando el principio de que “más aprende un niño en un rato labrando un palito”:

TRATAR CON LAS COSAS

es la primera parte de la Educación

I TRATAR CON QUIEN LAS TIENE es la segunda

Tómese, de paso, por máxima, según este principio,

que más aprende un niño en un rato, labrando un palito,

 que en días enteros, conversando con un Maestro

que le habla de abstracciones superiores a su experiencia.

(So Am, OCSR, T1, 356).

De manera que esta propuesta de dedicación a ejercicios útiles desde la infancia, forma parte del fondo de la filosofía pedagógica de Rodríguez, la cual parece concordar con la propuesta de Rousseau en El Emilio cundo dice: “No me pararé a probar extensamente la utilidad de los trabajos manuales y los ejercicios corporales para fortalecer la salud y el temperamento, este punto nadie lo disputa…”[25]. Resulta evidente que la práctica de los oficios o ejercicios útiles de Rodríguez, puede concordar con la crianza y educación expuesto a los rigores de la naturaleza, con todos beneficios que Rousseau le atribuía.

Por otra parte, la dedicación a ejercicios útiles forma parte de las condiciones y aptitudes que debe tener el pueblo en la república, y por ello debe comenzar su práctica desde la más temprana edad a los efectos de que se convierta en una costumbre o hábito nuevo, en contraposición a las arraigadas costumbres coloniales.

Condiciones y aptitudes del Pueblo.

Condiciones.

1ª Continuamente instruyéndose en sus deberes

2ª Continuamente ocupado en cosas útiles

3ª Siempre sometido a las leyes

(Dfs Blv, OCSR, T2, 352)

De la anterior cita se percibe sin lugar a dudas que lo importante en el aspecto que estamos tratando es que el pueblo esté “continuamente ocupado en cosas útiles”, no simplemente que los individuos aprendan cosas útiles para su interés personal. Esta es la nota característica de Rodríguez respecto a los demás autores de la época que estamos referenciando, pues Locke, Rousseau y Kant de alguna manera se refieren a la importancia de la educación para el individuo, mientras que Rodríguez lo piensa respecto a la república, más a la manera de la educación espartana.

En ese sentido, aunque esta parte de la educación analizada en este punto se refiere a la instrucción o formación para la vida individual, en sus aspectos de instrucción corporal, instrucción técnica y científica y destinación a ejercicios útiles desde la infancia, se puede constatar que a pesar de ser fundamentalmente beneficiosa para el individuo, se enfoca siempre por Rodríguez desde el punto de vista de la nación o de la república. Es por ello que el estado debe asumir su enseñanza en todo el pueblo de forma obligatoria, y de manera preferencial en la infancia.  

2.                Educación o Formación Para la Vida Social

Toda la filosofía de Simón Rodríguez gira en torno a este momento en el cual se hará efectiva la Educación Social propiamente dicha, según su concepto, pues esta es la formación para la vida en la sociedad republicana, sin la cual no existen ciudadanos, y por lo tanto tampoco repúblicas.

Si algo justifica en sí mismo la existencia del plan de educación popular, ello es la formación para la vida social; si algo justifica el terrible gobierno provisional absoluto y hereditario, ello es la formación para la vida social; si algo justifica todos sus esfuerzos y sacrificios personales como educador y filósofo, ello es la formación para la vida social.

El objeto de la INSTRUCCIÓN es la SOCIABILIDAD,

i el… de la Sociabilidad es hacer menos penosa la vida.

(Csj Amg, OCSR, T2, 13).

De tal manera, este no es un punto más o de relleno en el estudio de las ideas del filósofo caraqueño del siglo XIX, sino que es el corazón de toda su propuesta, y es lo que hemos venido exponiendo a lo largo de todo este trabajo desde diferentes y múltiples enfoques. Llegar a individualizar la formación para la vida social como un punto aislado dentro del plan de educación popular no es más que el formal cumplimiento de un afán sintético y metodológico, pero no es realmente un compartimiento estanco dentro de dicho plan.

Es así que todo el plan, toda la filosofía, toda la argumentación, toda la persuasión ejercida por Rodríguez en torno a su proyecto republicano, tiene que ver con la formación para la vida social. Por ello, al llegar a este punto sólo se me ocurre compararlo con una operación de corazón abierto para la cual tanto el paciente como todo el equipo de médicos se han venido preparando durante mucho tiempo y con muchas precauciones, y llegado el momento de la operación, por fin el cirujano se prepara a dar el corte final sobre el mismísimo músculo cardíaco, del cual depende todo el éxito o fracaso de la operación, y la vida del paciente. Y ello puede durar apenas unos minutos, y luego el cierre de la herida.

Es así como en este punto diremos algunos comentarios muy breves y seguiremos nuestro trabajo hasta llegar a su fin, pero conscientes de estar pasando por el corazón de todo el sistema. Así es como enfrentamos los comentarios en este punto.

De esa forma, es mi sentir que la siguiente cita ya varias veces mencionada constituye, si no el propio corazón o centro al que vengo haciendo analogía, al menos debe estar muy cerca del mismo, y así lo tomaré en esta parte:

En el Sistema REPUBLICANO las Costumbres que forma una Educación Social, producen una autoridad pública, no una autoridad personal; una autoridad sostenida por la voluntad de todos, no la voluntad de uno solo convertida en autoridad.

O de otro modo,  la autoridad se forma en la EDUCACIÓN, porque educar es CREAR VOLUNTADES; se desarrolla en las COSTUMBRES, que son efectos necesarios de la EDUCACIÓN; i vuelve a la EDUCACIÓN, por la tendencia de los Efectos a reproducir la Autoridad. Es una circulación de la autoridad en el Cuerpo Social, como la de la sangre en el animal.

No habrá jamás verdadera sociedad, sin Educación, ni autoridad Razonable, sin costumbres liberales.

Los defensores del Republicanismo Bastardo, no advierten que su Sociedad representa un Cono en posición inversa = LAS COSTUMBRES sobre la autoridad; en la verdadera República, LA AUTORIDAD sobre las costumbres. (So Am, OCSR, T1, 383).

Sólo es posible entender toda la complejidad de este texto habiendo digerido previamente toda la obra del Sócrates caraqueño; veamos todos los conceptos que en tan corto espacio gramatical se encierran:

SISTEMA REPUBLICANO

REPUBLICANISMO BASTARDO

VERDADERA REPUBLICA

COSTUMBRES

COSTUMBRES LIBERALES

EDUCACION

EDUCACION SOCIAL

AUTORIDAD

AUTORIDAD PÚBLICA

AUTORIDAD PERSONAL

AUTORIDAD RAZONABLE

CIRCULACIÓN DE LA AUTORIDAD

VOLUNTAD

VOLUNTAD DE TODOS

VOLUNTAD DE UNO

CREAR VOLUNTADES

EFECTOS

CUERPO SOCIAL

SOCIEDAD

Resulta tal la complejidad de los conceptos allí expresados, que apenas para intentar captar todo su contenido sería necesario tomar todo el listado  y utilizarlo como el esquema general de una nueva investigación en la que nos embarcaríamos, para llegar a un  nuevo puerto que no hemos definido dentro de los objetivos de este trabajo, el cual creo que es la palabra marcada en negrillas “educación social”. Es posible que se requieran investigaciones posteriores para profundizar en este aspecto, pero en este punto nos sirve para remarcar la importancia concedida por el maestro caraqueño a este concepto de formación para la vida social.

 

Instrucción social.

La instrucción social debería consistir, a  mi entender,  en una serie de enseñanzas concretas que permitan asumir las nuevas costumbres que se requieren para constituir felizmente la nueva sociedad republicana, pero esa tabla de contenidos sociales no está dada en ninguna parte específica del plan de educación popular, sino que más bien habría que extraerla del contenido de toda la obra de Rodríguez, y eso es lo que intentaremos hacer en esta parte, a manera de captación de cortos aforismos dentro de textos mayores, muchos de ellos ya comentados. Veamos.

 

Tener un común sentir de lo que conviene a todos.

… La mayor fatalidad del hombre, en el estado social, es no tener, con sus semejantes, un común sentir de lo que conviene a todos… (So Am, OCSR, T1, 365).

 

Este sentimiento común de lo que conviene a todos no es otra cosa que el interés general, el cual una vez que es descubierto permite pasar del grupo por agregación a la sociedad organizada.  Ya no estarían los hombres reunidos solamente para facilitar que cada uno obtenga su propio interés, garantizando de ese modo su propia y personal sobrevivencia; por el contrario, al descubrir lo que conviene a todos además se garantiza la sobrevivencia del grupo y es ello lo que permite la existencia de la sociedad.

Aquí se percibe la idea de sistema social orgánico que enfocaremos más adelante, a semejanza de un sistema biológico, de un ser vivo completo, cuyas partes y sistemas individuales existen en función del cuerpo orgánico entero, donde cada célula individual forma parte de un tejido orgánico que trabaja siempre con miras al sostenimiento del organismo completo y así cada uno garantiza su propia existencia individual. Es entendido que, si alguna célula o tejido orgánico no funciona en concordancia con todo el cuerpo, entonces estas células o tejidos se convierten en enemigos del cuerpo entero, pasando a estar en condición de enfermos y deben ser curados o eliminados. De manera equivalente funcionaría el tejido social, como veremos más adelante. 

 

Pensar cada uno en todos, para que todos piensen en él.

SOCIAL.

No es hacer cada uno su negocio, i pierda el que no esté alerta,

sino pensar cada uno en todos, para que todos piensen en él.

Los hombres no están en el mundo para entredestruirse

sino para entreayudarse.

Servirse del nombre de Dios, para respaldar injusticias,

es BLASFEMIA.

(So Am, OCSR, T1, 325- 326).

Pudiera afirmarse que esta es la regla de oro en el estado social para Simón Rodríguez, y su posesión es el indicativo sin lugar a dudas de que la persona ha aprendido a vivir en sociedad, así como no poseerlo es el indicativo de lo contrario. Por ello, la práctica diaria y permanente de la ayuda mutua y la cooperación entre las personas, estando cada uno pendiente del beneficio del otro constantemente a la vez que piensa en el beneficio propio, es lo que en definitiva se convertiría en costumbre social desde el punto de vista etológico, es decir, que se convertirá en hábito y se cumplirá de manera espontánea sin tener que pensar en ello, pues ya oportunamente se habría pensado y aceptado como razonable.

         

Moderar el sentimiento de que yo solo soy, y solo soy para mí (egoísmo).

Yo solo soi y solo para mi

Son ideas de Niño

El hombre que atraviesa la vida con ellas,

muere en la Infancia,

aunque haya vivido cien años.

Sin moderar este sentimiento el hombre no es sociable

–los Sentimientos se moderan rectificando las Ideas…

(So Am, OCSR, T1, 356).

Según Rodríguez esta es la manera de pensar que ha hecho que los pueblos permanezcan en la infancia social y es una de las causas que impiden que el hombre sea sociable. En consecuencia, hay que promover el sentimiento contrario de “yo no soy solo, y no soy solamente para mí”, o como lo diría de otra manera el expósito caraqueño “cuidar de todos, para que todos cuiden de mí”.

Inculcar temprano la doctrina social.

… los niños se vacunan, como se circuncidaba antiguamente…muy temprano: ¿por qué no se tiene igual cuidado en injerirles la doctrina social; antes que recojan, en las calles, las que exhalan los mercados y las tiendas? (Luc Vir, OCSR, T2, 126).

                            

Principios viejos, en Libros y en Bocas. ¿en obras..? ni se han visto, ni se ven. Se verán, si se inculcan en la Infancia, por una EDUCACIÓN SOCIAL. (So Am, OCSR, T1, 382).

 

Este principio de comenzar la doctrina social en la infancia antes de que se infesten en las calles con las arraigadas costumbres y opiniones, constituye precisamente el enfoque especial dado a este trabajo de investigación. La única manera de garantizar desde el punto de vista etológico, es decir, de la creación de nuevas costumbres libres de la influencia dañina de las antiguas, es comenzar su formación desde lo más temprano posible en la niñez, aislando a la infancia de las fuentes de contaminación; es ello precisamente lo que justifica la existencia de las colonias de niños, donde se educarían aislados del resto del ambiente social infeccioso, y expuestos constantemente a las nuevas costumbres sociales.

 

Aprender a ver compatriotas en los que lo rodean.

Usted responderá… porque me conoce… que el Seños Simón es COSMOPOLITA, no Egoísta… como el vulgo interpreta la palabra,

sino un hombre EMINENTEMENTE! Sociable, porque ve su Patria donde se halla, i COMPATRIOTAS en los que lo rodean. (Csj Amg, OCSR, T2, 62) [...] porque veo, en cada PRÓJIMO, un INFELIZ, como YO (64).

Este es un aprendizaje muy especial, que permite comenzar a ver a los demás como iguales, y esto a partir de un aspecto en el cual ni siquiera la ilustración y el utilitarismo se habían enfocado en ese momento, esto es, en ver la infelicidad del otro y compararla con mi propia infelicidad y a partir de ello llegar a la conclusión de que ambos somos iguales debido a que ambos somos infelices.

 Entonces, el plan que nos hará unir no es el del utilitarismo ilustrado de “buscar la mayor suma de felicidad para el mayor número posible de personas”, sino un nuevo plan que alcanza inclusive a aquellos que quedan fuera de cualquier felicidad, y que su expresión lingüística sería más o menos “la menor suma de infelicidad para el mayor número posible”. Sería como dejar de buscar la igualación por arriba, o sea en el rango de la mayor felicidad, y buscarla por debajo, en el rango de la menor infelicidad posible para todos los que más sufren[26].

Aprender el lenguaje social.

No tener con quien comunicarse socialmente es una de las graves dificultades que nuestro filósofo consigue para enfrentar el proyecto de república, pues simplemente si no hay ciudadanos republicanos que sepan el lenguaje social, no hay con quien hablar acerca de las cosas sociales, para poder persuadir y persuadirse mutuamente a cerca de lo que conviene a todos; pero sin lenguaje social no es posible emprender nada en ese sentido.

Es muy difícil persuadir a un pueblo que no entiende el lenguaje social, y sin una iniciativa en la idea de su bienestar ¿cómo se le convencerá? Todos saben mandar y exijir –persuadir es un talento – y sólo podrá convencer el que encuentre al sujeto dispuesto á convenir en lo que sabe o siente.  (Dfs Blv, OCSR, T2, 349)

En ese sentido, adquirir el lenguaje social significa adquirir el conocimiento de lo que es vivir en una sociedad, tener deberes y derechos sociales, que limitan los propios derechos individuales concedidos por la naturaleza, donde, según Rodríguez;  prevalece  el principio de “cada quien para sí mismo y Dios para todos”, el cual debe ceder paso en beneficio de los derechos comunes e intereses generales que surgen al vivir en sociedad, donde prevalece el principio de “pensar cada uno en todos, para que todos piensen en él”.

De esta manera, entender el leguaje social es ver en el otro a un igual, a un compatriota, y saber comunicarse con él desde el sufrimiento mutuo de las mismas condiciones de infelicidad y dureza de la vida, y entender que se necesitan mutuamente para “entreayudarse” en ese estado de infelicidad, para el logro de la menor suma de infelicidad posible para todos.   

 

Eliminar las malas tradiciones.

… en costumbres, la tradición es un gran mal: deberían perderse algunas buenas, por no conservar, con ellas, las malas…  (So Am, OCSR, T2, 112).

 

Aquí se manifiesta la batalla contra las arraigadas costumbres y opiniones, por lo que la tradición deja de ser un motivo de admiración y de emulación de los antiguos y ancestros, y pasan más bien a ser considerados como los malos ejemplos a vencer. Desde ese punto de vista, por muy hermosa o familiar que parezca una tradición, si en ella están contenidos principios contrarios a la sociedad y al bien común, es preferible perder lo bello y bueno que adicionalmente venga anexo a dicha tradición.

Por ello, en la educación social y gobierno etológico, debe existir una institución como el Poder Moral, que tenga la suficiente autoridad y poder como para descubrir las costumbres y tradiciones contrarias a la sociedad republicana, y prohibirlas o erradicarlas de quienes ya las conocen o practican, e impedir que lleguen al conocimiento de los niños que están en proceso de educación popular. Este es un aspecto de actuación negativa de la educación social.

 

Aprender que saben lo que dicen.

… cuando grandes, han de creer que saben lo que dicen… Cuantos males no puede hacer un Jefe, que cree saber lo que no ha aprendido!  (So Am, OCSR, T1, 399-400)

 

… no es culpable un hombre porque ignora- (poco es lo que puede saber) pero lo será, si se encarga de hacer lo que no sabe. (So Am, OCSR, T1, 329).

 

Este es un principio social que parece venir directamente de Sócrates, o más bien de Platón en sus diálogos socráticos, en el cual mediante la mayéutica el interlocutor de Sócrates lega a la conclusión de que en realidad no sabe lo que está diciendo, y sólo está repitiendo de manera mecánica lo que ha escuchado en el entorno sin haber razonado al respecto.

   En ese sentido, es un primer paso importante llegar simplemente a saber que no sabe lo que está diciendo, y dejar de argumentar sin conocer, a la manera de la doxa griega, y llega entonces al epísteme, con el que puedo llegar a saber que no sé, cuando realmente no sé, y ese sería el primer gran conocimiento; y luego a la manera cartesiana, poder establecer pequeños conocimientos sobre los cuales se van construyendo conocimientos cada vez mayores, en los cuales existe la seguridad de que sé algo, porque así lo dicen la razón y la experiencia, y no simplemente porque todos lo dicen, como en las arraigadas costumbres y opiniones. 

 

Aprender a dar y recibir razones.

¡Enseñen a los Niños a ser PREGUNTONES!

Para que, pidiendo el PORQUÉ, de lo que se les manda hacer,

se acostumbren a obedecer… a la RAZÓN!

no a la autoridad, como los LIMITADOS

ni a la COSTUMBRE, como los ESTÚPIDOS.

(Csj Amg, OCSR, T2, 27).

Aceptar lo que es razonable, porque sólo la razón impone hábitos a la voluntad, ese es el fundamento de la educación social, puesto que la educación es crear voluntades; de tal manera, la razón es la fuente y el fundamento de toda actuación en la vida social, y por ello debe existir el hábito de dar y pedir razones, y saber hacerlo, para ello es que se requiere el lenguaje social.

Hay que recordar que la razón es el centro en el cual se apoya la doctrina de la ilustración y la modernidad, y sin ella la ilustración y la educación dejan de tener sentido. Por ello siempre es necesario dar y recibir razones, y no simplemente dar órdenes y cumplirlas.

 

Preceptos sociales o enseñanza de la virtud.

Respecto a la instrucción social, desarrolla Carlos Jorge un capítulo completo en su obra “La escuela de Simón Rodríguez”, y entre otros aspectos que respaldamos a plenitud y que muchos de ellos ya hemos comentado en diferentes partes de este trabajo, pues como ya hemos dicho, la instrucción social consiste en el corazón y la médula de toda la filosofía del maestro de Bolívar; observamos que Carlos Jorge destaca la existencia de  “preceptos sociales o la enseñanza de la virtud”, y dice textualmente:

Digamos, entonces, en primer lugar algo de los “preceptos sociales! Objeto principal de la escuela!” (ib.), esto es, de la enseñanza de la virtud. Simón Rodríguez es inusualmente específico en este punto, pues señala las catorce lecciones de que dispone el maestro “para dar una cada día, insistiendo siempre sobre la Confraternidad”.

Dice el filósofo respecto de la enseñanza de la virtud:

acostúmbrese al niño a ser

VERAZ             CONSECUENTE

FIEL                          JENEROSO

SERVICIAL                 AMABLE

COMEDIDO              DILIJENTE

BENÉFICO            CUIDADOSO

AGRADECIDO              ASEADO

a respetar la reputación

i a cumplir con lo que promete (ib.).

 

Mucho habría que decir en torno de esta lista de virtudes -volveremos sobre la “reputación” y las promesas en este mismo capítulo-, pero fijemos la atención, por ahora, en el término con el que principia el pasaje: “acostúmbrese”. [27]

 

Si la educación popular es capaz de producir por lo menos una generación de ciudadanos con tales virtudes y costumbres sociales, ya eso sería suficiente para intentar arrancar y continuar el proyecto de sociedad republicana, y se justificarían de alguna manera todos los esfuerzos y sacrificios de la etapa provisional de gobierno etológico. Claro que parece utópico, pero eso ya se ha discutido.

 

Conciliar los intereses particulares con el interés general.

El conflicto entre el interés particular de cada uno de los miembros de la sociedad debe resolverse mediante la conciliación y no mediante el litigio, lo cual, a los oídos de un abogado, como es el caso de este investigador, significa que las partes interesadas deben limitar o deponer sus pretensiones y ceder mutuamente una parte de sus aspiraciones en beneficio del interés común, que beneficia a todas las partes. Siendo el caso de una república, el interés común es el que puede llegar a beneficiar a todos los ciudadanos, y no solamente a algunas partes específicas, sean minorías o mayorías; es aquello que puede llegar a unirlos a todos en un mismo sentir, es lo que se denomina el interés general.  

 

… los hombres se reúnen por sus intereses, que buscando cada uno su conveniencia sin consultar la de otro, yerran todos el fin de la unión, porque los intereses se chocan, que este es el motivo de todas las desavenencias y estas, las causas de las guerras; que las luces que se adquieren con la experiencia han hecho pensar –que pensando se ha descubierto, que el único medio de establecer la buena inteligencia, es hacer que TODOS PIENSEN en el bien común y que este bien común es la REPÚBLICA. (Luc Vir, OCSR, T2, 179-180).

 

Analizando la anterior cita, comenzamos por observar que “los hombres se reúnen por sus intereses”, lo cual para Rodríguez significa que este es el resorte o causa natural por la cual los seres humanos tienden a reunirse en sociedad civil, buscando cada uno la solución de sus necesidades o gustos personales, entendiendo que por sí solos no es posible lograrlo. De esa manera constituyen familias, tribus, clanes, poblados, ciudades y naciones: siempre buscando la unión, pero pensando en sus intereses personales.

Sin embargo, agrega Rodríguez que una vez reunidos cada uno busca su conveniencia sin consultar al otro; esto es, que viven juntos en el mismo sitio, pero no se consultan para determinar si el bien que persiguen concuerda con el del otro, para ayudarse mutuamente a conseguir dicho beneficio y compartir el resultado obtenido;  sino que, por el contrario, estando juntos en el mismo sitio apenas se benefician del aprovechamiento del territorio, o de la fuerza intimidatoria que el grupo representaría frente al peligro natural de la acechanza de fieras, por ejemplo, o de otros enemigos naturales o de grupos contrarios.

El resultado de la anterior conducta es que los intereses de cada uno chocan con el interés de los demás,  lo que causa desavenencias, divisiones y guerras, lo que es la característica del estado de naturaleza, de guerra de todos contra todos; lo que llevaría finalmente o a la destrucción mutua, o a tomar conciencia de la necesidad de unirse por el bien común, renunciando cada uno a su propio interés en procura del interés que los beneficie a todos, surgiendo así el estado social, o sociedad civil. Esta situación fue planteada en la modernidad en las diversas teorías del contrato, resultando diversas soluciones.

Continúa Rodríguez afirmando que “las luces de la experiencia han hecho pensar… y pensando se ha descubierto”, con lo cual hace entender que, de manera natural a través de la experiencia, y de manera racional a través del pensamiento, se ha llegado a hacer descubrimientos. Esto es algo así como la síntesis entre el pensamiento racional francés y el utilitarismo experimental inglés, al cual llegó Kant, para intentar equilibrar las diferencias entre ambos enfoques de la ciencia moderna, llegando a concluir que el conocimiento científico sólo es posible mediante los dictados de la lógica y la razón verificados por la experiencia;  así mismo, en el caso de las ciencias aplicadas a la solución de los problemas sociales, se ha llegado a soluciones mediante la experiencia y el pensamiento racional.

En ese sentido, concluye nuestro filósofo que la solución a las diferencias entre los intereses individuales es “que todos piensen en el bien común, y que este bien es la República”, de esa manera todos dejarían de pensar en su propio beneficio para pensar en lo que conviene a todos, y dentro del mismo cada uno hallará su propio interés. 

Sociedad significa Unión ÍNTIMA

República [significa] Conveniencia JENERAL

i JENERAL [significa] lo que conviene a TODOS.

Por consiguiente, SOCIEDAD REPUBLICANA es lo que se compone de hombres INTIMAMENTE UNIDOS, por un común sentir de lo que conviene a TODOS,

-viendo cada uno en lo que hace por conveniencia propia,

una parte de la conveniencia JENERAL.

(So Am, OCSR, T1, 381-382).

Es este “común sentir de lo que conviene a todos, viendo cada uno en lo que hace por conveniencia propia, una parte de la conveniencia general”, es lo que constituye la clave para conciliar los intereses particulares con el interés general, pues al descubrir el interés general cada uno debe buscar realizar su propio interés dentro del mismo, o en concordancia con él.

… consultar el INTERÉS JENERAL, que es lo que constituye la Civilización Social… (So Am, OCSR, T1, 344)

Salgan, júntense, rodeen al Gobierno, traten con EL del bien común, i hallará cada uno lo suyo.  (So Am, OCSR, T1, 380).

Para descubrir cuál es el interés general deben los ciudadanos consultarse mutuamente entre ellos y con el gobierno, de tal manera que una vez establecido dicho interés, cada uno pueda hallar el suyo dentro del mismo, y es por ello que su aprendizaje desde el inicio de las primeras letras constituye una parte clave de la educación social.

 

Aspiración fundada a la propiedad.

Volvamos a una de las citas fundamentales dadas al principio de este capítulo, con el fin de volver a captar la visión relacionada con la aspiración a la propiedad:

Erudición i Habilidades

Profesiones y Oficios, en tumulto,

Herencias, Privilejios y Usurpaciones =

es la divisa de las Monarquías

                                              

La de las Repúblicas debe ser

Educación Popular

Destinación a Ejercicios útiles

Aspiración fundada a la propiedad

(So Am, OCSR, T1, 370). (Negritas agregadas).

De estas frases se puede ver claramente cómo la propiedad obtenida en las monarquías mediante herencias, privilegios y usurpaciones, se equipara en sentido inverso en las repúblicas con una aspiración fundada a la propiedad; sin embargo, no se menciona en que se fundamenta esta aspiración, por lo cual tendremos que investigarlo en otras partes de las obras de Rodríguez.

El hombre menos instruido, en asuntos civiles, conoce que no tiene derecho para apropiarse un lugar que otro necesita, i que él no puede ocupar.

Una mediana ilustración basta para saber que, en los países más poblados, cabrían los habitantes que emigran por falta de subsistencia,, si en la destinación de las personas, i en el uso de los medios de subsistir hubiera orden.

 

Acostumbrados los Emigrantes, los unos a extenderse i los otros a estrecharse en su país, vendrán a la América a hacer lo mismo, i al cabo de algún tiempo, se verán en peor condición, por el abuso que los fuertes harán de los débiles, al repartirse las tierras i los auxilios que les den para cultivarlas.

 

Ya no hai más suelo grande i habitable que la América, i por casualidad se halla VACÍO, a tiempo en que la experiencia [que llamamos Luces del Siglo] enseña lo que debe hacerse, para que los hombres gocen de las comodidades de la vida, sin deber destruirse para proporcionárselas. (So Am, OCSR, T1, 388).

Se extiende el filósofo caraqueño en consideraciones para hacer notar que el problema de la propiedad de la tierra no ha sido la falta de ella, ni siquiera en los lugares de origen de los colonos americanos, y mucho menos en América ya que casualmente se encuentra vacía, sino la inadecuada distribución de la misma por falta de orden; argumenta que esa falta de orden hace que unos se extiendan demasiado y otros se estrechen, pero entonces afirma que eso es debido al abuso de los fuertes sobre los débiles, y por causa de los auxilios para cultivar la tierra.

Se deduce entonces que el orden que hay que poner es sobre la repartición de la tierra, para que los más fuertes no abusen de los débiles, y en la asignación de los auxilios o recursos para cultivarla. Esta repartición de tierras y asignación de recursos fue prevista mediante la creación de las colonias con los propios habitantes.

… instruir, y acostumbrar al trabajo, para hacer hombres útiles –asignarles tierras y auxiliarlos en su establecimiento… era colonizar el país con sus propios habitantes. 

(Dfs Blv, OCSR, T2, 357).

Ya vimos que este proyecto de colonización se justifica y se instrumenta mediante un proyecto de ley que da los detalles acerca de su conformación:

PROYECTO DE LEI […] considerando; en 4°  lugar, que los Campos de América están en gran parte despoblados,, i los pocos habitantes que tiene, apiñados, en desorden, alrededor de los templos, esperando de la Providencia lo que no les ha prometido,, miserables en medio de la abundancia,, i sin esperanzas de ocupar su imajinaria propiedad, en muchos siglos,, por falta de dirección  -que lo que hace horrorosa la Soledad, es la inhabilidad de hacerla habitable, para vivir en ella,, i que la Industria es un compañero que infunde valor, al más apocado. […] Artículo 1°. Colonícese el país con sus propios habitantes […] Artículo 7°. Las Colonias ocuparán en, propiedad, las tierras baldías que el Estado les adjudique… (So Am, OCSR, T1, 409-411).

Aquí ya podemos ver perfectamente que la aspiración a la propiedad se fundamenta en que las colonias ocuparán en propiedad las tierras baldías que el estado les adjudique. Se abre de esa forma una esperanza justificada de los ciudadanos de obtener la propiedad de las tierras que necesiten para garantizar su sustento, instruyéndose y acostumbrándose a trabajarla, en el entendido de que “…no tiene derecho para apropiarse un lugar que otro necesita, i que él no puede ocupar…”. Este sería un principio fundamental del ejercicio de la propiedad dentro de las colonias. Pero además agrega Rodríguez:  

A ninguno le es permitido exentar a otros, del trabajo necesario a su subsistencia.

Ninguno tiene derecho á la propiedad ni á los servicios de otro, sino en común.

No hay legados ni herencia por sucesión. (Dfs Blv, OCSR, T2, 352).

Esto abre las puertas a otro tipo de propiedad en las colonias, y finalmente en toda la nueva república. ¿Se proscriben la propiedad individual, los legados y la herencia por sucesión, y en su lugar se promueve la propiedad comunal? ¡¿Es ésta finalmente la aspiración fundada a la propiedad!?

Al parecer es con esta fórmula de propiedad comunitaria, cómo en el proyecto de sociedad republicana se pretende eliminar la divisa de las monarquías de “… herencias, privilejios y usurpaciones…”, para dar paso a la aspiración a la propiedad en las repúblicas, fundada en el comunitarismo y la eliminación de las demás formas de propiedad.

Es menester volver a repetir en este punto que lo que se plantea en esta parte es más una incógnita que una respuesta, dado que los objetivos planteados en este trabajo no permiten abordar con mayor profundidad en este aspecto, por lo que se toma provisionalmente como válida esta respuesta, mientras otros trabajos de investigación puedan ratificar o desvirtuar su contenido. 

 

3.                Realización del Individuo en la Vida Social

 

En este último punto de este capítulo se concentra la parte de la educación social que tiene que ver con la práctica de las virtudes que efectivamente se van logrando en el plan de educación popular, constituyendo en sí mismo la concreción de las nuevas costumbres, el logro tangible del gobierno etológico, la verificación práctica de la existencia de ciudadanos capaces de ser utilizados para la construcción de la sociedad republicana.

Es entendido que aún esa práctica de lo social forma parte del plan de educación popular, que es materia de la función docente ejercida por los maestros en esta fase provisional de la república estudiada en el capítulo anterior, pero que constituye algo así como una materia avanzada, una práctica de vivencia en sociedad que permite ir logrando la realización del individuo dentro de las estructuras sociales ya existentes o de las que estén en formación.

Sin embargo, finalmente esta práctica o enseñanza avanzada de educación social debe formar parte de la vida normal de los ciudadanos en la sociedad republicana, y es por ello que en este trabajo se deja como parte final, pues lógicamente sólo es posible su ejercicio por los estudiantes más avanzados del plan de educación popular, es decir, los que ya estén en vísperas de su graduación como ciudadanos activos.

 

Participación activa de los individuos en las cosas públicas.

Aquí surge una clara línea de diferenciación en el ejercicio de la democracia, pues en este momento la propia democracia deja de ser representativa y pasa a ser participativa, y los ciudadanos dejan ser pasivos y pasan a ser activos; ocurre un cambio cualitativo, para utilizar el lenguaje del materialismo dialéctico marxista.

Una de las arraigadas costumbres que se ha combatido con el plan de educación popular es el individualismo y egoísmo, la tendencia de cada uno a vivir su vida dentro de las puertas de su casa, no considerar el bien común, creer que fuera de su casa cada uno busca lo suyo a costa del que se descuide y sálvese el que pueda; pero con la educación social se les ha hecho ver el bien común, el interés general, las cosas públicas, y se le llama a la participación en estos aspectos nuevos de la vida.  

Viven en sus casas encerrados, murmurando:

Salgan, júntense, rodeen al Gobierno, traten con EL del bien común, i hallará cada uno lo suyo. Dejan al Presidente solo, con facultades para hacer lo que quiera -¿Qué hará sino lo que le parezca conveniente?- (So Am, OCSR, T1, 380).

Lo primero que se exhorta  es a salir de sus casas y juntarse entre sí, haciendo entender que la vida personal ya no consiste en vivir dentro de sus cuatro paredes, sino vivir dentro del ámbito de la comunidad; su propiedad ya no es la casa donde habita, sino la comunidad donde vive; es el equivalente a la vida en la polis griega, donde se reunían los ciudadanos en el ágora, espacio público en el centro de la ciudad, para discutir sobre los problemas de la comunidad; o su equivalente en el foro romano. 

Pero no es simplemente juntarse como esparcimiento, o para ejercer el comercio, o para la adoración de las deidades, como también sucedía en el caso del ágora de Atenas, por ejemplo, sino propiamente para el ejercicio de la función política de consultarse acerca del bien común, del interés general, del ejercicio del gobierno en su escala correspondiente.

Luego exhorta a que rodeen al gobierno y traten con él; el gobierno deja de ser un ente extraño y lejano, dejan de ser personas poderosas y apartadas de la comunidad y pasan a ser seres humanos equivalentes en importancia, a quienes hay que rodear y tratar, como si se tratase de otros vecinos con quienes compartir, con quienes juntarse para consultarse e influirse mutuamente. Es evidente que este nuevo tipo de trato de los ciudadanos con el gobierno requiere igualmente de un nuevo trato del gobierno con la gente; los ciudadanos que estén en funciones de gobierno deben tener el mismo lenguaje social que los ciudadanos activos en funciones de comunidad participativa.

En ese sentido, el gobierno debe estar en condiciones de dejarse rodear, de ser permeable permanentemente al trato con los ciudadanos, de no estar tampoco encerrado el gobierno en sus gabinetes ministeriales o en sus respectivos despachos; debería ser un ejercicio de gobierno verdaderamente público y transparente, fundado en el intercambio constante de ideas con los ciudadanos, un gobierno salido a la calle, también presente en el ágora o en el foro, y que se note el efecto que en el mismo surten los ciudadanos por el contacto diario. Eso requiere que los gobernantes ya hayan recibido la instrucción como ciudadanos activos.

Sigue la cita destacando que este trato entre los ciudadanos y el gobierno es acerca del bien común; esto es muy importante, pues la experiencia de nuestra conocida democracia representativa es que la gente se acerca a los gobernantes para pedir prebendas personales, para exigir o rogar acerca de sus propios intereses egoístas, para el tráfico de influencias, para conseguir el apadrinamiento de sus propios proyectos individuales. En este caso, los ciudadanos estarían formados para rodear al gobierno y tratar con él, pero acerca del bien común, no del interés personal.

Sin embargo, hace notar igualmente esta muy condensada cita, que a pesar de que los ciudadanos tratan entre ellos y con el gobierno acerca del bien común, en el medio de este trato cado uno conseguirá lo suyo, su propio bienestar personal. Esta parece ser la esperanza especial de esta nueva sociedad, que cada uno encontrará su propio bienestar dentro del bien común, aunque no quede claro como sucederá esta combinación de beneficios comunes y personales.

Por otro lado, se advierte el peligro de dejar solo al gobierno en el ejercicio de sus funciones, pues se corre el riesgo de que haga lo que quiera, o lo que le parezca conveniente; por ello hay que rodearlo y tratar con él acerca del bien común. Pero ese contacto con el gobierno debe darse en todos los niveles y esferas sociales posibles, en todo el tejido social.

 

Que formen parte del tejido social.

Es importante la existencia de un tejido social que una íntimamente a las personas, donde se realice y ejecute en la práctica la conveniencia general y el bien común, diferentes instancias de convivencia y ejercicio de la democracia participativa donde pueda hacerse efectiva la sociedad republicana, donde estén todos íntimamente unidos para la realización colectiva y personal.

Sociedad significa Unión ÍNTIMA

República [significa] Conveniencia JENERAL

i JENERAL [significa] lo que conviene a TODOS.

Por consiguiente, SOCIEDAD REPUBLICANA es lo que se compone de hombres INTIMAMENTE UNIDOS, por un común sentir de lo que conviene a TODOS, -viendo cada uno en lo que hace por conveniencia propia, una parte de la conveniencia JENERAL. (So Am, OCSR, T1, 381-382).

 

… en TODO¡ han de Gobernar la PRINCIPIOS SOCIALES… EN TÓDO!

La Escuela Primaria dará REGLAS de CONDUCTA… en Jeneral…

la Maestranza PONDRA en PRÁCTICA… las que le TOQUEN,

i el Colejio habrá dado en lo que NADIE! hasta aquí,

que es, en hacer ver…

que en TODA OCUPACIÓN… EN TODA EMPRESA… ha de regir la

Idea de la SOCIABILIDAD.

(Csj Amg, OCSR, T2, 51)

En consecuencia, el tejido social abarca toda ocupación y toda empresa, y todos los ciudadanos activos deben formar parte de este tejido, y para ello deben ser preparados por la escuela, la maestranza y el colegio. Ello significa que en todas las áreas y niveles de la educación existirá una constante instrucción para el ejercicio social, y que este ejercicio social constituirá un tejido de participación activa en todas las ocupaciones y en todas las empresas, sean públicas o privadas.

Ahora bien, ¿en qué consiste este tejido social? ¿Consiste en la estructura de los órganos del gobierno? ¿O es algún otro tipo de tejido que no es propiamente el órgano de gobierno?

La respuesta parece estar en la cita ya previamente analizada en la cual dice “rodeen al gobierno” (So Am, OCSR, T1, 380), por lo tanto, no es un tejido que constituye propiamente los órganos del gobierno, sino un tejido especial que los rodea. Son órganos de gobierno rodeados por un tejido social especial que al parecer los controla, sustenta y protege.

Al investigar este tipo de tejidos desde el punto de vista biológico resulta que eso se parece mucho al tejido que rodea todos los músculos y órganos del cuerpo de los seres vivos y constituye propiamente un recubrimiento de sostén, soporte y protección, como lo es el sistema de aponeurosis de envoltura, o fascias[28]. 

En consecuencia, en esta analogía que estamos planteando entre el “tejido social”, que rodea a todos los órganos del gobierno republicano, y el “tejido fascial”, que rodea todos los órganos del sistema biológico humano y animal, se puede apreciar que Simón Rodríguez estaba previendo una nueva forma de participación de la sociedad en las estructuras del gobierno.

Hasta ese momento sólo se había planteado un tipo de gobierno en el cual los “órganos del poder” actuaban en representación de la soberanía, bien sea que esta recayera sobre el rey o sobre el pueblo. Pero estos órganos de poder actuaban por sí mismos, rindiendo cuentas sólo al soberano, bien sea representado en otros órganos superiores, o al propio rey soberano, o al pueblo soberano mediante asambleas representativas o directas; pero no se había planteado que estos órganos estuviesen “rodeados” constantemente por un “tejido social” que los controlase y sustentase.

En este sentido, la sociedad republicana de Simón Rodríguez tenía una visión análoga a la de un sistema orgánico biológico, donde ningún órgano, ni ninguna parte integrante del sistema existiría como un individuo separado, sino que todos estarían unidos por una existencia común, ésta es la vida del organismo social, equivalente al organismo biológico. Es en esta circunstancia en la cual todos los órganos y partes individuales del sistema trabajarían en beneficio de los demás, para que los demás trabajaran en beneficio de ellos. De lo contrario surgiría la enfermedad, tanto biológica como social.

Es por ello que constituye especial importancia que todos los ciudadanos formen parte del tejido social, pues quien no lo haga, aunque sea rodeando a los tejidos funcionales del gobierno, sería una especie de tejido canceroso, que atacaría a los demás en su propio y único beneficio individual, degenerando finalmente en el colapso de todo el sistema, si este tejido enfermo no es aislado y curado, o eliminado. Ello explica también toda la actuación del “gobierno etolójico”, como una especie de sistema inmune para la eliminación y control de esas infecciones sociales.

De tal manera, formar parte del tejido social tampoco es en beneficio del individuo para garantizar su derecho a participar en la sociedad y en el gobierno, sino para garantizar la existencia de la sociedad republicana en su conjunto, en beneficio del bien común.

La enseñanza del plan de educación popular a este respecto, es acostumbrar al ciudadano desde su más temprana edad a participar en todas las instancias posibles de este tejido social, y acostumbrar igualmente a la sociedad a permitir y promover esta participación como algo natural y sencillo, ya que finalmente esa será la forma de vida que todos practicarán en la nueva sociedad republicana.

 

Conclusiones de este capítulo.

Con este brevísimo esbozo del plan de educación popular se culmina el tercer capítulo de este trabajo, donde se ha hecho énfasis en la infancia como edad privilegiada en el proyecto de república, pero, sin embargo, se consideró prudente hacer un estudio completo de todo el proyecto rodriguista a manera de análisis central en cuanto a la participación de la infancia, y a manera de resumen colateral en cuanto al resto, para la mejor comprensión de los argumentos esgrimidos en la parte central.

Este tercer capítulo dedicado al plan de educación popular, por lo tanto, no constituye la parte central de nuestro estudio, a ello ya se han dedicado otros autores con mucha más profundidad y amplitud, pero debíamos abordarlo para mostrar cómo la infancia constituye parte central y privilegiada dentro del mismo, aunque se aplique a toda la población por igual en todos los aspectos posibles.

No pretendemos de ninguna manera haber agotado ninguno de los temas estudiados, sino más bien haber mostrado algunos enfoques que permitan exploraciones nuevas en la filosofía de nuestro filósofo caraqueño, que se pudieran ahondar o ampliar en futuras investigaciones, para ratificar o contradecir las conclusiones provisionales a las que llegamos en este trabajo.

En tal sentido, se concluye que en los escritos de Simón Rodríguez acerca de la educación, existe una clara diferenciación entre lo que pudiéramos llamar el Primer Rodríguez y Segundo  Rodríguez, al comparar sus obras sobre la educación Reflexiones sobre el estado actual de la escuela, de 1794, y Extracto sucinto de mi obra sobre la educación republicana, de 1849; esta denominación la hacemos en analogía o parafraseando la denominación dada al filósofo alemán Ludwig Wittgenstein, al comparar las diferencias entre sus obras Tractatus lógico- philosophicus¸ de 1921,  e Investigaciones filosóficas, de 1953, obra póstuma del filósofo fallecido en 1951.

Concluimos que, sólo asumiendo la existencia de esta drástica diferencia entre un primer y segundo Rodríguez, es posible entender con calma el Plan de Educación Popular para la construcción de repúblicas, expuesto en segundo término en condición de filósofo político; en contraposición a la reforma de la enseñanza escolar tradicional, expuesta en primer término en condición de maestro de escuela y pedagogo.

 En consecuencia, para el estudio de la obra de Simón Rodríguez hay que tener cuidado de diferenciar cuando está hablando como maestro de escuela-pedagogo, para enseñar su metodología escolar con miras al mejor aprendizaje y enseñanza de las asignaturas escolares, tomando a la educación como un fin en sí mismo, en la cual es muy prolífico, sui géneris  y destacado: este maestro-pedagogo fue el primero que surgió y por supuesto esta faceta se mantuvo y evolucionó a lo largo de toda su existencia. Pero igualmente hay que tener cuidado de diferenciar cuando está hablando como el Sócrates de Caracas, como el filósofo político que pretende construir repúblicas, tomando a la educación como un medio para el logro de sus fines políticos, no como un fin en sí mismo.

Entonces, para estudiar ambas facetas del mismo autor hay que cortar fino, como con bisturí, cuando se están leyendo sus obras, entresacando lo que corresponde a uno y otro, para poder llegar a organizar metódicamente ambos pensamientos. Es así como llegamos a los contenidos que pueden corresponder al Plan de Educación Popular para construir repúblicas.

 En este sentido, se concluye que existe un grupo de pautas o contenidos para cumplir en el mencionado Plan de Educación Popular, entre las que pudimos destacar la instrucción o formación para la vida individual, que comprende instrucción corporal, instrucción técnica y científica y destinación a ejercicios útiles desde la infancia; sin embargo, a pesar de tratarse de formación para la vida individual,   todos ellos se hacen con miras al mejor funcionamiento de la república, para hacer una nación  prudente, fuerte, experta y pensadora.

Igualmente se destacó la existencia de la Educación o formación para la vida social¸ la cual comprende la instrucción social propiamente dicha, la conciliación de los intereses particulares con el interés general y la aspiración fundada a la propiedad. Se concluye que este es el punto más importante y vital de todo el plan de educación popular, pues es el que específicamente provee la formación para la vida en sociedad. Queda así separada la instrucción de la educación, según el enfoque de Rodríguez, la primera dedicada a la preparación de la vida individua, y la segunda para la vida social.

Finalmente, se destacó el componente de la realización del individuo en la vida social, el cual comprende la participación activa del individuo en las cosas públicas y que formen parte del tejido social, concluyéndose que tal participación en el tejido social puede ser análoga a los tejidos de los sistemas biológicos, donde cada parte individual debe trabajar en función de todo el organismo vivo, para garantizar la existencia de todo el cuerpo y de cada una de sus partes.

 

 

 

 

 



[1] Fernando Alberto Lizarraga, “La igualdad en el contrato social rousseauniano: Una mirada desde la justicia como equidad de John Rawls”, Tópicos [online], no. 27 (2014 [citado el 03 de abril de 2015]): 23-45, disponible en http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1666-485X2014000100002&lng=es&nrm=iso

[2] René Pedroza Flores, y Guadalupe Villalobos, “Entre la modernidad y la postmodernidad: juventud y educación superior”, Educere [online], vol. 10, no. 34 (2006 [citado el o4 de abril de 2015]): 405-413, disponible en http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1316-49102006000300002&lng=es&nrm=iso

[3] Oswaldo Plata Pineda, “Religión y política en El Leviatán de Thomas Hobbes”, Prax. filos. [online], no. 23 (2006 [citado el 03 de abril 2015]): 57-80, disponible en <http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-46882006000200004&lng=en&nrm=iso

[4] María del mar Valenzuela Vila, “La educación en El Emilio de Rousseau: infancia, adolescencia y mujer”, Espéculo revista de Estudios Literarios – Universidad Complutense de Madrid, no.  43 (2009 [citado el 03 de abril de 20015]): disponible en https://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero43/emilior.html

[5] Luz Elena Gallo Cadavid, “El pensamiento educativo de John Locke y la atención a la educación física”, Educación Física y Deportes – Universidad de Antioquía ( 25  de enero de 2006 [citado el 03 de abril de 20015]): 96 – 114, disponible en http://aprendeenlinea.udea.edu.co/revistas/index.php/educacionfisicaydeporte/article/viewFile/2990/2713

[6] Fraño Paukner Nogues, “La Pedagogía de Kant. Una exégesis de su libro Pedagogía”, A Parte Rei Revista de Filosofía, no. 52 (julio de 2007 [citado el 04 de abril de 20015]): disponible en http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/paukner52.pdf

[7] John Locke, Pensamientos sobre la educación (Madrid: Editorial Akal, 1986).

[8] Jean Jacques Rousseau, Emilio o de la educación, trad. L. A. Prado (Madrid: EDAF, 2008).

[9] Immanuel Kant, Tratado de Pedagogía, trad. C.E. Maldonado (Bogotá: Ediciones Rosaristas, 1985).

[10] Carlos Jorge, La Escuela de Simón Rodríguez (Caracas: Universidad Metropolita, 2013).

[11] Juan Rosales, La República de Simón Rodríguez, (Caracas: Fundación editorial el perro y la rana, 2007).

[12] Carlos Jorge, La Escuela de Simón Rodríguez, 173.

[13] [13] Juan Rosales, La República de Simón Rodríguez,  99-105.

[14] Alberto González García, “La paideia y la construcción de la República platónica”, Revista Historia Autónoma, no. 1 (Septiembre de 2012 [citado el 04 de abril de 2015]): 21-36, disponible en  http://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4049005.pdf

[15] Ramón Jauregui, “El método Lancaster”, Educere, año 7, no 22 (julio-agosto, 2003 [citada el 04 de abril de 2015]): 225-228.

[16] Joseph Lancaster, Improvements in Education, as its respects the industrious classes of the community (London: Darton and Harvey Grace-Church-Street, 1803), disponible en  http://www.constitution.org/lanc/improv-1803.htm

[17] Abelardo Gomes,  “La educación en la antigua Atenas”,  Portal Guaraní  (15 de Noviembre de 2010 [citado el 06 de abril de 2015]): disponible en http://portalguaraní.com/783_abelardogomes/13840_la_educacion_en_la_antigua_atenas_ensayo_de_abelardo_paula:gomes_.html

[18] Alberto González García, “La paideia y la construcción de la República platónica”.

[19] Wikipedia, Agogé, citando a Thomas R. Martin, “The existence of the spartan boys”, en  Ancient Greece: From Prehistoric to Hellenistic Times (New Haven: Yale University Press, 2000), disponible en http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3Atext%3A1999.04.0009%3Achapter%3D6%3Asection%3D9

[20] Alberto González García, “La paideia y la construcción de la República platónica”, 32-33.

[21] Luz Elena Gallo, “El pensamiento educativo de John Locke y la atención a la educación física”, 101.

[22] René González Boto, “El Emilio y la educación física escolar”, Revista Digital-Buenos Aires, año 9, no. 65, (Octubre 2003 [citado el 04 de abril de 2015]): disponible en http://www.efdeportes.com/efd65/elemilio.htm

[23] María Isabel Lafuente Guantes, “El proyecto educativo ilustrado de Kant”, 251-252.

[24] Carlos Jorge, “La sociedad Monárquica”, en  Educación y Revolución en Simón Rodríguez, (Caracas: Monte Ávila Editores, 2000),  44-47 (facsímil digital facilitado al investigador por el mismo autor). El autor hace un interesante  estudio acerca de las características de la sociedad colonial, donde se detallan las profesiones y oficios que se practicaban.

[25] Juan Jacobo Rousseau, Emilio o la educación, trad. Ricardo Viñas, (Edición digital  por elaleph.com, 2000), 38, disponible en: http://escritoriodocentes.educ.ar/datos/recursos/libros/emilio.pdf

[26] Resulta impresionante la explicación que hace Carlos Jorge acerca de la predilección de Rodríguez por los más pobres e infelices, en su obra Educación y Revolución, p. 39, donde dice textualmente:

 Simón Rodríguez aprendió en su carne que lo único que importa saber es el dolor del otro, el dolor que se incrustó en su cuerpo. Toda su vida fue un desclasado. Nació desclasado. Por no tener no tuvo ni clase donde diluirse. Cuando hombre, eligió a los pobres, a los indios, a los más despreciados (ER,I,255): a los marginales. Esta elección no fue gratuita. Tampoco lo fue su vivir. No fue un fracasado -como piensa A. Mijares- ni tuvo un trágico destino. Simón Rodríguez asumió plenamente sin caretas, sin tartufería, sin trampas, aquello que tan tempranamente se había instalado en su carne. Si entendemos esto, podemos comprender su obra. Y aquí es, entonces, donde la lectura de sus pensamientos se vuelve difícil. Resucitar su dolor, su miedo, su frío, su soledad y hacerlos propios es aceptar el miedo de uno, la soledad inmensa, el dolor olvidado. Resucitar a Simón Rodríguez es destapar la cloaca social, el poder sometedor y represivo que se instala en uno desde el origen. Es tan grande el miedo que infunde que no deja ni pensar en él. Pero ahí está: la carne lo siente y lo sabe.

[27] Carlos H. Jorge, La Escuela de Simón Rodríguez (Caracas: Universidad Metropolitana, 2003), 122.

[28] Wikipedia, “Fascias”, consultado en fecha 03/04/15, disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Fascia

“El sistema fascial forma una completa e ininterrumpida red protectora en todo el cuerpo. Protege cada uno de sus componentes de forma individual, así como proporciona una protección de todas las estructuras a nivel global. Su resistencia permite mantener la forma anatómica de diferentes segmentos corporales, conservando su forma original… prácticamente no hay alguna parte del cuerpo que no esté cubierto por el sistema fascial. La fascia rodea y separa unos elementos de otros: compartimenta…  también supone un elemento de integración de todos los elementos corporales puesto que cada capa o parte fascial está unida a otra formando así una red continua que conecta todo el organismo… Los compartimentos formados por el sistema fascial facilitan el trabajo muscular, permitiendo la formación de grupos funcionales y constituyendo planos de movimiento sobre los que se deslizan unos músculos sobre otros. También constituye un sistema de separación y protección, evitando que se propaguen infecciones de un compartimento a otro…  constituye una especie de red continua que reviste y conecta todos los elementos del cuerpo. Esta configuración tiene importantes consecuencias funcionales sobre músculos y órganos. Sobre el músculo, la fascia permite conectar músculos formando grupos funcionales, pero a la vez también une esos grupos funcionales con otros anatómicamente muy separados entre sí. La fascia aporta el sentido de globalidad a todo el aparato locomotor”.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Tesis de Grado de Magister en Filosofia - LA FILOSOFIA DE SIMON RODRIGUEZ - Bibliografia.